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¿Qué hace_un ingeniero de alimentos? Universidad de los Andes

¿QUÉ HACE UN INGENIERO DE ALIMENTOS?

¿QUÉ HACE UN INGENIERO DE ALIMENTOS?EN CAMPO DE ACCIÓN, CONTACTO 23

Diciembre de 2021
Los ingenieros de alimentos uniandinos son capaces de diseñar productos y procesos alimentarios con un alto valor agregado, seguros, sostenibles, funcionales, nutritivos y competitivos. ¿Te has preguntado qué puede hacer un ingeniero de alimentos, en qué campos se desempeña y con quiénes suele trabajar? Descubre el mundo de la Ingeniería de Alimentos a través del proyecto de Procelio Mena, quien extrajo moléculas de la fibra de caña para crear un edulcorante apto para diabéticos.

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Descubre el mundo de la Ingeniería de Alimentos a través del proyecto de Procelio Mena, quien extrajo moléculas de la fibra de caña para crear un edulcorante apto para diabéticos.

¿Cuál es el aporte de la ingeniería de alimentos a la sociedad?

La ingeniería de alimentos en Uniandes busca generar valor a la biodiversidad colombiana a través de la formación de líderes del sector alimentario que comprenden su impacto social, industrial y ético. Gracias a su formación, los ingenieros de alimentos son capaces de diseñar productos y procesos alimentarios con un alto valor agregado, seguros, sostenibles, funcionales, nutritivos y competitivos a nivel nacional e internacional, mediante el uso de procesos innovadores, eficientes y respetuosos con el medio ambiente.

¿Cuáles son los campos de acción de un ingeniero de alimentos?

Los ingenieros de alimentos dominan los principios de procesamiento y diseño de productos alimenticios y tienen una sólida fundamentación en ingeniería y ciencias que les permite desenvolverse en áreas tales como alimentos funcionales, biotecnología de alimentos, empaques inteligentes y procesos sostenibles.
Algunas de estas áreas pueden ser:
– Investigación e innovación en el procesamiento y producción de alimentos.
– Docencia universitaria y carrera académica.
– Administración y gerencia de proyectos de desarrollo de materias primas, insumos, transformación y producción de alimentos.
– Gestión o consultoría para empresas del sector en temáticas como aseguramiento de salubridad, procesamiento, maquinaria, almacenamiento, distribución y producción.

¿Con quién trabaja un ingeniero de alimentos?

El consumidor está demandando cada vez más al ingeniero y la industria productos alimentarios que sean fáciles de preparar o de consumir, seguros, con características sensoriales adecuadas y con propiedades biológicas más allá de las nutricionales. Esta misión requiere de habilidades de trabajo transdisciplinario y en equipo, pues solo así podrán desarrollarse productos y procesos alimentarios innovadores. Algunas de las disciplinas con las que más interactúa un ingeniero de alimentos son:
– Ingeniería Química.
– Ingeniería Ambiental.
– Ingeniería Industrial.
– Ingeniería Biomédica.
– Ingeniería Electrónica.
– Medicina.
– Nutrición.
– Biología.
– Química.
– Diseño.
– Administración de empresas.
– Economía.

¿Cuál es el nivel de empleabilidad de los ingenieros de alimentos uniandinos?

Según el ranking de Empleabilidad de Egresados 2022 de Quacquarelli Symonds (QS), los egresados de la Universidad de los Andes tienen mayores oportunidades de conseguir trabajo que sus pares de otras instituciones de educación superior. En este ranking, Los Andes se ubicó como la primera en Colombia y la cuarta en América Latina.

De acuerdo con el Observatorio Laboral para la Educación (OLE), con datos de los estudiantes graduados con un solo título en Colombia entre 2014 y 2018, durante el primer año de graduados, la tasa de empleabilidad para los uniandinos fue del 82%, mientras que para los egresados de otras universidades fue del 79%.

¿Cuánto gana un ingeniero de alimentos uniandino?

De acuerdo con el Observatorio Laboral para la Educación (OLE), con datos de los estudiantes graduados con un solo título en Colombia entre 2014 y 2018, dentro de los cinco años siguientes a la obtención del grado, los salarios promedio de los egresados uniandinos son un 27% más altos a los de otras universidades.

¿Cuál es el pénsum del pregrado en Ingeniería de Alimentos?

