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Etiqueta: energía sostenible

ENERGÍA SOSTENIBLE PARA COMUNIDADES INTELIGENTES

REDES INTELIGENTES, EL FUTURO DE LA ENERGÍA

Guillermo Jiménez | Director del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica| [email protected] | José Fernando Jiménez | Profesor asociado del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica |f [email protected]| Michael Bressan| profesor  asistente del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica | [email protected]

Mayo de 2023 
Investigadores de la Facultad de Ingeniería de Los Andes trabajan en el desarrollo de un proyecto de “smart grids” o redes eléctricas inteligentes con el que buscan que la comunidad del barrio Las Aguas, en Bogotá, gestione, de manera mucho más eficiente y sostenible, la producción y suministro de su energía. Conozca cómo esto se hará posible en el marco del piloto de la primera ciudad inteligente y sostenible de Colombia.

¿Sabían que las ciudades ocupan solo el 3% del planeta, sin embargo, son las principales responsables del cambio climático? Esto se debe, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, ONU, a que consumen entre el 60% y el 80% de los recursos energéticos globales y generan más del 70% de las emisiones de dióxido de carbono.

Frente a este panorama, no hay duda que es urgente planificar nuevos modelos de ciudad en los que el uso eficiente y responsable de los recursos, entre estos la energía, será pieza clave para descarbonizar el planeta. 

Ciudades que generan GEI
Las ciudades consumen entre el 60% y el 80% de los recursos energéticos globales y generan más del 70% de las emisiones de dióxido de carbono.

En las ciudades del futuro, “más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles”, como lo señala el número 11 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, las redes inteligentes emergen como una de las soluciones más eficientes e innovadoras para realizar una mejor gestión energética. 

Pero ¿qué son las redes inteligentes o smart grids

De acuerdo con Guillermo Jiménez, director del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad de los Andes, quien además ha trabajado durante 14 años en este tipo de proyectos, las redes inteligentes o smart grids son sistemas de suministro y almacenamiento de energía que funcionan a pequeña o gran escala en territorios urbanos o rurales, y que aprovechan e  integran diferentes recursos energéticos, más amigables con el medioambiente (solar, eólica y biogás, entre otros), y que operan conectadas o aisladas de la red eléctrica tradicional. 

“Su uso disminuye la dependencia de la red eléctrica al poder contar con una producción y consumo de energía con recursos propios”, señaló. 

El profesor comenta que las primeras aplicaciones de redes inteligentes que se han venido instalando, no solamente en Colombia sino en Latinoamérica, han sido en función de atender las necesidades de las zonas no interconectadas. Sin embargo, en la actualidad, se empiezan a ver como una eficiente alternativa tecnológica para incentivar el uso de energías más limpias que ayuden a reducir las emisiones de carbono en lo que algunos denominan ciudades inteligentes, sostenibles o circulares. 

Además de la reducción de Gases Efecto Invernadero, las redes inteligentes o smart grids son más eficientes, gracias a que pueden hacer una mejor distribución de la energía frente su demanda y son mucho más confiables frente a posibles fallas ya que pueden aislarse de la red central evitando, por ejemplo, apagones generalizados.

Características de redes inteligentes

La smart grids uniandina 

La Universidad de los Andes, a la vanguardia de lo que en investigación significa la transición energética, viene avanzando en diferentes proyectos en el tema de redes inteligentes. Uno de estos se desarrolla en el corazón del campus de la institución. 

De acuerdo con Fernando Jiménez, profesor asociado del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de Los Andes, director del Buro Innovación Germania, BIG, y uno de los líderes de Progresa Fenicia, iniciativa impulsada por la universidad para desarrollar la propuesta de la primera ciudad inteligente y sostenible de Colombia en el marco del plan parcial de renovación urbana “Triángulo de Fenicia”, desde hace ya varios años se usa el campus de la institución como un laboratorio urbano vivo para la investigación de este tipo de tecnologías, con la instalación de estaciones de energía fotovoltaica y eólica en los edificios W y Julio Mario Santo Domingo, esta última que gestiona su energía a través de una microrred. 

“Esta red, que puede desconectarse de la red eléctrica tradicional y que se alimenta de varias fuentes de energía: solar y eólica, entre otras, le permite a profesores y estudiantes hacer investigación sobre una estación real para el beneficio de la comunidad de vecinos”, señaló el profesor. 

