Skip to main content

Mes: abril 2021

El enfoque de gemelos digitales impulsará la transformación del sector marítimo colombiano.

¡Todos a bordo! Hacia puertos inteligentes en Colombia

‘Connected Universal Experiences Labs’, el consorcio de investigación conformado por científicos chinos y colombianos del cual hace parte la Universidad de los Andes, trabaja en el desarrollo de soluciones portuarias inteligentes para puertos de Colombia utilizando el enfoque de ‘Digital Twins’.

Mayo de 2021
El reciente bloqueo del Canal de Suez, uno de los más importantes del mundo, obligó al globo entero a reconsiderar la magnitud del comercio marítimo, y puso de manifiesto la necesidad de idear todo tipo de soluciones para fortalecer la infraestructura que posibilita el intercambio de mercancías entre países y continentes.

En Colombia, por años, la necesidad ha sido más que notoria y se han enfilado grandes esfuerzos desde diferentes sectores para robustecer la infraestructura portuaria y optimizar los procesos relacionados. De hecho, gracias a esas y otras tantas iniciativas, el país ha logrado escalar algunos peldaños en el índice de competitividad del Foro Económico Mundial. Pero el camino es largo y, a la par, homólogos con mayor capacidad de inversión toman fácilmente la delantera.

Por esto, teniendo presentes las limitaciones de financiación –pero también las bondades de un territorio con una ubicación geográfica privilegiada y amplio acceso a dos océanos– el consorcio de investigación conformado por científicos chinos y colombianos ‘Connected Universal Experiences Labs’ –liderado por el profesor Xun Luo de la Tianjin University of Technology– y del cual hace parte la Universidad de los Andes, trabaja en el desarrollo de soluciones portuarias inteligentes para puertos de Colombia utilizando el enfoque de gemelos digitales, conocido como ‘Digital Twins’.

Los profesores de la Facultad de Ingeniería Carlos Lozano y Pablo Figueroa hacen parte del grupo de investigadores que lidera esta iniciativa con la que se buscará simular mejoras en los principales puertos del país, empezando por el de Buenaventura.

“Pretendemos que, a través de procesos de simulación, sea posible evaluar mejoras de las características inteligentes de los puertos colombianos, y después llevar a cabo dichas mejoras basados en los resultados de la simulación. De esta manera no solo se podría tener un mejor aprovechamiento del puerto, sino también aumentar el potencial comercial del país, y diseñar soluciones escalables a toda América Latina”, comenta Carlos Lozano, profesor asistente del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Computación.

El aporte de China

Que el Ever Given, aquel gigantesco buque que estuvo encallado en el Canal de Suez por casi una semana, proviniera de China poco tiene que ver con la decidida apuesta del gigante asiático de liderar el comercio en los mares de Asia, Europa y África. En su empeño por recuperar la Ruta de la Seda, China ha entendido la importancia de fortalecer toda su infraestructura de comercio marítimo.

Y es que cuando del sector portuario se trata, China es un referente indiscutible. Esta potencia no solo tiene siete de los diez principales puertos de contenedores del mundo, sino que entre ese grupo cuenta con el más importante del planeta: el de Shangai.

“Los puertos chinos no solo son líderes en rendimiento, sino que también están avanzados en la adopción de tecnología. Por ejemplo, el de Qingdao es el primer puerto de Asia totalmente automatizado. Allí se emplean tecnologías novedosas como sistemas de comunicación 5G, camiones de contenedores no tripulados y grúas automatizadas”, comenta el profesor Lozano.

El innegable desarrollo portuario de esta potencia es un ejemplo a seguir en toda la región y, de manera particular, en Colombia, puesto que –después de Estados Unidos– el país asiático es su socio comercial más importante. Infortunadamente, Colombia no está en capacidad de hacer una inversión similar a la que China ha hecho en sus puertos. Por eso, el enfoque de gemelos digitales es, sin duda, el más indicado para abordar este gran proyecto que impulsa la transformación digital del sector de comercio marítimo, pues –con inversión moderada, poco riesgo y alta probabilidad de éxito– facilita la toma e implementación de decisiones gracias a la simulación en tiempo real de objetos, entornos e, incluso, situaciones.

China no solo aporta su ejemplo a esta iniciativa. El Ministerio de Ciencia y Tecnología del gigante asiático financia la primera fase de desarrollo del proyecto; y desde puertos como el de Qingdao y Tianjin se han orientado seminarios para compartir con el equipo local de investigadores conocimientos en tecnologías portuarias inteligentes.

Entre otros, estos aportes han permitido a los investigadores trabajar con tecnologías de punta para que los entornos de simulación sean realmente gemelos digitales de los puertos. En concepto de Carlos Lozano, “esto le permitirá a la academia la apropiación de nuevas tecnologías de modelado 3D, realidad aumentada, Internet de las Cosas, comunicaciones 5G y analítica de datos, entre otras”.

La transformación, un reto en sí misma

Lograr una transformación real en el sector portuario en Colombia es un reto que –aún con múltiples aristas– es posible sortear. Y en esta ruta el primer paso ya se dio. Según los investigadores, lo significativo de llevar a cabo iniciativas como esta es que las organizaciones tienen mayor conciencia de que la transformación digital no es sinónimo únicamente de adquirir herramientas tecnológicas, sino que implica una modernización de procesos e integración de tecnologías apropiadas, como la de ‘Digital Twins’ para generar valor en la organización y optimizar los procesos.

Como cualquier otro proceso de transformación digital, este implica también otros desafíos que el equipo de investigadores también aborda. Consideraciones éticas y de sostenibilidad, al igual que la búsqueda del equilibrio entre el desarrollo económico y social son elementos que hacen parte de esta iniciativa con las que se buscará dar un impulso a la vocación portuaria de Colombia.

 

Sociedad 5.0

Este proyecto hace parte de la iniciativa Sociedad 5.0 (S5.0), resultado del trabajo colaborativo entre la Facultad de Ingeniería con el Centro de Ética Aplicada (CEA) y el Centro de Objetivos de Desarrollo Sostenible (CODS). La S5.0 se entiende como la inclusión de los aspectos éticos y de sostenibilidad en el desarrollo de proyectos que apuestan a la resolución de problemas de la sociedad integrando las tecnologías de la transformación digital y soluciones basadas en la naturaleza. El objetivo principal es ofrecer a diferentes actores de la sociedad (industria, gobierno, académicos, estudiantes, y comunidad en general) espacios que les permitan entender y aplicar las tecnologías de la transformación digital, teniendo en cuenta la interrelación de dichas tecnologías con las dimensiones éticas y de sostenibilidad, lo que es clave para el progreso hacia la S5.0. Como parte de la iniciativa para el segundo semestre del presente año se ofrecerá el curso para el ciclo básico uniandino “Sociedad 5.0”.