Conoce aquí el plan de estudios del pregrado en Ingeniería de Alimentos en Los Andes.

Descarga el folleto de Ingeniería de Alimentos
Conoce más del programa aquí

Una ingeniera en esta área para destacar

NATALIA NIÑO
Ingeniera química e industrial uniandina

Natalia Niño, CEO de Helados Popsy.
Natalia Niño, CEO de Helados Popsy.

En sus más de 18 años de trayectoria profesional, en cargos directivos de diferentes compañías, ha logrado abrir espacios importantes de equidad demostrando que las competencias de las mujeres son un activo enorme para el crecimiento y desarrollo de las organizaciones. “La estructura de pensamiento de los ingenieros uniandinos es su principal diferencial en el mercado laboral. Nos preparan para afrontar cualquier problema, analizarlo y plantear cómo resolverlo”, comentó en entrevista para CONTACTO.

Natalia Niño, CEO de Helados Popsy.

NATALIA NIÑO
«LA INGENIERÍA ES UNA PASIÓN QUE SE HEREDA”

Mayo de 2021
«Lo que se hereda no se hurta», dice el viejo adagio. Una frase que encaja muy bien para Natalia Niño, actual gerente general de Helados Popsy. Su abuelo era ingeniero químico; trabajaba en la descripción de invenciones para el desarrollo de patentes y marcas para diversos productos en un bufete de abogados. Un tema que ella encontraba fascinante porque era la posibilidad de generar soluciones a diferentes necesidades de las personas, así que cuando tuvo que elegir su pregrado no tuvo que pensarlo dos veces.

Aquel gusto por la investigación y el rigor científico hizo que durante sus primeros años de carrera en ingeniería química encontrara un interés especial por el diseño de procesos productivos y de equipos. Esta fue una de las razones para que en cuarto semestre decidiera hacer doble titulación en Ingeniería Industrial.

Determinación que, de acuerdo con Natalia, marcó el futuro de su vida laboral y profesional. “Esta es una magnífica oportunidad que ofrece la Universidad de los Andes para complementar tus estudios y adquirir mayores herramientas profesionales, lo que te permite ampliar el abanico de oportunidades y, sin lugar a dudas, maximizar el retorno de la inversión”, señaló.

Natalia no se equivocó. Una vez se graduó de la universidad ingresó a trabajar a Nestlé, donde ocupó una posición en la que la combinación de sus dos ingenierías fue su principal ventaja competitiva. Como Capital Investment Projects Controller tuvo la oportunidad de administrar la ejecución de los proyectos del Departamento de Ingeniería para las fábricas de Colombia, Venezuela y Ecuador.

De ahí en adelante, esta ingeniera uniandina no ha parado. Su encanto por conocer e involucrarse en los procesos de base de la operación de las compañías para las que ha trabajado, que le ha implicado ponerse –literalmente– las botas, algo que le emociona, para decantar este universo industrial; le ha permitido asumir cargos directivos en compañías como General Motors, Louis Dreyfus Commodities y Philip Morris International, donde ha liderado proyectos estratégicos multifuncionales y todas las actividades de back-office, entre otras responsabilidades.

En 2013 ingresó a Helados Popsy donde ha hecho una larga carrera profesional. Allí se ha desempeñado como directora financiera y administrativa – CFO; Directora Corporativa – COO y, desde hace dos años, CEO y Gerente General de la compañía que opera en Colombia, Perú y Panamá.

“La estructura de pensamiento de los ingenieros uniandinos es su principal diferencial en el mercado laboral. Nos preparan para afrontar cualquier problema, analizarlo y plantear cómo resolverlo”.
Natalia Niño

Para Natalia, los logros alcanzados durante su vida laboral, sin duda, tienen que ver con la estructura de pensamiento, el nivel de exigencia y el respeto por las diferentes disciplinas que adquirió durante su paso por Los Andes.

“La estructura de pensamiento de los ingenieros uniandinos es su principal diferencial en el mercado laboral. Nos preparan para afrontar cualquier problema, analizarlo y plantear cómo resolverlo. Cuando hablo de respeto por las diferentes disciplinas me refiero a que en la universidad es tan importante el conocimiento del ingeniero como el del abogado o como el del literato. Todas se respetan por igual y su contribución es valiosa”, sostiene.