Pero además de esta red inteligente y en el marco de la iniciativa Progresa Fenicia, en el que el uso de energías renovables se contempla como uno de sus mayores propósitos, se pensó que era necesario contar con una estación que permitiera, a pequeña escala, estudiar cómo podría gestionarse, de manera más sostenible, la energía del barrio Las Aguas, lugar en el que está ubicada la universidad y en el que se desarrollará el proyecto de renovación urbana “Triángulo de Fenicia”. 

Así nació en 2019 el laboratorio KioSol (KIOsco SOLar), un container fotovoltaico que está ubicado en el lote Florece Fenicia, propiedad de la Alcaldía de Bogotá, pero que fue entregado a la Universidad de los Andes  bajo la figura de comodato, y al que hoy tiene acceso toda la comunidad de Las Aguas. 

En este laboratorio, que está liderado por Michael Bressan, profesor asistente del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de Los Andes, se transforma la luz solar en energía eléctrica a través de una red inteligente que permite almacenar y gestionar, de manera eficiente, la producción del recurso energético. 

“En el KioSol hacemos estimaciones meteorológicas para poder predecir la producción fotovoltaica, desarrollamos modelos eléctricos para la detección e identificación de fallas, usamos electrónica de potencia y control para gestionar los diferentes flujos del recurso energético entre paneles, baterías y consumo y realizamos pruebas in-situ y evaluación del uso de energía eléctrica, todo esto gracias a herramientas de Inteligencia Artificial, IA. En el laboratorio desarrollamos diferentes proyectos de investigación de pregrado y maestría”, señaló el profesor Bressan.

Una red inteligente a gran escala 

Pero además del KioSol, la iniciativa de sistemas de redes inteligentes está pensada para que escale a otro nivel y se convierta en una fuente de energías alternativas para el proyecto inmobiliario que se desarrollará en el “Triángulo de Fenicia”.

En el largo plazo se busca avanzar hacia una red inteligente, a gran escala,  que aproveche fuentes renovables de energía y que adopte, por ejemplo, herramientas como IoT, Infraestructura de Medición Avanzada, Interfaces Hombre Máquina y Living Lab, entre otras, una red de sensores urbanos y tecnologías de monitoreo y almacenamiento de información de áreas como tránsito, calidad del aire, temperatura, nivel de ruido, gestión de semaforización, video vigilancia, seguridad y situaciones de emergencia, smart parking y contar con una estación de carga para vehículos eléctricos o híbridos de acceso público, entre otras soluciones. 

Se espera que, una vez inicien las obras del proyecto de renovación, también se pueda dar marcha al desarrollo de esta red inteligente con el apoyo de las empresas prestadoras del servicio, los constructores y la comunidad, con lo que se hará realidad este concepto de energías sostenibles para territorios inteligentes. 

Con este proyecto, la Universidad de los Andes “como vecinos del barrio Fenicia en Bogotá, queremos contribuir al desarrollo y bienestar de nuestra comunidad y nuestro entorno inmediato, como también de los diferentes ámbitos locales, regionales, nacionales y globales, en los que tengamos oportunidad de interactuar desde las diferentes áreas de conocimiento y experticia”, señala el documento Declaración sobre impacto de la investigación y creación Universidad de los Andes 2020-2025‘. 

Todo esto, mediante el desarrollo de “un laboratorio urbano vivo, inteligente y de bienestar en la zona del Triángulo de Fenicia que permita el cumplimento del Objetivo de Desarrollo Sostenible, ODS, 11 Ciudad Sostenible, la Agenda 2030 y el CONPES 3918 con la generación de nuevos indicadores para los 17 ODS a través de sensores y equipos de última tecnología, en donde la comunidad pueda experimentar estilos de vida inmersos y sostenibles”, sostiene el BIG. 

 

Juan Benavides, miembro de la Misión de Sabios de Colombia.

JUAN BENAVIDES
UN SABIO CONTEMPORÁNEO

Agosto de 2019
Juan Benavides tiene muchas definiciones para sí mismo: es veloz, inquieto, práctico, muy duro y bastante cortante. Tiene, además, muy claro su valor de mercado, es disciplinado y busca siempre una visión de contexto que le ayuda a entender dónde está y qué puede hacer para mejorar una realidad.

Él es miembro de la nueva Misión de Sabios de Colombia. Es uno de los 43 expertos convocados por el Gobierno para aportar en la construcción e implementación de una política pública en educación, ciencia, tecnología e innovación para el país, y está encargado de la coordinación del grupo de energía sostenible, dada su trayectoria en ese sector.