Carlos Lozano Garzón 

Ph.D. en Tecnología de la Universidad de Girona 

[email protected] 

  

Maria Isabel Mejía, ex Viceministra TIC Colombia

OPINIÓN
La resiliencia digital de América Latina

Mayo de 2021
La crisis del coronavirus ha sido una prueba  de  estrés de  nuestra resiliencia  digital y,  al  mismo  tiempo, un gran catalizador para acelerar la transformación digital. Solo imagínese lo que hubiera pasado si los gobiernos no hubieran dispuesto de herramientas digitales para hacer funcionar sus administraciones a distancia, sistemas digitales de gestión pública, o trámites en línea. Es impresionante que la infraestructura de telecomunicaciones en Latinoamérica haya funcionado y soportado aumentos de tráfico de Internet de hasta el 40%.

Los países que ya venían trabajando en su transformación digital habían creado capacidades en materia de infraestructura y servicios digitales, por lo que estaban mejor preparados para enfrentar la crisis. Sin embargo, estas capacidades no eran iguales para todos los sectores, ni para todos los niveles territoriales. Quedó en evidencia que había sectores de la administración pública –como el de la justicia– que no estaban tan bien preparados, y que la mayoría de los pequeños municipios tampoco contaban con el nivel de desarrollo digital de las grandes ciudades o de algunas entidades del nivel nacional.

“Es impresionante que la infraestructura de telecomunicaciones en Latinoamérica haya funcionado, soportando aumentos de tráfico de Internet hasta el
40 %”. María Isabel Mejía

Así mismo, se evidenció la gran brecha de conectividad de nuestra región. Como muestra el último informe sobre Perspectivas Económicas de América Latina 2020, en la región, tres de cada 10 personas no tienen acceso a internet. Mientras que el 81 % de los hogares más ricos está conectado, solo el 38 % de aquellos más pobres tiene conectividad. En zonas urbanas, un 67 % de los hogares tiene conexión, pero en zonas rurales este número cae al 23 %.

Los gobiernos tienen que seguir avanzando en la implementación de sus estrategias de transformación digital empezando por acelerar y completar las tareas pendientes, entre las cuales cabe mencionar las siguientes:

  • Cerrar la brecha de conectividad, pero sobre todo la brecha de apropiación.
  • Acabar de digitalizar los trámites de principio a fin, pero sobre todo masificar el uso de los existentes y mejorar su calidad.
  • Solucionar el problema de la interoperabilidad entre los sistemas de información del Estado.

En paralelo, deberían priorizar el trabajo en las siguientes áreas:

  • Aprovechar las grandes oportunidades del uso estratégico de datos y de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial.
  • Implementar estrategias de regulación inteligente, desarrollando marcos éticos, marcos de gobernanza y sandbox regulatorios.
  • Preparar a los servidores públicos para los trabajos del futuro, a través de la implementación de estrategias integrales de desarrollo de habilidades que incluyan: (i) la recapacitación (reskilling) de empleados cuyas tareas podrían ser sustituidas, (ii) la actualización de habilidades (upskilling) en todos los empleados mediante contenidos personalizados, y (iii) el reclutamiento de nuevos trabajadores con las habilidades duras y blandas requeridas.

Estas estrategias requieren del fortalecimiento y del trabajo conjunto del Estado con los diferentes actores del ecosistema digital, dentro de los cuales destacaría las GovTech¹ que pueden convertirse en aliados clave para que la administración pública sea más ágil e innovadora, y con la academia, en especial las facultades de ingeniería, que son fundamentales para contribuir en la formación del talento que requiere el sector público en la cuarta revolución industrial.
Según CAF, Banco de Desarrollo de América Latina, las GovTech son las ‘startups’ y pymes que usan tecnologías digitales, datos y metodologías innovadoras para resolver problemas públicos.

Jaime Galviz, Gerente de Microsoft Colombia.

JAIME GALVIZ
“PREGUNTÉMONOS: ¿CÓMO AYUDO A LOS DEMÁS?”

Octubre de 2020
Diversidad, curiosidad, oportunidad y libertad. Con estas palabras define su paso por la Universidad de los Andes, Jaime Galviz, el nuevo gerente general de Microsoft Colombia. Las matemáticas, el diseño y la creación lo acompañaron en su infancia. Durante las vacaciones trabajaba en la empresa de su papá, una fábrica de maquila, donde conoció todos los detalles de la producción, bodega, ventas y hasta talento humano, dependencia en la que laboraba su mamá.

Además de su pasión por los números y su fascinación por aprender de todo, por formación familiar tiene por principio de vida el compromiso de ayudar a los demás y de brindar a la gente la posibilidad de ser feliz. Con ese bagaje llegó a la Universidad de los Andes, donde por consejos de su hermana mayor, también uniandina, supo de todas las puertas que se le abrirían.

“No tenía muy claro qué quería hacer, me gustaba la ingeniería, el marketing y la creatividad”, recuerda. Se decidió por la ingeniería industrial, para explorar la línea de negocios. “Llegar a Los Andes fue una apertura, encontré esa variable de diversidad porque había estudiantes de todo el país, de otros países; allí la mente se abrió y aprendí a investigar, a buscar. Entendí que la universidad no solo era encontrar respuestas y soluciones; en Los Andes también están los fundamentos para encontrarse a sí mismo”.

El concepto de la inclusión también es un sello en todas sus actividades y se fortaleció durante este periodo. “La universidad para mí fue esa plataforma que me dio la libertad y esa posibilidad de escoger entre varias opciones y conocer múltiples puntos de vista. También reafirmó en mí el tema de cómo ayudar a los demás, cómo buscar el bien de la humanidad, esa formación humanística integral me ayudó a ser lo que soy hoy”.

Fue un estudiante entusiasta, en octavo semestre empezó su tesis de grado, en noveno la concluyó y para la misma época, en 1995, ya era empleado en Oracle, donde se destacó en la innovación de los modelos de negocios. Para ese entonces, tenía muy clara la importancia de la tecnología como una herramienta habilitadora de innovación que permite llevar soluciones a todo el mundo.