Esta ingeniera ha logrado desarrollarse en un mundo laboral que por muchos años fue un territorio de hombres, sin embargo, ella, como muchas de sus colegas, ha abierto un camino de oportunidades para que otras mujeres vean en las ingenierías enormes posibilidades para crecer y aportar a la sociedad desde diferentes ámbitos.

Aunque reconoce que no ha sido una tarea fácil, teniendo en cuenta que aún, por ejemplo, existe el imaginario que plantea que las mujeres no están hechas para ciertas tareas, estos se han ido venciendo.

“Sin embargo, debemos seguir trabajando para eliminar los paradigmas que aún continúan allí. No conozco al primer ingeniero mecánico al que le hayan preguntado si está seguro de querer irse a una plataforma petrolera o a una mina. A una mujer sí se le consulta si está dispuesta. Aún en algunos entornos se le pregunta si tiene en sus planes tener hijos como factor de decisión para su elección en ciertos proyectos”, enfatizó.

Para disminuir estas brechas, Natalia agrega que se necesitan mujeres líderes en carreras STEM que, a través de sus logros y su ejemplo, abran la puerta a más de ellas. Adicionalmente, se necesitan hombres líderes que valoren las competencias femeninas y que reconozcan que son pieza fundamental para el avance acelerado en estas disciplinas.

“La mujer de este siglo se enfrenta a realidades muy diversas según la cultura, zona geográfica o situación social en la que se encuentre. Pese a todos estos retos, hemos ganado espacios, igualdad, posiciones importantes, y cada vez más la sociedad ha entendido que somos un activo muy valorado cuando de dirigir una organización o liderar un equipo se trata. En ese sentido tenemos una responsabilidad muy grande, demostrar que se puede lograr siendo diferentes, no pretendiendo ser iguales”, añadió.

“Nuestra ventaja competitiva más grande en las organizaciones es la recursividad y la capacidad de hacer pasar las cosas, de ser eficientes también en el uso de los recursos”.
Natalia Niño

Para Natalia, la mujer es un ser integral, capaz de gestionar diversos problemas, desplegando una capacidad inédita de estar en varios lugares al mismo tiempo; casa, hijos, pareja, padres, trabajo, escuela y actividades extracurriculares. “Creo que esto es lo que desarrolla nuestra ventaja competitiva más grande en las organizaciones: la recursividad y la capacidad de hacer pasar las cosas, de ser eficientes también en el uso de los recursos. Lo que sí debe ser igual es el reconocimiento al mérito. La oportunidad la gana quien mejor lo hace”, advierte.

Por esta razón, en su concepto, es muy importante incentivar en las niñas y adolescentes el gusto por las carreras STEM porque las mujeres cuentan con grandes cualidades y competencias que permitirán un avance más acelerado de las ciencias y de la investigación.

“Porque en últimas es la ecuación para incrementar el crecimiento de los países. Hay estudios que sugieren que la incorporación de mujeres a puestos STEM generaría un mayor PIB. Es generar riqueza que redunda en el beneficio de toda la sociedad. La OCDE dice que, si bien las jóvenes mujeres tienen más chance de estudiar una carrera universitaria que los hombres (40 % contra 36 %), muy pocas tienden a estudiar este tipo de profesiones, de hecho, solo alrededor del 20 % de los estudiantes de carreras STEM son mujeres”, dijo.

Hoy, como líder de Helados Popsy en Colombia, Helados Gelarti en Perú y Panamá, y Franquicias de Juan Valdez en Colombia y Perú, continuará empoderando a todo el equipo de trabajo de la compañía, del que hacen parte muchas mujeres, para seguir impactando la vida de sus diferentes grupos de interés y proporcionar la visión estratégica que requiere la organización para encontrar nuevas oportunidades de negocio con rentabilidad sostenible, en medio de la nueva normalidad, tras la pandemia.

A su modo de ver, “este es momento de apalancarse en todas las fortalezas profesionales y organizacionales para poder reaccionar con pertinencia. Las crisis abren nuevas oportunidades, leer las señales del mercado de manera rápida es estratégico. También se generan nuevas necesidades en empleados y en usuarios finales a las que hay que reaccionar con velocidad. La clave es tener resiliencia como organización y ser flexibles ante los cambios constantes que en adelante serán la norma, y en los que las mujeres serán fundamentales para construir un mundo mejor”.