En su perfil como miembro de la misión, el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación -Colciencias-, destaca que es, además, arquitecto de soluciones en infraestructura, ciudades, política pública, organización industrial, contratos, estrategia, transformación de negocios, y matemática financiera. Y, él mismo, entre sus destrezas, reconoce la habilidad para comprender la economía política en temas claves para el desarrollo, como el agua o el transporte.

De hecho, uno de sus últimos aportes está relacionado con la estructuración del Plan Maestro de Transporte Intermodal, una propuesta de infraestructura para el comercio exterior, el desarrollo regional y la integración del territorio nacional entre 2015 y 2035. Lo hizo como investigador de la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo), donde también ha llevado a cabo investigaciones y propuestas sobre instituciones regulatorias, transporte de gas natural y asuntos de telecomunicaciones, entre otros.

También fue especialista sénior de infraestructura en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para el que ahora es consultor, y ha sido consultor del Banco Mundial, la Corporación Andina de Fomento (CAF), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), así como para gobiernos latinoamericanos, como El Salvador, que recientemente le encargó la elaboración de su Plan Maestro de Infraestructura.

Estudió en Los Andes Ingeniería Eléctrica durante los años 70, una época en la que esa era una carrera de vanguardia y contaba con profesores recién graduados de doctorado en universidades extranjeras y que vinieron al país a enseñar en pregrado los libros que ellos acababan de estudiar. “Fue una educación muy versátil y de alta calidad”, recuerda.

Después se formó en Matemáticas Avanzadas, en la Universidad Nacional, y en Gestión de Sistemas Energéticos, de nuevo en Los Andes, para luego cursar un doctorado en Economía Minera de la Universidad Estatal de Pennsylvania. “Yo había quedado con un gusto por las matemáticas, pero fue ahí cuando aprendí a leer los contextos”, señala ya pausado, después de haber aprendido a dominar la frustración.

“Uno se frustra si tiene las expectativas equivocadas. De joven uno propone cambiar el mundo, pero luego, cuando entiende que puede cambiar solo un trozo de la realidad, ve como lo cambia y ya no se frustra”
Juan Benavides

Su clave está en pensar estratégicamente, en anticiparse a la forma como las cosas podrían no funcionar y buscar soluciones robustas que soporten los juegos de intereses y otras eventuales dificultades en la implementación de los planes. “Si antes un ingeniero se emocionaba solamente por la tecnología, ahora debe preocuparse además por los aspectos prácticos de la puesta en funcionamiento de su propuesta, aun cuando haya personas o corporaciones que no estén de acuerdo con lo proyectado”, explica. Por eso, hace tiempo cambió lo estético por lo práctico. “No está mal soñar, pero hay que hacer que las cosas sucedan”.

Y para él, hacer que las cosas sucedan implica, sencillamente, trabajar. “No importa cómo, lo importante es aportar”. Por eso está en la Misión Internacional de Sabios, cuya meta es entregar en diciembre una propuesta para hacer que el país avance en ciencia, tecnología e innovación.

Y en esta ocasión, piensa Benavides, lo importante es planear cómo garantizar una financiación sostenible y una apropiación de la investigación por parte del sector privado. En ese caso, “el reto no es decir qué hacer, sino cómo hacerlo”, sobre todo porque si algo ha confirmado tras años de experiencia, es esa teoría del economista indio Kaushik Basu que señala que si un resultado no corresponde a un equilibrio económico -es decir, a unas expectativas y a unas capacidades- no hay ley que lo pueda implantar. Palabras más, palabras menos: “usted no saca nada con las normas si las normas son lo único”, explica Benavides.

Así que las recomendaciones que prepara con sus compañeros de misión serán válidas –y útiles– siempre y cuando haya presión competitiva en el entorno privado, “de lo contrario no se logra nada”, asegura este hombre al que no le gusta asumirse a sí mismo como un sabio. “Es un término anacrónico para este siglo, cuando ya el conocimiento está al alcance de todos. Ese calificativo no me hace ni mejor ni peor que los colegas, ni debe considerarse un honor. Hay mucha gente que sabe más y no está en la Misión”, asegura con la certeza y humildad que se les endilga a los sabios. Digamos entonces que él es uno contemporáneo.

 

En Los Andes

Juan Benavides ha sido profesor de las Facultades de Ingeniería y Administración de la Universidad, Vicedecano de Investigación en Ingeniería y director del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo (CIDER)