Tres consejos de Galviz a las nuevas generaciones: “Primero, todo lo que uno hace lo hace bajo una ética que te permite estar tranquilo, hay que tener claro los valores y vivirlos. Es muy importante descubrirse a sí mismo y estar en paz, es algo que no tiene precio. Segundo, la curiosidad es lo que te impulsa a estar adelante y la mayoría de las puertas las abres tú y, tercero, hay que preguntarse: ¿cuál es ese propósito con el que quieres impactar y ayudar a los demás?”.
Jaime Galviz

De nuevo otros cuatro conceptos definían su naciente camino profesional: tecnología, innovación, mercadeo y entrega. Recuerda que en Oracle tuvo jefes que le dieron muchas oportunidades y lo ubicaron en cargos, inclusive algunos para los que no se había entrenado. Sin problemas lo asumió, aprendió de nuevas tecnologías y se hizo experto en internet, bases de datos, georreferencias, inteligencia de negocios y analítica básica. También estuvo en ventas, sin embargo, lo suyo era armar modelos de negocios, así que cuando tuvo la oportunidad de hacerlo desarrolló el canal, entrenó a otros como él y, una vez más, la vida le abrió una nueva puerta: trabajar a Microsoft, compañía en la que lleva 22 años.

Mientras afianzó su interés por hacer de la tecnología una herramienta para reducir brechas sociales en todo el planeta, continuó con sus estudios.

En su formación se incluyen programas de negocios, gestión y marketing estratégico en el INALDE Business School en Bogotá, la Universidad de Michigan y la Universidad de Columbia en los Estados Unidos. Adicionalmente, ha asistido al programa de capacitación IPEC (Instituto para la Excelencia Profesional en Coaching) y ha formado parte del Programa de Liderazgo de Alto Rendimiento de la Escuela de Negocios de Saed, de la Universidad de Oxford.

Describe su trabajo en Microsoft como una relación de ‘alma gemela’. “Es una visión muy grande, muy inclusiva: el 80% del tiempo uno se tiene que enfocar en ese 20% de las poblaciones donde no hay inclusión y ver cómo la tecnología ayuda a democratizar la posibilidad para todos. He conocido gente a la que le cambió la vida cuando pudo formarse”.

Y ese fue el camino que emprendió en la compañía. Su labor se ha centrado en crear mecanismos de capacitación para jóvenes de todo el mundo. Lo ha hecho en América Latina y África con resultados que lo dejan muy satisfecho y en los que ha logrado la participación de gobiernos, organizaciones no gubernamentales e instituciones dedicadas a capacitación.

Cuando habla de los retos para el futuro, tiene claro que, por ahora, son dos: hacer que, bajo principios éticos, se utilice la tecnología con el único fin de lograr el bienestar de la humanidad y lograr llevar conexión a todos aquellos que no cuentan con esa posibilidad.

Y cuando se le pide un consejo para los jóvenes estudiantes y egresados, responde: “Tres cosas: Primero, todo lo que uno hace lo hace bajo una ética que te permite estar tranquilo, hay que tener claro los valores y vivirlos. Es muy importante descubrirse a sí mismo y estar en paz, es algo que no tiene precio. Segundo, la curiosidad es lo que te impulsa a estar adelante y la mayoría de las puertas las abres tú y, tercero, hay que preguntarse: ¿cuál es ese propósito con el que quieres impactar y ayudar a los demás?”.

Ángela Samper, gerente de operación en McKinsey Colombia.

ÁNGELA SAMPER
LÍDER Y PROTAGONISTA DE LA EQUIDAD DE GÉNERO

Octubre de 2020
“Remangarse” es algo que a Ángela Samper, office manager de la firma de consultoría McKinsey en Colombia, le gusta hacer. Quizá esta fue una de las razones para que, en tercer semestre de Ingeniería Industrial, decidiera hacer doble programa con Ingeniería Mecánica. Su encanto por cómo las ciencias pueden aplicarse al mundo real; su interés, desde muy niña, por el diseño de aeronaves y otras grandes máquinas y su pasión por conocer cómo funcionan las compañías desde el corazón de su operación para entender el negocio desde todas sus dimensiones, podría describir muy bien por qué la combinación de estas dos ingenierías ha sido fundamental en los logros alcanzados durante su carrera profesional.

Ha trabajado en temas de emprendimiento social, en proyectos productivos para población vulnerable, y en iniciativas que buscan mejorar la educación pública en el país.

En 2010 ingresó a McKinsey, una de las empresas de consultoría más importantes del mundo, como analista de negocio. A partir de ese momento emprendió una destacada carrera dentro de la compañía que, además de financiar su Maestría en Administración de Empresas en la Universidad de Chicago (Booth School of Business), la convirtió, a su regreso a Colombia, en gerente de proyecto y posteriormente en socia asociada para liderar la apertura de la oficina de la multinacional en Medellín.

Conocer muy bien, tanto los aspectos técnicos de la operación de los diferentes sectores para los que trabaja la consultora, entre estos, banca, consumo masivo, bienes y servicios, petróleo y energía, tecnología, mercadeo y ventas, así como los demás temas cruciales del negocio (financieros, de estructura organizacional y recursos humanos), le ha permitido a esta ingeniera desarrollar decenas de proyectos con resultados exitosos.

«La diversidad de género permite que existan espacios de aprendizaje mutuo, en los que además se promueve la creatividad, la innovación, el análisis de diferentes perspectivas y el respeto al otro. Ahora, nos corresponde a nosotras tener esa voz y estar disponibles para responder las preguntas que surjan dentro de este proceso de inclusión». Ángela Samper

Aunque dentro de McKinsey su trabajo se ha concentrado en el sector financiero, acompañando a estas compañías a transformar su modelo de negocio para alcanzar mejores resultados comerciales y operacionales en diferentes países de Latinoamérica, su nombramiento, en enero de 2020, como office manager de la operación de la firma en Colombia le permitirá visualizar y liderar, junto a sus socios compañeros, las estrategias que seguirá la multinacional frente a las demás industrias para las que trabaja.

Ángela Samper se convirtió así en la primera mujer en ocupar este cargo en América Latina y la primera en la región, con excepción de la operación en Brasil, en ser elegida como socia de la compañía, en muchos años.

Un logro innegable de su excelencia, sus capacidades y fortalezas, pero también de los avances que ha dado el mundo, en general, en temas de diversidad de género e inclusión, tanto en las áreas de ingeniería como en otras disciplinas.

Samper recuerda que hace un poco más de 10 años, cuando empezó su vida laboral, ser la única mujer en áreas de ingeniería era aún bastante común, no importaba si se trataba de una ensambladora de vehículos, una empresa del sector de petróleo y gas o una consultora, entre otras.

Sin embargo, para ella, este cambio en las estructuras organizaciones es el resultado del trabajo de cientos de profesionales que se destacan en diversos sectores, que hoy son líderes de diferentes empresas y proyectos y que se han convertido en un ejemplo a seguir para una nueva generación. Ángela es un reflejo de la mujer uniandina exitosa que hace grandes aportes al desarrollo de la sociedad desde sus distintos roles, pero que también prioriza el equilibrio de su vida profesional y familiar.

