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Etiqueta: Mecánica

Daniel Posada, ingeniero uniandino

DANIEL POSADA
INGENIO UNIANDINO PROTAGONISTA DE LA MISIÓN QUE LLEGARÁ NUEVAMENTE A LA LUNA

Noviembre de 2022
Quizá su visita al Observatorio del Monte Palomar en Estados Unidos, cuando era niño, fue el inicio de toda esta historia. La maravilla que le produjo este descubrimiento astronómico marcó, sin lugar a duda, el camino que ha seguido Daniel Posada para que hoy haga parte del equipo que llegará nuevamente a la Luna y se haya convertido en el colombiano líder del grupo de investigación que tomará la primera selfi lunar. 

Daniel es ingeniero mecánico de la Universidad de los Andes y aunque siempre quiso hacer su pregrado en el área aeroespacial, la falta en el país en el 2013 de un programa diseñado exclusivamente para este tema, lo hizo inclinarse por el pénsum de Mecánica en Los Andes gracias a que este, como él mismo lo señala, le ofrecía las mejores bases y le permitía adaptar todo este conocimiento a diversos campos, entre estos el aeroespacial.  

Y así fue, durante toda su carrera, Daniel se las ingenió para aplicar todo lo que aprendía en el desarrollo de proyectos relacionados con el tema aeroespacial. Recuerda con mucho entusiasmo las clases de materiales y usos que, aunque eran “difíciles”, le permitieron pensar e investigar sobre los elementos y materiales compuestos que se requieren para salir de la atmósfera y sobrevivir por fuera del planeta.  

Pero, tal vez, la clase más importante fue la de sistemas de control que lo hizo pensar cómo funcionan ciertos equipos de manera autónoma, por ejemplo, todos los aparatos que son lanzados al espacio y que deben permanecer allí muchos años, o viajan a otros planetas sin ninguna supervisión física. Este tema lo cautivó de tal manera que se convirtió en parte conceptual de su tesis de pregrado, que lleva el nombre de “Diseño y control de un prototipo de un cubo con ruedas de reacción en 2D”, y que contó con el apoyo del profesor Juan Sebastián Núñez.  

De hecho, fue su profesor de sistemas de control, Nicanor Quijano, quien lo contactó con la profesora Claudia Moreno quien trabajaba en la universidad Embry-Riddle Aeronautical University ubicada en la Florida, Estados Unidos, donde posteriormente Daniel hizo su maestría y de la que está a punto de obtener su grado como Doctor en Ingeniería Aeroespacial.

Pero llegar allí no fue una tarea fácil. Cuando Daniel terminó su pregrado estuvo casi dos años intentando iniciar su maestría, porque buscaba hacerla en el exterior. Aplicó a una beca en Italia, país que tiene programas aeroespaciales muy reconocidos, sin embargo, por errores de logística al presentar la documentación, no logró mandar todos los papeles a tiempo.

Mientras tanto hacía muchas cosas, incluso trabajar como asesor de un call center bilingüe para ahorrar dinero y seguir practicando el inglés en Bogotá, ya que la situación laboral en Colombia para la ingeniería era compleja en ese momento.

Daniel nació en Bogotá, pero desde muy niño se trasladó a la capital antioqueña y realizó sus estudios en el Colegio San Ignacio de Loyola. Fue en esta institución donde recibió apoyo por parte de varios profesores para aplicar a Los Andes en la capital del país.  

En estos ires y venires, Daniel decidió viajar a Estados Unidos y reunirse con la profesora Moreno y con el director del Departamento de Ingeniería de la Embry-Riddle para aplicar a una beca. De eso ya han pasado casi cinco años, tiempo en el que Daniel ha trabajado en importantes proyectos para el sector aeroespacial.  

