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Etiqueta: Química

María Camila Calderón, Summa Cum Laude, Ingeniería Química, Universidad de los Andes.

CAMILA CALDERÓN
“UNA IDEA BIEN EJECUTADA TRANSFORMA EL MUNDO”


La mayor pasión profesional de María Camila Calderón es la innovación, pues considera que una idea creativa bien ejecutada puede cambiar el mundo. “Esto aplica tanto para el diseño de productos y procesos, como para cambios globales como la transición energética”. Esta ingeniera uniandina nos cuenta las 5 cosas que marcaron su paso por la Facultad de Ingeniería.

Carrera: Ingeniería Química.

Promedio: 4,62.

¿Por qué estudiaste Ingeniería Química?  Siempre he sido muy curiosa. Quería aprender sobre cómo funcionan las cosas y cómo puedo lograr que estas mejoren desde la innovación.

¿Cuál fue la clase que más te impactó? Tal vez la de Operaciones Unitarias. Esta clase, en particular, presenta contenido fundamental para entender cualquier industria en la que quieras trabajar como ingeniero químico. Además, fue uno de los cursos en los que más logré ejercer la gestión de proyectos y el trabajo en equipo.

¿Cuál fue tu mayor aprendizaje en Uniandes? La Universidad me enseñó que para alcanzar un equilibrio entre excelencia y bienestar es necesario tener un adecuado manejo del tiempo, un alto compromiso ante la simultaneidad de tareas, ejercer liderazgo y aprender a trabajar en equipo.

¿En qué trabajas y cuáles son tus proyectos a futuro?  Actualmente trabajo en OCENSA, del grupo empresarial Ecopetrol, en un programa de entrenamiento para recién egresados. Llevo a cabo diferentes proyectos innovadores en distintas áreas de la compañía. Dentro de mis proyectos a futuro espero seguir creciendo como profesional y aportando a la sociedad desde el desarrollo de productos y procesos innovadores, que involucren la transformación digital y la sostenibilidad.

¿Qué consejo le darías a un “primíparo”?  Le recomendaría que disfrute al máximo cada día de su carrera, sin afán por graduarse o miedo por demorarse, pues la universidad es uno de los mejores momentos para disfrutar del aprendizaje sin temor a las equivocaciones. No hay que concentrarse en los problemas o las imperfecciones, mejor descubre de qué manera puedes crecer y promover el crecimiento de los demás. También le diría que no se niegue la posibilidad de pedir ayuda a sus profesores y compañeros, pues trabajando juntos los logros son mejores.

Natalia Niño, CEO de Helados Popsy.

NATALIA NIÑO
«LA INGENIERÍA ES UNA PASIÓN QUE SE HEREDA”

Mayo de 2021
«Lo que se hereda no se hurta», dice el viejo adagio. Una frase que encaja muy bien para Natalia Niño, actual gerente general de Helados Popsy. Su abuelo era ingeniero químico; trabajaba en la descripción de invenciones para el desarrollo de patentes y marcas para diversos productos en un bufete de abogados. Un tema que ella encontraba fascinante porque era la posibilidad de generar soluciones a diferentes necesidades de las personas, así que cuando tuvo que elegir su pregrado no tuvo que pensarlo dos veces.

Aquel gusto por la investigación y el rigor científico hizo que durante sus primeros años de carrera en ingeniería química encontrara un interés especial por el diseño de procesos productivos y de equipos. Esta fue una de las razones para que en cuarto semestre decidiera hacer doble titulación en Ingeniería Industrial.

Determinación que, de acuerdo con Natalia, marcó el futuro de su vida laboral y profesional. “Esta es una magnífica oportunidad que ofrece la Universidad de los Andes para complementar tus estudios y adquirir mayores herramientas profesionales, lo que te permite ampliar el abanico de oportunidades y, sin lugar a dudas, maximizar el retorno de la inversión”, señaló.

Natalia no se equivocó. Una vez se graduó de la universidad ingresó a trabajar a Nestlé, donde ocupó una posición en la que la combinación de sus dos ingenierías fue su principal ventaja competitiva. Como Capital Investment Projects Controller tuvo la oportunidad de administrar la ejecución de los proyectos del Departamento de Ingeniería para las fábricas de Colombia, Venezuela y Ecuador.

De ahí en adelante, esta ingeniera uniandina no ha parado. Su encanto por conocer e involucrarse en los procesos de base de la operación de las compañías para las que ha trabajado, que le ha implicado ponerse –literalmente– las botas, algo que le emociona, para decantar este universo industrial; le ha permitido asumir cargos directivos en compañías como General Motors, Louis Dreyfus Commodities y Philip Morris International, donde ha liderado proyectos estratégicos multifuncionales y todas las actividades de back-office, entre otras responsabilidades.