“Es un tema de continuar dando visibilidad a esos modelos a seguir de mujeres exitosas, ya sea en la ingeniería o en otras profesiones. Es un trabajo que toma tiempo pero que, al final, entrega sus frutos”, agrega.

McKinsey es un muy buen ejemplo de este compromiso con la equidad de género. Disminuir las brechas frente a este tema hace parte esencial de la organización. Ángela recuerda que hace 10 años, cuando ingresó a la compañía, el porcentaje de mujeres líderes era bajo. Hoy, más de 10 de ellas ocupan roles directivos, lo que permitirá que, en el mediano plazo, la multinacional tenga muchas más socias.

Ahora, desde su rol como gerente de la compañía, Samper continuará promoviendo la participación y el liderazgo de las mujeres, dentro y fuera de la multinacional, pues no se trata de un tema, únicamente, de responsabilidad de la sociedad. Precisamente, un informe del Mckinsey Global Institute, señala que la igualdad de género en la fuerza de trabajo podría sumar hasta 28 billones de dólares a la economía mundial para 2025.

“La diversidad de género permite que existan espacios de aprendizaje mutuo, en los que además se promueve la creatividad, la innovación, el análisis de diferentes perspectivas y el respeto al otro. Ahora, nos corresponde a nosotras tener esa voz y estar disponibles para responder las preguntas que surjan dentro de este proceso de inclusión. Nuestra responsabilidad es continuar mostrando la calidad de líderes que somos y, de esta manera, ser motivo de inspiración”, agregó Samper.Pese a los retos que impuso la pandemia generada por el Covid-19, esta ingeniera ve con mucho optimismo el futuro dentro de la ‘nueva normalidad’, pues como ella lo asegura, “la crisis sirvió para aprender cómo ser mejores y cómo reinventar nuestro modelo de negocio”.

A Mckinsey la ve, en los próximos cinco años, como una firma fortalecida, mucho más innovadora, que seguirá atrayendo a los mejores talentos, con capacidades disruptivas, en un equipo de trabajo muy diverso que entrega las mejores perspectivas globales a sus clientes.

En el mundo de la ingeniería, Ángela ve un auge de mujeres ocupando cargos de liderazgo, quienes serán fundamentales en la construcción de una nueva sociedad mucho más equitativa y susceptible al cambio, que sea capaz de sacar el mejor provecho de todos sus talentos.

glosi-una-biblioteca-en-linea-para-hacer-escuelas-mas-seguras

GLOSI: UNA BIBLIOTECA PARA ESCUELAS MÁS SEGURAS

Bajo la dirección del Banco Mundial, ingenieros de Los Andes trabajan en la clasificación del estado de los centros educativos de algunos países afectados por catástrofes naturales. La información se sistematiza en un repositorio digital que, además, les enseña a los gobiernos cómo reducir los riesgos y construir espacios seguros para los estudiantes.

Hacer de las escuelas lugares más seguros luego de los daños causados por un desastre natural requiere mucho más que planeación, ejecución y recursos económicos. Se necesita toda una medición de la forma como fueron construidas, una descripción de las afectaciones y una estrategia de reducción del riesgo. Y lo más importante: saber dónde encontrar esa información.Para orientar a los países que requieran mejorar la infraestructura escolar y reducir el riesgo ante amenazas por desastres naturales, el Banco Mundial (BM) y su Programa Global para Escuelas más Seguras (PGSS, sus siglas en inglés) diseñó el proyecto ‘Soporte técnico a la Librería Global de Infraestructura Escolar (GLOSI, por sus siglas en inglés): edificaciones de pórticos en concreto reforzado’.

Y como responsables en su ejecución el BM vinculó a dos instituciones con la máxima experiencia: la Universidad de los Andes y el University College of London – UCL. Como director, desde Los Andes, fue designado Luis Eduardo Yamín (Q.E.P.D.), profesor del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental, quien labora con su equipo de apoyo: Rafael Fernández, Juan Sebastián Echeverry, Gustavo Fuentes, Miguel Rueda y Daniela Garzón, del Centro de Investigación en Materiales y Obras Civiles (Cimoc), de la Facultad de Ingeniería.

Desde 2018 ambas instituciones son las responsables de GLOSI, iniciativa que sistematiza la experiencia en el desarrollo de metodologías para la evaluación del riesgo en edificaciones escolares, su vulnerabilidad ante la ocurrencia de eventos naturales catastróficos como sismos, huracanes, inundaciones y otros, así como el diseño de planes para la reducción del riesgo.

En términos generales GLOSI es una biblioteca en línea, especializada en temas de infraestructura escolar, que da cuenta de la caracterización de las tipologías de las escuelas afectadas por eventos naturales alrededor del mundo. Además, reúne las medidas de reforzamiento diseñadas, aplicables a gran escala, para reducir riesgos y salvar vidas. GLOSI es un repositorio de evidencias, indicadores y recomendaciones.

Allí hay identificadas 40 tipologías con características similares globales, que se enfocaron en dos técnicas de construcción: concreto reforzado (a cargo del Cimoc) y modificaciones en mampostería (responsabilidad de UCL). “Se hizo en esos dos porque son comunes en la infraestructura escolar en el mundo y uno de los objetivos de nuestra labor es desarrollar intervenciones a gran escala”, explicó Rafael Fernández, quien desde el Cimoc participó en la creación y consolidación de GLOSI.

Esta es una carta de navegación que se actualiza en la medida en que consolidan proyectos de centros educativos más seguros, financiados por el BM y otras contribuciones.

Fernández, quien está profundizando en temas de reforzamiento escolar para su tesis de grado doctoral en Los Andes, destaca que el resultado logrado en GLOSI se debe, en parte, al trabajo interdisciplinario entre Los Andes y UCL que responde a un intercambio de conocimientos y labor en terreno.

“En UCL tienen muy buena experiencia en Nepal, Filipinas, India y buena parte del Sudeste Asiático. Nosotros tenemos el resultado de lo que se ha hecho en algunos países de América Latina y el Caribe. Fue el complemento entre dos equipos de ingenieros con vivencias muy distintas e igualmente valiosas”, aseguró el ingeniero.

La metodología de trabajo, sistematizada en GLOSI, ha sido aplicada en diferentes países, en particular en Perú, El Salvador y Colombia. Actualmente se realiza un estudio de la infraestructura escolar en República Dominicana en donde se busca desarrollar un programa integral de gestión del riesgo de desastres.

Las lecciones del Caribe

De manera paralela, mientras la información de GLOSI se consolida, las iniciativas alrededor del mundo que alimentan su banco de datos no se detiene. En 2018 el BM lanzó iniciativas para la elaboración de riesgos sísmicos en escuelas de El Salvador, al año siguiente en Cali (Colombia), y luego en República Dominicana, donde Los Andes y UCL trabajan actualmente bajo la figura de consorcio.