Empezó a trabajar con la profesora Moreno con prototipos de drones y aviones no tripulados y posteriormente logró que otros docentes se interesaran por la investigación que había desarrollado como parte de su tesis de grado en Los Andes. Pero sus desafíos no terminaron con la búsqueda de la maestría, ya que la profesora se retiró de la universidad para dedicarse a su familia y a la industria, y Daniel tuvo el reto de buscar un nuevo asesor.  

Por suerte, uno de los docentes previamente interesados tenía un espacio disponible y lo acogió, lo que posteriormente le permitió hacer parte del equipo de investigadores que trabaja para Intuitive Machines, la empresa privada con sede en Houston, Texas, Estados Unidos, que diseñó el módulo de aterrizaje lunar Nova-C para su primera misión IM1.  

Intuitive Machines fue seleccionada por la NASA en 2019 como parte del programa Artemis para llevar diversos experimentos científicos a la Luna y que se espera llegue a la superficie lunar a principios de 2023.  

“Esta es la primera misión privada que va a regresar a la Luna después de la última misión del programa espacial Apolo de la NASA, el Apolo 17 en 1972. Otro hito en la historia aeroespacial. Mi trabajo allí ha estado enfocado en la investigación para el desarrollo de sistemas de control, navegación, y la automatización para garantizar un aterrizaje y una movilidad segura, a través de un algoritmo que tomando fotos de la superficie lunar analiza si existen rocas, cráteres o pendientes que puedan poner en peligro su descenso, temas que abordé en mi tesis de Maestría”, señaló Daniel en entrevista con Revista CONTACTO.  

Y como una cosa lleva a la otra, como parte de esa misión, Intuitive Machines les propuso a los estudiantes del grupo de investigación con el que Daniel trabaja, el Laboratorio de Tecnologías Espaciales, diseñar un sistema que permitiera tomar fotos y grabar el aterrizaje del módulo lunar Nova-C, es decir, tomar la primera selfi lunar en la historia.  

Por supuesto, los estudiantes asumieron el reto y emprendieron el proyecto. Hoy, Daniel es el líder de Ingeniería de la iniciativa que se conoce como EagleCam. 

“Construimos un sistema que cuenta con tres cámaras y mide 10 centímetros de ancho y alto, por 15 centímetros de largo. Como tenemos un espacio tan pequeño, las cámaras cuentan con lentes de pescado que nos permiten obtener un campo de visión mucho más amplio y capturar fotos panorámicas, garantizando no solamente la foto del módulo de aterrizaje sino del ambiente lunar”, añadió el ingeniero.  

El aterrizaje de EagleCam tendrá varios componentes adicionales que marcarán otros hitos en la historia espacial. Por ejemplo, aterrizará aproximadamente 24 segundos antes que el Nova-C, lo que significa que obtendrá fotos no solo del módulo aterrizando, sino que también tomará fotos para el estudio de la interacción de la llama del motor con la superficie lunar y las partículas que eyecte.  

Adicionalmente, este será el primer dispositivo en usar tecnología Wi-Fi en territorio lunar. Por primera vez, este sistema de comunicación se usará para transmitir las fotografías y otros datos que capture el EagleCam al módulo lunar para su transmisión a la Tierra. 

El sistema tendrá una cámara adicional dispuesta para realizar un experimento y probar tecnología que se ha desarrollado por el Centro Aeroespacial Kennedy de la NASA para repeler el polvo lunar, que al ser altamente conductivo es dañino para los equipos electrónicos. De esta manera, se busca encontrar una solución a esta problemática identificada desde el primer viaje a la superficie lunar, para las futuras misiones y astronautas.

Cada desarrollo que ha alcanzado Daniel, junto con el grupo de investigación de Embry-Riddle, y que nos cuenta durante la entrevista, lo apasiona y se le nota. Ahora mismo, están a la espera de que el lanzamiento del Nova-C y el EagleCam sea una realidad, y poder asimilar y sentir lo que dijo alguna vez Neil Armstrong “Houston… El Águila ha aterrizado”. 