En 2013 ingresó a Helados Popsy donde ha hecho una larga carrera profesional. Allí se ha desempeñado como directora financiera y administrativa – CFO; Directora Corporativa – COO y, desde hace dos años, CEO y Gerente General de la compañía que opera en Colombia, Perú y Panamá.

“La estructura de pensamiento de los ingenieros uniandinos es su principal diferencial en el mercado laboral. Nos preparan para afrontar cualquier problema, analizarlo y plantear cómo resolverlo”.
Natalia Niño

Para Natalia, los logros alcanzados durante su vida laboral, sin duda, tienen que ver con la estructura de pensamiento, el nivel de exigencia y el respeto por las diferentes disciplinas que adquirió durante su paso por Los Andes.

“La estructura de pensamiento de los ingenieros uniandinos es su principal diferencial en el mercado laboral. Nos preparan para afrontar cualquier problema, analizarlo y plantear cómo resolverlo. Cuando hablo de respeto por las diferentes disciplinas me refiero a que en la universidad es tan importante el conocimiento del ingeniero como el del abogado o como el del literato. Todas se respetan por igual y su contribución es valiosa”, sostiene.

Esta ingeniera ha logrado desarrollarse en un mundo laboral que por muchos años fue un territorio de hombres, sin embargo, ella, como muchas de sus colegas, ha abierto un camino de oportunidades para que otras mujeres vean en las ingenierías enormes posibilidades para crecer y aportar a la sociedad desde diferentes ámbitos.

Aunque reconoce que no ha sido una tarea fácil, teniendo en cuenta que aún, por ejemplo, existe el imaginario que plantea que las mujeres no están hechas para ciertas tareas, estos se han ido venciendo.

“Sin embargo, debemos seguir trabajando para eliminar los paradigmas que aún continúan allí. No conozco al primer ingeniero mecánico al que le hayan preguntado si está seguro de querer irse a una plataforma petrolera o a una mina. A una mujer sí se le consulta si está dispuesta. Aún en algunos entornos se le pregunta si tiene en sus planes tener hijos como factor de decisión para su elección en ciertos proyectos”, enfatizó.

Para disminuir estas brechas, Natalia agrega que se necesitan mujeres líderes en carreras STEM que, a través de sus logros y su ejemplo, abran la puerta a más de ellas. Adicionalmente, se necesitan hombres líderes que valoren las competencias femeninas y que reconozcan que son pieza fundamental para el avance acelerado en estas disciplinas.

“La mujer de este siglo se enfrenta a realidades muy diversas según la cultura, zona geográfica o situación social en la que se encuentre. Pese a todos estos retos, hemos ganado espacios, igualdad, posiciones importantes, y cada vez más la sociedad ha entendido que somos un activo muy valorado cuando de dirigir una organización o liderar un equipo se trata. En ese sentido tenemos una responsabilidad muy grande, demostrar que se puede lograr siendo diferentes, no pretendiendo ser iguales”, añadió.

“Nuestra ventaja competitiva más grande en las organizaciones es la recursividad y la capacidad de hacer pasar las cosas, de ser eficientes también en el uso de los recursos”.
Natalia Niño

Para Natalia, la mujer es un ser integral, capaz de gestionar diversos problemas, desplegando una capacidad inédita de estar en varios lugares al mismo tiempo; casa, hijos, pareja, padres, trabajo, escuela y actividades extracurriculares. “Creo que esto es lo que desarrolla nuestra ventaja competitiva más grande en las organizaciones: la recursividad y la capacidad de hacer pasar las cosas, de ser eficientes también en el uso de los recursos. Lo que sí debe ser igual es el reconocimiento al mérito. La oportunidad la gana quien mejor lo hace”, advierte.

Por esta razón, en su concepto, es muy importante incentivar en las niñas y adolescentes el gusto por las carreras STEM porque las mujeres cuentan con grandes cualidades y competencias que permitirán un avance más acelerado de las ciencias y de la investigación.

“Porque en últimas es la ecuación para incrementar el crecimiento de los países. Hay estudios que sugieren que la incorporación de mujeres a puestos STEM generaría un mayor PIB. Es generar riqueza que redunda en el beneficio de toda la sociedad. La OCDE dice que, si bien las jóvenes mujeres tienen más chance de estudiar una carrera universitaria que los hombres (40 % contra 36 %), muy pocas tienden a estudiar este tipo de profesiones, de hecho, solo alrededor del 20 % de los estudiantes de carreras STEM son mujeres”, dijo.

Hoy, como líder de Helados Popsy en Colombia, Helados Gelarti en Perú y Panamá, y Franquicias de Juan Valdez en Colombia y Perú, continuará empoderando a todo el equipo de trabajo de la compañía, del que hacen parte muchas mujeres, para seguir impactando la vida de sus diferentes grupos de interés y proporcionar la visión estratégica que requiere la organización para encontrar nuevas oportunidades de negocio con rentabilidad sostenible, en medio de la nueva normalidad, tras la pandemia.