Además del análisis y la estrategia para reducción de riesgos, que está a punto de terminar, en República Dominicana, donde se estudiaron alrededor de seis mil escuelas que albergan a más de un millón y medio de estudiantes, la evidencia sumó datos de un factor común a todos los países del Caribe: los huracanes.

“Desarrollamos un modelo para todo el Caribe a partir de la experiencia de la isla La Española, que comparten República Dominicana y Haití. Encontramos, como en todos los países, que hay un antes y un después de las normas sísmicas”. Puede parecer obvio pero las construcciones solo se mejoran cada vez que hay una nueva normatividad respecto a la ocurrencia de sismos; sin embargo, el precio que se paga por las edificaciones construidas antes de la expedición de la reglamentación es muy alto en pérdidas humanas y materiales. En República Dominicana, por ejemplo, la norma más reciente es de 2011, expedida luego del terremoto de Haití, en 2010.

El Covid-19 y las nuevas escuelas

Y hay más. Después del examen a los aspectos estructurales de instituciones escolares en el Caribe, el equipo de ingenieros encontró una categoría nueva en la investigación, que se relaciona con su funcionalidad y que se detectó en las afectaciones por la pandemia del Covid-19.

“Del tema estructural pasamos al funcional. El Covid-19 nos llevó a una pregunta muy interesante en la investigación: ¿cómo integrar en planes de inversión estructuras seguras y funcionales y cuáles serán los beneficios que pueda ofrecer a los estudiantes?”, explicó Fernández.

A la luz de la pandemia hay dos aspectos fundamentales que hay que tener en cuenta en las edificaciones escolares que se construyan a futuro: la densidad o hacinamiento, porque hay colegios donde la capacidad es menor a la demanda; y la higiene y sanidad, pues en muchos casos no hay baños suficientes para atender a todos los estudiantes ni sistemas de acueducto o alcantarillado. A esa insuficiencia se suman las necesidades que los estudiantes tienen, por género, en temas de higiene y ese no es un problema visible. Según Fernández, “esos son aspectos que hay que revisar porque uno de los objetivos del proyecto es lograr la equidad.


Juan Carlos Reyes.
Ph.D. de la Universidad de Berkeley.
[email protected]

plantas

EL PODER ANTIVIRAL DE LAS PLANTAS CONTRA EL SARS-CoV-2

Investigadores uniandinos trabajan para comprobar la capacidad antiviral que tienen productos naturales como el eugenol, el aceite de eucalipto, el cannabidiol y derivados de panela contra el SARS-CoV-2.

Octubre de 2020
El uso de productos naturales con fines terapéuticos, especialmente de plantas, es una práctica milenaria que hace parte de la medicina tradicional. Sin embargo, su poder medicinal es, en algunos casos, tan efectivo que muchos fármacos se han desarrollado a partir de los derivados de estas plantas. Este fue el caso de la morfina y la codeína, las cuales tienen un efecto analgésico, y fueron extraídas del opio y la quinina/artemisinina, las cuales provienen del árbol de quina y se utilizan para prevenir o curar la malaria, entre otras enfermedades.Este interés por los derivados de productos naturales y sus aplicaciones biomédicas se han convertido en la línea de investigación en la que trabajan, desde hace tres años, Carolina Muñoz, profesora asistente, y Juan Carlos Cruz, profesor adjunto del Departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de los Andes.

Durante este tiempo, los investigadores han logrado explorar aplicaciones terapéuticas a partir de los derivados de caña de azúcar que se usan para la producción de panela, en particular, sus propiedades regenerativas y antioxidantes. Lo han complementado con la exploración de los efectos microbianos y regenerativos que pueden tener aceites esenciales como la lavanda, extraído de la planta conocida como lavandula angustifolia.

En el contexto de la pandemia, este trabajo les permitió presentarse, junto con la empresa del sector de alimentos ALSEC, a la convocatoria del MinCiencias sobre ‘Estrategias de prevención de la infección por SARS-COV-2 y tratamiento de Covid-19’, con el propósito de evaluar moléculas derivadas de los aceites esenciales con los que la compañía venía trabajando para ser potencialmente utilizados como suplementos alimenticios capaces de fortalecer el sistema inmune frente a infecciones, especialmente por el SARS-COV-2.

“Lo primero que hicimos fue estudiar computacionalmente si los compuestos presentes en alta concentración en los extractos eran capaces de ejercer algún tipo de efecto inhibitorio sobre el SARS-CoV-2. Encontramos que efectivamente el eugenol, que proviene especialmente del clavo de olor, la canela y la nuez moscada; el aceite de eucalipto (1,8-cineol) y el cannabidiol, que se obtiene de la planta de cannabis sativa, pueden evitar que el virus entre en las células de las personas”, señaló Cruz.

Para ampliar los alcances de esta iniciativa, los profesores reformularon la investigación para participar en la convocatoria PA-20-178 del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (NIH), en conjunto con la Escuela de Ingeniería Química y Materiales Avanzados de la Universidad de Adelaide y la Universidad de Australia del Sur. En esta nueva fase, el propósito será evaluar la capacidad antiviral de la formulación desarrollada con productos derivados de panela a nivel preclínico.

Para esto, se experimentará con virus relacionados con los que el equipo pueda operar en un nivel medio de bioseguridad, también llamado ‘BSL-2’, el cual aplica para laboratorios educativos, de diagnóstico y clínicos en donde se trabaje con agentes de riesgo moderado. A largo plazo, el equipo espera encontrar financiamiento para disponer de un espacio de trabajo que les permita alcanzar el nivel de bioseguridad máximo, en donde puedan directamente “infectar” sus líneas celulares con SARS-CoV-2 y probar las formulaciones. “Una vez demostrado el potencial antiviral in vitro, nuestro objetivo es continuar con las evaluaciones in vivo para poder atraer el interés del sector externo y así llevar el desarrollo a la escala clínica y eventualmente alcanzar su aprobación para ser comercializado”, añadió la profesora Muñoz.

Carolina Muñoz.
Ph.D. de la Universidad de los Andes.
[email protected]

La Universidad de los Andes produce, a nivel local y con ingeniería nacional, un reactivo esencial para hacer pruebas diagnósticas del coronavirus.

BIOTECNOLOGÍA NACIONAL PARA EL DIAGNÓSTICO DEL COVID-19

La Universidad de los Andes produce, de manera local y con ingeniería nacional, uno de los reactivos indispensables de las pruebas diagnósticas del nuevo coronavirus.