Luego de cumplir esta misión, Daniel espera concretar con Intuitive Machines su participación en otras de las misiones en las que trabaja la compañía. La misión que le sigue, IM2, aterrizará en el polo sur para investigar la existencia de agua en el suelo lunar con un taladro, y posteriormente, otra misión que busca llevar un mini reactor nuclear para realizar pruebas para llevar energía al satélite natural. Todas estas misiones requieren de un aterrizaje seguro para lograr cumplir sus objetivos. 

Actualmente, Daniel hace parte del proyecto LLAMAS, el cual trabaja en la fabricación de un sistema de cámaras para el billonario Jared Issaman, graduado de Embry-Riddle y que se usará para la misión Polaris Dawn, que espera ser lanzada a principios de 2023.  

Este sistema de cámaras grabará la primera caminata espacial comercial, es decir, ninguna persona de esta misión tiene afiliaciones gubernamentales como ocurre usualmente con los astronautas. 

“LLAMAS planea proveer un nuevo punto de vista en 3D y realidad aumentada, una nueva experiencia para los espectadores. El dispositivo se ubicará dentro de la cápsula Dragon de la compañía SpaceX de la cual actualmente se lanzan los astronautas de suelo americano, y será activado momentos antes de su caminata espacial”, añadió.  

Para Daniel, el futuro de esta industria tiene inmensas oportunidades por aprovechar, entre estas, la minería de asteroides, debido a la importancia de los metales raros, que son bastante escasos en la Tierra. Adicionalmente, la minería espacial permite minimizar la contaminación de planeta azul. 

“Otro sector que tiene un gran potencial es la de la limpieza del espacio, ya que después de décadas de lanzar diversos artefactos fuera de la atmósfera son muchos los desechos de esta industria que están flotando por ahí y que requieren ser tratados”, agregó. 

Otro segmento donde existe un gran potencial en Colombia, de acuerdo con nuestro ingeniero, es el de los satélites para hacer agricultura de precisión, una herramienta que le cambia la vida a los campesinos y que tecnifica toda la industria agropecuaria y agrícola. 

Por último, señala que, por ejemplo, Colombia tiene una gran oportunidad para ofrecer plataformas de lanzamiento de cohetes a otros países de la región, gracias a que su posición geográfica y cercanía a la línea del Ecuador permite que estos vehículos salgan de la atmósfera usando menos combustible y utilizando el impulso que provee el giro de la Tierra. Algo muy similar a la plataforma de lanzamiento que posee la Agencia Espacial Europea en la Guayana Francesa. 

Con todo este conocimiento y su pasión por el espacio, Daniel seguirá aportando a esta industria desde cualquier lugar en el que esté y continuará siendo un orgullo para la ingeniería del país y de Los Andes. 

 

¿Cómo fabricaban las piezas de cerámicas nuestros ancestros precolombinos?

INGENIERÍA INVERSA EN PIEZAS CERÁMICAS PRECOLOMBINAS

INGENIERÍA INVERSA EN PIEZAS CERÁMICAS PRECOLOMBINASEN PAPER STORY, CONTACTO 21

 Mayo de 2021
¿Cómo fabricaban las piezas de cerámicas nuestros ancestros precolombinos? Con técnicas de ingeniería inversa, ingenieros mecánicos uniandinos se unieron con arqueólogos de la Universidad de Cambridge para descubrir el misterio.  Descúbrelo en este episodio de Paper Story.

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Alejandro Echavarria, ingeniero mecánico Summa Cum Laude, Universidad de los Andes.

ALEJANDRO ECHAVARRÍA
“Quiero crear mi propia ‘start-up’ de educación”


Mayo de 2021

Con espíritu emprendedor, Alejandro Echavarría Yepes vive en Reino Unido y trabaja para Facebook. En Los Andes no solo descubrió su pasión por resolver problemas ambiguos sino también a buscar una vida equilibrada. Se graduó recientemente como Ingeniero Mecánico con los máximos honores que otorga la Universidad y nos cuenta 5 cosas que marcaron su paso por la Facultad de Ingeniería.