¡Escucha lo que la CEO de Popsy tiene para decirte sobre incentivar a niñas y adolescentes a estudiar carreras STEM!

 

Ingenieros uniandinos pueden transformar residuos de cacao en empaques e insumos para construcción.

APROVECHAMIENTO Y NUEVOS USOS DEL CACAO EN COLOMBIA

¿Sabías que el residuo del cacao puede transformarse en envases, empaques y otra cantidad de productos, incluyendo insumos para la construcción? Conoce cómo investigadores de Los Andes lo hacen realidad.

Mayo de 2020
El cultivo y consumo de cacao es una tradición ancestral que se ha heredado por generaciones convirtiéndose en uno de los principales productos agrícolas de regiones como Centroamérica y Sudamérica. Aunque Colombia no es uno de los principales productores, de acuerdo con la Federación Nacional de Cacaoteros, entre 2011 y 2018, el sector pasó de producir 37 mil toneladas a más de 56 mil toneladas de granos de cacao.

Este dinámico crecimiento se debe, en buena medida, a que el cacao se ha convertido en uno de los proyectos productivos más destacados dentro del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso ilícito (PNIS), en el marco de la firma de los acuerdos de paz entre el Gobierno Nacional y las FARC, favoreciendo a miles de familias víctimas del conflicto armado que han encontrado una nueva oportunidad dentro de la economía legal.

Este nuevo panorama ha permitido que se fortalezca el trabajo que desde hace varios años viene desarrollando el sector con el propósito de consolidar diferentes proyectos de innovación que contribuyan a alcanzar procesos mucho más sostenibles a lo largo de su cadena productiva.

Para logarlo, las empresas del sector han buscado el apoyo de las universidades para desarrollar este tipo de iniciativas. Una de ellas es la que adelanta la empresa Casa Luker con la Universidad de los Andes por medio del proyecto ‘Aprovechamiento y transformación de residuos generados del cultivo de cacao’, y que demuestra el gran interés que tiene la compañía en gestionar desarrollos con impacto social y ambiental.

La iniciativa, que inició su primera fase en agosto de 2019, busca encontrar nuevos usos para las más de 12 mil toneladas de residuos que deja la producción anual en las plantaciones de Necoclí (Antioquia) y Palmas (Casanare) de Casa Luker.

De acuerdo con Alicia Porras, profesora asistente del Departamento de Ingeniería Química y de Alimentos de la Universidad de los Andes y directora de la iniciativa por parte de la institución, durante el proceso productivo del cacao solo se aprovecha, aproximadamente, el ocho por ciento del fruto para la producción de cacao seco, el resto son residuos y subproductos, entre estos, la cascarilla de la semilla y la cascara exterior, también llamada cacota o mazorca.

Y es precisamente con estos residuos que el grupo de investigadores de Los Andes busca su valorización a través del desarrollo de nuevos materiales y diseño de productos verdes usando las fibras naturales extraídas de los sobrantes a partir de su transformación química y mecánica, tras su mezcla con otros polímeros biodegradables.

“Con estos residuos hemos desarrollado laminados, películas y filamentos para impresión 3D, materiales biodegradables con aplicaciones potenciales para la fabricación de envases, empaques y otra cantidad de productos, incluyendo insumos para la construcción, y que podrán ser utilizados por la propia compañía a través del concepto de economía circular”, agregó la profesora.

En este momento, el proyecto se encuentra en su segunda fase que podrá extenderse hasta 2021 y en la que se adelantarán las pruebas para mejorar el diseño conceptual y funcional del material para que cumpla todas las especificaciones técnicas requeridas
–inocuidad, toxicidad, absorción, humedad, entre otras–. La siguiente fase será trasladar la investigación del laboratorio para escalarla de manera industrial.

Para la profesora, los buenos resultados de este tipo de proyectos se dan gracias a los 10 años de investigación que los departamentos de Ingeniería Química y de Alimentos e Ingeniería Mecánica de la Universidad de los Andes han realizado para desarrollar nuevos materiales y filamentos para impresión 3D a partir de materiales reciclados y/o biodegradables en combinación con fibras naturales y/o residuos agroindustriales colombianos.

Alicia Porras.
Ph.D. de la Universidad de los Andes.
[email protected]