Octubre de 2020
Aumentar el número de pruebas para detectar casos de Covid-19 ha sido una de las principales estrategias que han adoptado los gobiernos alrededor del mundo para mitigar y disminuir los contagios. Esto debido a que la identificación del virus permite, entre otras medidas, hacer cercos epidemiológicos que contengan su propagación.

Colombia, por ejemplo, pasó de hacer en promedio, 600 pruebas diarias al inicio de la pandemia a más de 30 mil para mediados de septiembre. Una tarea que ha contado con el apoyo de diferentes instituciones, entre ellas, la Universidad de los Andes, la cual dispuso el Laboratorio de Secuenciación – Gencore para el diagnóstico del virus, que se convirtió en uno de los de mayor capacidad del país en el procesamiento de muestras.
Este trabajo le permitió a la universidad identificar la dificultad para acceder a la transcriptasa reversa, uno de los reactivos necesarios para detectar el nuevo coronavirus en el diagnóstico de pruebas qPCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa), por sus siglas en inglés, debido a que este insumo no se produce en el país y su importación se ha dificultado por la creciente demanda mundial.

Esta fue la oportunidad para que el Departamento de Ingeniería Química y de Alimentos de Los Andes, con el apoyo de la Vicerrectoría de Investigación y Creación de la Universidad, decidiera, gracias a los avances que ha hecho su grupo de investigadores en el área de la biotecnología, empezar a trabajar en la producción nacional de este reactivo (enzima).

Inicialmente se recibió la donación por parte de la Universidad de California en San Diego (UCLA) del ADN necesario para iniciar el desarrollo de la tecnología y producir la enzima necesaria para el diagnóstico basado en PCR cuantitativa. Adicionalmente, el grupo de investigadores se presentó, en alianza con la Fundación Valle del Lili y la Universidad ICESI de Cali, a la convocatoria para acceder a recursos del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación del Sistema General de Regalías (SGR), con el fin de fortalecer laboratorios de biología molecular, de la cual salieron favorecidos.

“El propósito de la alianza es producir la enzima a gran escala, de manera que sirva para abastecer a los laboratorios de las universidades que están haciendo pruebas diagnósticas, pero que esta llegue también a las demás instituciones que están trabajando en el tema y que lo requieran, inicialmente en Cali y el resto del Valle del Cauca”, señaló Andrés González Barrios, director del Departamento de Ingeniería Química y de Alimentos de Los Andes y líder del proyecto por parte de la institución.

Resultados exitosos

Entre marzo y agosto de 2020, los investigadores lograron producir la enzima y realizar los primeros ensayos de efectividad con resultados exitosos. Esto quiere decir que el producto cumple la reacción que se requiere para lograr diagnosticar la presencia del virus.
De acuerdo con González, la enzima ya fue entregada al Instituto Nacional de Salud (INS), para que la entidad realice las pruebas de verificación y funcionalidad del reactivo. El siguiente paso será formalizar una alianza con la empresa Vecol para producción a escala industrial.

“Actualmente estamos produciendo entre 20 y 30 mililitros de transcriptasa reversa en 8 horas. El siguiente paso es alcanzar los 5 y 7 litros para llegar finalmente a volúmenes de producción industrial de 500 litros”, agregó el investigador.

Para González, la biotecnología está jugando un rol fundamental debido a la pandemia, lo que abrirá enormes oportunidades para entrar a este mercado y desarrollar economías basadas en este tipo de ingeniería. “Para la Universidad y para el país en general este es un gran avance en el área de investigación para el desarrollo de enzimas recombinantes y para el diagnóstico de enfermedades contagiosas”, concluyó.

Andrés González Barrios.
Ph.D. de la University of Connecticut.
[email protected]

Luis Fernando Alarcón, presidente de la Junta Directiva del Grupo Éxito.

LUIS FERNANDO ALARCÓN
“UNO ES EL DIRECTOR DE ORQUESTA”

Mayo de 2020
Un ‘todero generalista’, así se describe Luis Fernando Alarcón Mantilla, pues la vida lo ha llevado a “asumir responsabilidades de carácter muy general en distintos sectores”. Ha ocupado posiciones de primer nivel en ámbitos muy diversos como la presidencia de la Flota Mercante Gran Colombiana, empresa de transporte marítimo; de Asofondos, gremio de los fondos de pensiones; y la gerencia de ISA (Interconexión Eléctrica S. A.). “He estado en organizaciones grandes, pequeñas, medianas, más formales o informales”, resalta, pero la clave de su éxito profesional ha sido adaptarse a las circunstancias de cada una, de la manera más flexible y con mucha entereza.Sus años como alumno de Los Andes estuvieron marcados por los movimientos estudiantiles de comienzos de la década de los setenta, que incluso llevaron a la suspensión de las clases en diferentes ocasiones. Por aquella época la Universidad era más pequeña, pero su modelo educativo ya tenía algunas de sus cualidades típicas, como la posibilidad de brindar una formación amplia, de acuerdo con los intereses de cada persona.Gracias a esto, mientras estudiaba ingeniería civil exploró áreas como la modelación matemática y la estadística, temas fuertes en ingeniería industrial, y comenzó a tomar algunas materias de economía.

“Hoy en día es común que las universidades ofrezcan una formación diversificada, pero Los Andes fue pionera. En la actualidad eso es indispensable, porque hoy no tiene mucho valor una educación tan profesionalizante, puesto que el conocimiento y las cosas van cambiando. Por el contrario, es más importante y útil tener una preparación amplia, diversa, con énfasis en aspectos humanísticos, sociales… que el estudiante tenga una visión mucho más integral del mundo, del conocimiento, de la ciencia, de la sociedad”, señala el también ex ministro de Hacienda y Crédito Público (1987-1990).

«Nunca he pensado en que quiero llegar a tal posición, no ha habido nada planeado ni deliberado; pero siempre he tratado de asumir las responsabilidades que he tenido en cada momento, con toda entrega, dedicación y empeño»
Luis Fernando Alarcón

Tan pronto obtuvo su diploma como ingeniero civil ingresó al Programa de Economía para Graduados, pero no se graduó, pues viajó a Estados Unidos para realizar la Maestría en Ingeniería Civil en Sistemas de Recursos Hidráulicos, en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.

Inició su doctorado en esa misma institución; sin embargo, decidió volver a Bogotá con la intención de trabajar un tiempo y regresar más adelante para terminar sus estudios. Fue entonces cuando “la suerte y el azar” intervinieron, pues en la capital colombiana le ofrecieron la oportunidad de ocupar la jefatura de la Unidad de Inversiones Públicas en el Departamento de Planeación Nacional. “Eso definió buena parte de mi carrera, porque no terminé el doctorado y, a partir de ahí, pasé por distintos cargos y cuatro años después me convertí en Ministro de Hacienda”, añade.