Carrera: Ingeniería Mecánica.

Promedio: 4,77.

Tesis: CAPI: Metodología de mantenimiento preventivo para máquinas de baja utilización.

¿Por qué estudiaste Ingeniería Mecánica?  Siempre me apasionaron las matemáticas y la física, y me generaba un gran interés ponerlas en práctica para solucionar problemas reales.

¿Cuál fue la clase que más te impactó? Proyecto intermedio con el profesor Alejandro Marañón. Definitivamente encontré mi pasión por resolver problemas muy ambiguos, entre estos, los que enfrentan las compañías que apenas están naciendo.

¿Cuál fue tu mayor aprendizaje en Uniandes? Son muchos, pero entre los más importantes está no enredarse. No invertir recursos en exceso (tiempo, dinero, esfuerzo) para resolver problemas que tienen un bajo impacto en la solución general. Algo que es determinante para la vida.

¿En qué trabajas y cuáles son tus proyectos a futuro?  Actualmente trabajo para Facebook en Reino Unido. En el mediano plazo quiero aprender del mundo corporativo, y también sobre estrategia y tecnología. En el largo plazo quiero fundar mi propia ‘start-up’ de base tecnológica enfocada en el mundo de la educación. Sin embargo, creo que no será mi primer emprendimiento pues estoy abierto siempre a nuevos retos.

¿Qué consejo le darías a un “primíparo”?  No se obsesione con la universidad y con sacar las mejores notas. Busque un equilibrio entre la vida personal, la académica y la salud.

Ángela Samper, gerente de operación en McKinsey Colombia.

ÁNGELA SAMPER
LÍDER Y PROTAGONISTA DE LA EQUIDAD DE GÉNERO

Octubre de 2020
“Remangarse” es algo que a Ángela Samper, office manager de la firma de consultoría McKinsey en Colombia, le gusta hacer. Quizá esta fue una de las razones para que, en tercer semestre de Ingeniería Industrial, decidiera hacer doble programa con Ingeniería Mecánica. Su encanto por cómo las ciencias pueden aplicarse al mundo real; su interés, desde muy niña, por el diseño de aeronaves y otras grandes máquinas y su pasión por conocer cómo funcionan las compañías desde el corazón de su operación para entender el negocio desde todas sus dimensiones, podría describir muy bien por qué la combinación de estas dos ingenierías ha sido fundamental en los logros alcanzados durante su carrera profesional.

Ha trabajado en temas de emprendimiento social, en proyectos productivos para población vulnerable, y en iniciativas que buscan mejorar la educación pública en el país.

En 2010 ingresó a McKinsey, una de las empresas de consultoría más importantes del mundo, como analista de negocio. A partir de ese momento emprendió una destacada carrera dentro de la compañía que, además de financiar su Maestría en Administración de Empresas en la Universidad de Chicago (Booth School of Business), la convirtió, a su regreso a Colombia, en gerente de proyecto y posteriormente en socia asociada para liderar la apertura de la oficina de la multinacional en Medellín.

Conocer muy bien, tanto los aspectos técnicos de la operación de los diferentes sectores para los que trabaja la consultora, entre estos, banca, consumo masivo, bienes y servicios, petróleo y energía, tecnología, mercadeo y ventas, así como los demás temas cruciales del negocio (financieros, de estructura organizacional y recursos humanos), le ha permitido a esta ingeniera desarrollar decenas de proyectos con resultados exitosos.

«La diversidad de género permite que existan espacios de aprendizaje mutuo, en los que además se promueve la creatividad, la innovación, el análisis de diferentes perspectivas y el respeto al otro. Ahora, nos corresponde a nosotras tener esa voz y estar disponibles para responder las preguntas que surjan dentro de este proceso de inclusión». Ángela Samper

Aunque dentro de McKinsey su trabajo se ha concentrado en el sector financiero, acompañando a estas compañías a transformar su modelo de negocio para alcanzar mejores resultados comerciales y operacionales en diferentes países de Latinoamérica, su nombramiento, en enero de 2020, como office manager de la operación de la firma en Colombia le permitirá visualizar y liderar, junto a sus socios compañeros, las estrategias que seguirá la multinacional frente a las demás industrias para las que trabaja.