A su modo de ver, “este es momento de apalancarse en todas las fortalezas profesionales y organizacionales para poder reaccionar con pertinencia. Las crisis abren nuevas oportunidades, leer las señales del mercado de manera rápida es estratégico. También se generan nuevas necesidades en empleados y en usuarios finales a las que hay que reaccionar con velocidad. La clave es tener resiliencia como organización y ser flexibles ante los cambios constantes que en adelante serán la norma, y en los que las mujeres serán fundamentales para construir un mundo mejor”.

¡Escucha lo que la CEO de Popsy tiene para decirte sobre incentivar a niñas y adolescentes a estudiar carreras STEM!

 

La Universidad de los Andes produce, a nivel local y con ingeniería nacional, un reactivo esencial para hacer pruebas diagnósticas del coronavirus.

BIOTECNOLOGÍA NACIONAL PARA EL DIAGNÓSTICO DEL COVID-19

La Universidad de los Andes produce, de manera local y con ingeniería nacional, uno de los reactivos indispensables de las pruebas diagnósticas del nuevo coronavirus.

Octubre de 2020
Aumentar el número de pruebas para detectar casos de Covid-19 ha sido una de las principales estrategias que han adoptado los gobiernos alrededor del mundo para mitigar y disminuir los contagios. Esto debido a que la identificación del virus permite, entre otras medidas, hacer cercos epidemiológicos que contengan su propagación.

Colombia, por ejemplo, pasó de hacer en promedio, 600 pruebas diarias al inicio de la pandemia a más de 30 mil para mediados de septiembre. Una tarea que ha contado con el apoyo de diferentes instituciones, entre ellas, la Universidad de los Andes, la cual dispuso el Laboratorio de Secuenciación – Gencore para el diagnóstico del virus, que se convirtió en uno de los de mayor capacidad del país en el procesamiento de muestras.
Este trabajo le permitió a la universidad identificar la dificultad para acceder a la transcriptasa reversa, uno de los reactivos necesarios para detectar el nuevo coronavirus en el diagnóstico de pruebas qPCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa), por sus siglas en inglés, debido a que este insumo no se produce en el país y su importación se ha dificultado por la creciente demanda mundial.

Esta fue la oportunidad para que el Departamento de Ingeniería Química y de Alimentos de Los Andes, con el apoyo de la Vicerrectoría de Investigación y Creación de la Universidad, decidiera, gracias a los avances que ha hecho su grupo de investigadores en el área de la biotecnología, empezar a trabajar en la producción nacional de este reactivo (enzima).

Inicialmente se recibió la donación por parte de la Universidad de California en San Diego (UCLA) del ADN necesario para iniciar el desarrollo de la tecnología y producir la enzima necesaria para el diagnóstico basado en PCR cuantitativa. Adicionalmente, el grupo de investigadores se presentó, en alianza con la Fundación Valle del Lili y la Universidad ICESI de Cali, a la convocatoria para acceder a recursos del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación del Sistema General de Regalías (SGR), con el fin de fortalecer laboratorios de biología molecular, de la cual salieron favorecidos.

“El propósito de la alianza es producir la enzima a gran escala, de manera que sirva para abastecer a los laboratorios de las universidades que están haciendo pruebas diagnósticas, pero que esta llegue también a las demás instituciones que están trabajando en el tema y que lo requieran, inicialmente en Cali y el resto del Valle del Cauca”, señaló Andrés González Barrios, director del Departamento de Ingeniería Química y de Alimentos de Los Andes y líder del proyecto por parte de la institución.

Resultados exitosos

Entre marzo y agosto de 2020, los investigadores lograron producir la enzima y realizar los primeros ensayos de efectividad con resultados exitosos. Esto quiere decir que el producto cumple la reacción que se requiere para lograr diagnosticar la presencia del virus.
De acuerdo con González, la enzima ya fue entregada al Instituto Nacional de Salud (INS), para que la entidad realice las pruebas de verificación y funcionalidad del reactivo. El siguiente paso será formalizar una alianza con la empresa Vecol para producción a escala industrial.

“Actualmente estamos produciendo entre 20 y 30 mililitros de transcriptasa reversa en 8 horas. El siguiente paso es alcanzar los 5 y 7 litros para llegar finalmente a volúmenes de producción industrial de 500 litros”, agregó el investigador.

Para González, la biotecnología está jugando un rol fundamental debido a la pandemia, lo que abrirá enormes oportunidades para entrar a este mercado y desarrollar economías basadas en este tipo de ingeniería. “Para la Universidad y para el país en general este es un gran avance en el área de investigación para el desarrollo de enzimas recombinantes y para el diagnóstico de enfermedades contagiosas”, concluyó.

Andrés González Barrios.
Ph.D. de la University of Connecticut.
[email protected]