Aunque han sido muchos y muy variados los retos profesionales a los que se ha enfrentado a lo largo de 45 años de carrera, su clave ha sido siempre afrontarlos con integridad y compromiso. “Nunca he pensado en que quiero llegar a tal posición, no ha habido nada planeado ni deliberado; pero siempre he tratado de asumir las responsabilidades que he tenido en cada momento, con toda entrega, dedicación y empeño”.

Es profunda la gratitud y el entrañable afecto que siente por la Universidad de los Andes, institución a la que siempre ha estado ligada. Hace más de dos décadas presidió Uniandinos, Asociación de Egresados de Los Andes, que le otorgó la Orden Séneca por su contribución. Además, desde hace cerca de 25 años forma parte del Consejo Superior de la Universidad y, en la actualidad, es miembro del Consejo Directivo.

A los universitarios les aconseja disfrutar los años estudiantiles, tratar de resolver dudas, hacer preguntas y expresar lo que piensen. “Deben aprovecharlos, porque después tendrán que enfrentar otras responsabilidades, pensar en valerse por sí mismos, en cómo es el empleo, en su vida laboral”.

Desde 2015 se ha dedicado a lo que él denomina ‘dar opiniones y consejos’. “Me retiré porque pensé: todavía tengo bastantes cosas para hacer y años para vivir. Quiero tener la oportunidad de disfrutarlos de otra manera, de adaptarme y de continuar haciendo cosas útiles y seguir aportando en lo que pueda. Mis labores actuales son un trabajo muy gratificante”, resalta.

En la actualidad, forma parte de la junta directiva del Grupo de Inversiones Suramericana, de Emgesa S. A., de Frontera Energy Corp., y de la Fundación Plan. Además, preside la junta directiva del Grupo Éxito. “El comercio minorista se ha vuelto tremendamente competido, han aparecido nuevos actores, nuevos formatos, y el comercio electrónico impone unos desafíos gigantescos”, comenta sobre los retos que afronta la compañía. Se siente afortunado, pues considera que el equipo de la empresa ha sido visionario y ágil en tratar de identificar —y la junta directiva en entender y validar—, las estrategias que les permitan adaptarse a esas circunstancias. “El Grupo Éxito ha sido muy exitoso al modificar y fortalecer algunos de sus formatos, para dar una respuesta apropiada a los cambios en los hábitos de consumo”, concluye.

Myriam Luisa Díaz, Directora del Departamento de Arte de la Universidad de los Andes.

MYRIAM LUISA DÍAZ
UNA INGENIERA EN EL MUNDO DE LAS ARTES

Mayo de 2020
“Eran los años 80… Queríamos resolver todo”, recuerda Myriam Luisa Díaz hoy sentada en la oficina desde donde dirige el Departamento de Arte de la Facultad de Artes y Humanidades de Los Andes. Se refiere a su vida estudiantil y de recién graduada como ingeniera de sistemas y computación, cuando la generalidad era “querer ayudar en todos los temas en el campo de producción humana”. La inspiración fue, principalmente, la llegada de los primeros computadores personales a la Universidad. Ahí ella pudo desarrollar, como proyecto de grado, un prototipo de diseño textil. “¡Uno podía tejer virtualmente la tela y visualizarla a ocho colores antes de hacerla en físico!”, dice emocionada tanto del recuerdo como de la evolución de la tecnología desde entonces hasta la fecha.

Debió desenmarañar el misterio de la creación textil para luego crear esa solución computarizada. “Tuve que comprender los procesos básicos de un tejido para poder conceptualizarlo y poder crear un modelo”. Eso, que en palabras suena tan fácil, fue todo un reto para una mente teórica y sistémica como la de ella. La ventaja fue –y siempre lo ha sido– su interés por aprender. Ese rasgo tan de su personalidad tuvo, además, refuerzo en su vida de estudiante uniandina.

“La universidad me dio herramientas muy útiles en términos de formación integral porque siempre se preocupó por acercar a los estudiantes a otras áreas”
Myriam Luisa Díaz

Tal vez por eso no se le hace extraño el hecho de ser una mujer ingeniera dirigiendo un departamento de arte. Finalmente, esa fusión de saberes ha sido su realidad desde hace 30 años cuando fue nombrada coordinadora de informática de los Programas de Artes Plásticas y Textiles y desde entonces ha estado en lo que después se convertiría en la Facultad de Artes y Humanidades.

Su experiencia le ha enseñado que la experiencia no necesariamente define el campo de acción de un profesional y que la ingeniería, al ser tan aplicada, tiene diferentes áreas de proyección.

Ha sido profesora en Arte y directora de la especialización de Creación Multimedia durante sus 16 años de existencia. Fue un proyecto que dejó muchos buenos recuerdos y ejemplos de trabajos multidisciplinarios, de los que es fan y defensora. Porque ella también ve muy clara la relación entre arte y electrónica, arte y computación, arte e ingeniería civil… El mundo para ella es multidisciplinar.

Y aunque mantiene vigentes unos interrogantes que la rondan sobre lo que es pertinente enseñar de informática en una escuela de artes, hay dos conceptos que la guían: abstraer y conceptualizar. Para ella, esos dos verbos cruzan tanto al arte, como a la ingeniería. Y ella, magistralmente, ha logrado juntarlos en lo que denomina el pensamiento computacional, o la forma de resolver problemas usando el computador. Eso es lo que más le gusta de enseñar, porque siente que ayuda mucho a los creadores artísticos a utilizar medios electrónicos e incluso a potenciar su creatividad.

De todas maneras, su experiencia le ha enseñado que la carrera no necesariamente define el campo de acción de un profesional y que la ingeniería, al ser tan aplicada, tiene diferentes áreas de proyección. Por eso, aunque su vida ha transcurrido entre artistas, está tan orgullosa de ser ingeniera que considera que es una de sus cualidades. “Me gusta ser lo que soy”, asegura.

RECREOVIA

RECREOVÍA DE BOGOTÁ: CONECT@DOS POR EL DEPORTE

Después de comprobar las ventajas de la Recreovía, el programa público de actividad física en Bogotá, un equipo de epidemiología e ingeniería logró establecer beneficios en términos de capital social. Lo hicieron con tecnología y análisis de redes sociales temporales.

Mayo de 2020
Encontrar la forma en la que un programa distrital como la Recreovía de Bogotá impacta los estilos de vida de las personas frente a la generación de relaciones sociales, fue el más reciente reto que se impusieron el profesor de Ingeniería Industrial Felipe Montes, la estudiante de maestría Ana María Jaramillo, y la epidemióloga y profesora titular de la Facultad de Medicina, Olga Lucía Sarmiento, con sus respectivos equipos de trabajo. Querían indagar cómo se construyen las interacciones sociales a través de la participación en programas de actividad física.