Ángela Samper se convirtió así en la primera mujer en ocupar este cargo en América Latina y la primera en la región, con excepción de la operación en Brasil, en ser elegida como socia de la compañía, en muchos años.

Un logro innegable de su excelencia, sus capacidades y fortalezas, pero también de los avances que ha dado el mundo, en general, en temas de diversidad de género e inclusión, tanto en las áreas de ingeniería como en otras disciplinas.

Samper recuerda que hace un poco más de 10 años, cuando empezó su vida laboral, ser la única mujer en áreas de ingeniería era aún bastante común, no importaba si se trataba de una ensambladora de vehículos, una empresa del sector de petróleo y gas o una consultora, entre otras.

Sin embargo, para ella, este cambio en las estructuras organizaciones es el resultado del trabajo de cientos de profesionales que se destacan en diversos sectores, que hoy son líderes de diferentes empresas y proyectos y que se han convertido en un ejemplo a seguir para una nueva generación. Ángela es un reflejo de la mujer uniandina exitosa que hace grandes aportes al desarrollo de la sociedad desde sus distintos roles, pero que también prioriza el equilibrio de su vida profesional y familiar.

“Es un tema de continuar dando visibilidad a esos modelos a seguir de mujeres exitosas, ya sea en la ingeniería o en otras profesiones. Es un trabajo que toma tiempo pero que, al final, entrega sus frutos”, agrega.

McKinsey es un muy buen ejemplo de este compromiso con la equidad de género. Disminuir las brechas frente a este tema hace parte esencial de la organización. Ángela recuerda que hace 10 años, cuando ingresó a la compañía, el porcentaje de mujeres líderes era bajo. Hoy, más de 10 de ellas ocupan roles directivos, lo que permitirá que, en el mediano plazo, la multinacional tenga muchas más socias.

Ahora, desde su rol como gerente de la compañía, Samper continuará promoviendo la participación y el liderazgo de las mujeres, dentro y fuera de la multinacional, pues no se trata de un tema, únicamente, de responsabilidad de la sociedad. Precisamente, un informe del Mckinsey Global Institute, señala que la igualdad de género en la fuerza de trabajo podría sumar hasta 28 billones de dólares a la economía mundial para 2025.

“La diversidad de género permite que existan espacios de aprendizaje mutuo, en los que además se promueve la creatividad, la innovación, el análisis de diferentes perspectivas y el respeto al otro. Ahora, nos corresponde a nosotras tener esa voz y estar disponibles para responder las preguntas que surjan dentro de este proceso de inclusión. Nuestra responsabilidad es continuar mostrando la calidad de líderes que somos y, de esta manera, ser motivo de inspiración”, agregó Samper.Pese a los retos que impuso la pandemia generada por el Covid-19, esta ingeniera ve con mucho optimismo el futuro dentro de la ‘nueva normalidad’, pues como ella lo asegura, “la crisis sirvió para aprender cómo ser mejores y cómo reinventar nuestro modelo de negocio”.

A Mckinsey la ve, en los próximos cinco años, como una firma fortalecida, mucho más innovadora, que seguirá atrayendo a los mejores talentos, con capacidades disruptivas, en un equipo de trabajo muy diverso que entrega las mejores perspectivas globales a sus clientes.

En el mundo de la ingeniería, Ángela ve un auge de mujeres ocupando cargos de liderazgo, quienes serán fundamentales en la construcción de una nueva sociedad mucho más equitativa y susceptible al cambio, que sea capaz de sacar el mejor provecho de todos sus talentos.