Por estudios previos, ya sabían que 4 de cada 10 usuarios de la Recreovía de Bogotá se dedicarían a actividades sedentarias si no contaran con ese servicio, o que para 2 de cada 5 usuarios ese es el único lugar donde practican actividad física. El programa es de acceso gratuito para los usuarios, y a la ciudad le cuesta apenas 8 centavos de dólar la clase por cada participante.

¿Qué es la Recreovía?

El programa de recreovías del Instituto Distrital de Recreación y Deporte de Bogotá nació en 1995. Busca promover y generar hábitos y estilos de vida saludables a través de la práctica de actividad física dirigida y musicalizada en sesiones de unos 45 minutos de duración. Hay más de 60 puntos en la ciudad, ubicados en 19 de las 20 localidades. Anualmente, registra más de 1,3 millones de usuarios de sus servicios.Además de promoción de hábitos de vida saludables, el programa pretende llegar en igualdad de condiciones a los diferentes grupos poblacionales de la ciudad, sin distinción de etnia, edad, género o condición social con un enfoque: cultural, incluyente, educativo y saludable.Además, se interesa por fortalecer los valores sociales que permitan la construcción de una sociedad participativa con sentido de pertenencia y cuidado hacia los espacios públicos de la ciudad.

El interés ahora era determinar qué otros beneficios además de los relacionados con la actividad física podría generar el programa entre sus participantes. Para eso siempre han trabajado en conjunto con el Instituto Distrital de Recreación y Deporte, que quería indagar por el desarrollo de comunidades alrededor del programa, dado que uno de sus propósitos es fortalecer los valores sociales.Para comprender el fenómeno, los investigadores hicieron uso de la tecnología: observaron durante 20 semanas el comportamiento de las redes sociales de personas asociadas a la Recreovía aprovechando la apertura de tres nuevos puntos: Meissen, Valles de Cafam y Santa Isabel.

Eso les permitió partir de cero interacciones entre unos y otros y ver su evolución. Así, fueron notando cómo de dos o tres interacciones, iban pasando a 7, a 10… hasta llegar a 2.565 interacciones entre 272 seguidores que suman las cuentas de Facebook de los tres nuevos puntos. “Empezamos a ver cómo estas personas que iban al programa empezaban a cohesionarse, a volverse una comunidad”, indica el ingeniero Montes.

Y no solo midieron la cohesión entre los participantes, sino entre los grupos de interés alrededor del programa. Entonces se fijaron también en las interacciones de los instructores, representantes de la industria de la recreación y el deporte, y miembros o entidades del gobierno distrital.

Así, pudieron identificar que, en general, los instructores tienen más interacciones que el resto de personas, dado que “son los que más exposición tienen de todo el grupo” y las figuras más visibles de todo el programa. El 44% de las relaciones virtuales de los instructores es con participantes, 25% con miembros de la industria, 15% con otros instructores y 16% con cuentas o personas del gobierno distrital.

Sin embargo, entre participantes hay un alto nivel de conexiones: el 34% de sus conexiones es con otros participantes, el 20% es con instructores y el 16% con miembros del Gobierno. Para los investigadores, ese nivel de aproximación entre participantes da cuenta de algo que denominan el crecimiento auto organizado, que sería lo que les permitiría eventualmente dejar de depender de la existencia de un programa o de la presencia de un instructor para generar acciones comunitarias.

Trabajo interdisciplinar para llegar a las fronteras del conocimiento con estudio de Epiandes“Cuando soñamos solos, los sueños son solo sueños; cuando soñamos juntos los sueños se hacen realidad”. Con esa cita, Felipe Montes recuerda a su mentor, Roberto Zarama, para explicar el éxito que han tenido en el trabajo interdisciplinar su laboratorio, conocido como el Social and Health Complexity Center, y el grupo de epidemiología que dirige Olga Lucía Sarmiento, Epiandes.

Trabajan juntos desde 2009 integrando metodologías de sistemas complejos a la problemáticas de salud pública y epidemiología de la ciudad. Ingeniería y salud pública avanzando en paralelo para llegar a las fronteras del conocimiento.

Lograr la integración a la que han llegado, en la que, de acuerdo con el profesor Montes, ya no necesitan traductores, porque “cada uno ya habla el lenguaje del otro”, ha sido un trabajo de tiempo, apertura y apoyo de investigadores que entienden y pueden trabajar con lógicas ajenas a su área de estudio, así como entidades y grupos de investigación que crean en el potencial del trabajo interdisciplinar.

En este caso, el Instituto Distrital para la Recreación y el Deporte (IDRD), que les ha permitido explorar posibilidades de investigación para encontrar el valor social y la relación costo-beneficio de sus programas. También organizaciones internacionales como el Center of Desease Control (CDC) en Atlanta (EE.UU.) y el Centro de Excelencia de Investigación en Modelamiento y Simulación de Fenómenos y Procesos Complejos (CEIBA), que han ofrecido el financiamiento que permite la evolución de la investigación.

Si bien la investigación evaluó las interacciones sociales virtuales, estas revelan interacciones reales. “Para que lleguen a Facebook debe haber una conversación, un momento posterior a la clase que llega por lo menos a la conexión de personas a través de la red social donde se comparte información personal. Eso ya implica un nivel mayor de relacionamiento que solo ir a la clase”, explica Montes.Además, es un modelo de investigación en línea que resulta más económico que otras alternativas y que generan proxis eficientes de capital social, de acuerdo con la epidemióloga Olga Lucía Sarmiento, quien recuerda incluso una ocasión en que la permanencia del programa estuvo en riesgo y los usuarios armaron grupos en redes sociales en los que abogaron por su permanencia.

Los hallazgos de esta investigación se publicarán en la revista Network Science, y se convierten en un insumo valioso para demostrar la pertinencia del programa para el bienestar de los bogotanos, pues con rigor científico puede asegurarse que promueve la actividad física, la calidad de vida relacionada con la salud, la satisfacción por la vida y, además, la cohesión y el capital social.

Llegar a esas conclusiones ha sido posible gracias a que la mirada del problema, o de la pregunta de investigación por resolver, se la plantean desde diversos modelos mentales. Por un lado, está la epidemiología y la necesidad de promover la actividad física como herramienta para reducir enfermedades crónicas y los consecuentes costos en el sistema de salud. Y por el otro, está el análisis de sistemas complejos, dado que las ciudades, sus programas y las relaciones sociales son ejemplo de ello. “Y ambas miradas tienen el mismo peso, es un trabajo interdisciplinar”, explica Olga Lucía Sarmiento.

Felipe Montes.
Ph.D. de la Universidad de los Andes.
[email protected]