Ciudades Inteligentes

ESPECIAL:
CIUDADES INTELIGENTES

ESPECIAL: CIUDADES INTELIGENTES 

Mayo de 2023
Navega por el especial de CONTACTO: Ciudades inteligentes, en el que expertos de la academia, la industria y el gobierno nos presentan los retos y las oportunidades de construir las urbes del futuro que el planeta exige y en las que la innovación debe estar puesta al servicio de los ciudadanos, con el gran propósito de mejorar su calidad de vida. 


¿QUÉ HACE UN INGENIERO CIVIL?

¿QUÉ HACE UN INGENIERO CIVIL?

¿QUÉ HACE UN INGENIERO CIVIL?

Mayo de 2023 

Los ingenieros civiles uniandinos lideran, planean, diseñan, construyen y operan proyectos de infraestructura seguros y sostenibles para el desarrollo del país. Descubre más sobre el mundo de la Ingeniería Civil a través del proyecto de nuestra ingeniera Laura Manrique, quien estudió la calidad y durabilidad de las mezclas permeables en la vías, con el propósito de disminuir los accidentes viales que ponen en riego la vida de sus usuarios.

 

¿Cuál es el aporte de la Ingeniería Civil a la sociedad?

Los ingenieros civiles juegan un papel fundamental en la planeación de nuestras ciudades, en el diseño y construcción de puentes, carreteras, represas, puertos, acueductos, alcantarillados y edificaciones. No ayudan a garantizarán el suministro de agua potable, la conducción eficiente de los residuos, la planificación del transporte, la gestión de nuestros recursos naturales, el desarrollo de redes de comunicación y la generación de energía. 

Tienen una visión amplia de la Ingeniería que les permite integrar sus conocimientos y aplicarlos en problemas de diferente naturaleza, relacionados, entre otros, con la construcción de sociedades más equitativas, la definición de políticas públicas, el desarrollo empresarial y actividades gerenciales en diversos sectores.

¿Cuáles son los campos de acción de un ingeniero civil ?

Los ingenieros civiles de la Universidad de los Andes pueden desempeñarse como diseñadores, consultores, constructores, interventores, gerentes, docentes o investigadores, en áreas como la geotécnia, la infraestructura vial, la edificación, el transporte y la gestión sostenible, entre otras. 

¿Cuáles son las principales áreas de estudio de la  Ingeniería Civil?

El Ingeniero Civil egresado de la Universidad de Los Andes tiene una formación integral, científica y tecnológica, con sólidas bases en física y matemáticas, complementada con conocimientos en áreas económico-administrativas y sociales, lo que le permite liderar tanto la estructuración y planeación de proyectos de ingeniería civil, como el diseño y la ejecución de los mismos. 

¿Cuál es el nivel de empleabilidad de los ingenieros civiles uniandinos?

Según el ranking de Empleabilidad de Egresados 2022 de Quacquarelli Symonds (QS), los egresados de la Universidad de los Andes tienen mayores oportunidades de conseguir trabajo que sus pares de otras instituciones de educación superior. 

En este ranking, Los Andes se ubicó como la primera en Colombia y la cuarta en América Latina.

De acuerdo con el Observatorio Laboral para la Educación (OLE), con datos de los estudiantes graduados con un solo título en Colombia entre 2014 y 2018, durante el primer año de graduados, la tasa de empleabilidad para los uniandinos fue del 82%, mientras que para los egresados de otras universidades fue del 79%.

¿Cuánto gana un ingeniero civil uniandino?

De acuerdo con el Observatorio Laboral para la Educación (OLE), con datos de los estudiantes graduados con un solo título en Colombia entre 2014 y 2018, dentro de los cinco años siguientes a la obtención del grado, los salarios promedio de los egresados uniandinos son un 27% más altos a los de otras universidades.

¿Cuál es el pénsum del pregrado en Ingeniería Civil ?

Conoce aquí el plan de estudios del pregrado en Ingeniería Civil en Los Andes.

 Descarga el folleto de Ingeniería Civil 

Conoce más del programa aquí 

Conoce la historia de Luis Fernando Alarcón, el ingeniero civil uniandino, presidente de la Junta Directiva de Almacenes Éxito. 

https://revistacontacto.uniandes.edu.co/egresados/luis-fernando-alarcon-uno-es-el-director-de-orquesta/


Paper Story: Sistema Inteligente de Puentes, SIP.

¿CÓMO EVITAR EL DETERIORO PROGRESIVO DE LOS PUENTES EN COLOMBIA?

¿CÓMO EVITAR EL DETERIORO PROGRESIVO DE LOS PUENTES EN COLOMBIA?

Mayo de 2023
Te invitamos a sorprenderte con el Sistema Inteligente para la Gestión de Puentes, SIGP, que el profesor Juan Francisco Correal, del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de Los Andes desarrolló junto a expertos del INVÍAS y la Universidad Javeriana.


KIOSOL

KIOSOL, GESTIÓN INTELIGENTE DE ENERGÍAS RENOVABLES

KIOSOL, GESTIÓN INTELIGENTE DE ENERGÍAS RENOVABLES

Mayo de 2023
Recorre, junto a Jorge Gaviria, estudiante de la maestría en Ingeniería Electrónica, de la Universidad de los Andes, el KIOsco SOLar, KioSol, un container fotovoltaico que transforma recursos energéticos renovables en luz eléctrica a 
través de una microrred que permite almacenar y gestionar, de manera inteligente, la producción de energía. 


Inclusivas, Sostenibles e Inteligentes (CISI)

¿CÓMO SON LAS CIUDADES INCLUSIVAS, SOSTENIBLES E INTELIGENTES?

CIUDADES SENSIBLES A LA SOSTENIBILIDAD

Juana Mariño | líder del componente de ecología urbana del proyecto de investigación ‘Systemic perspective on low carbon cities in Colombia’| jmarinod3@gmail.com | Clemencia Escallón| profesora distinguida del Departamento de Arquitectura de la Universidad de los Andes |cescallo@uniandes.edu.co| Nicanor Quijano | profesor titular del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad de los Andes |nquijano@uniandes.edu.co| Ricardo Smith| profesor jubilado y emérito de la Universidad Nacional de Colombia |rasmithquintero@gmail.com. 

 

Mayo de 2023
Invitamos a cuatro de los autores del libro ‘Ciudades Sostenibles, un enfoque de modelaje integrado para el análisis de política en Colombia’, quienes nos presentan  una visión de hacia dónde debemos avanzar para materializar este modelo de urbes.

Para 2050, según la Organización de las Naciones Unidas, ONU, el 70% de la población mundial, que se estima alcanzará los 9.700 millones de personas, vivirá en ciudades. Esto quiere decir que si hoy son urgentes las medidas para hacer las urbes más aptas para la habitabilidad de los ciudadanos, para el futuro inmediato es absolutamente necesario tomar acciones con el fin, no solo de mejorar la calidad de vida urbana sino de preservar la sostenibilidad de los territorios. 

Esta sostenibilidad debe ser entendida, de acuerdo con el organismo multilateral, como un cambio en los patrones de producción, consumo y demanda, con el propósito de garantizar el equilibrio de todos  los ecosistemas vinculados a las urbes. 

Para avanzar en este camino, desde la CEPAL se ha propuesto el concepto de “Ciudades Inclusivas, Sostenibles e Inteligentes (CISI), es decir urbes que sean capaces de adoptar diferentes soluciones y tecnologías que les permitan alcanzar una óptima eficiencia en tema fundamentales como la gobernanza, la planificación urbana, la gestión pública, el acceso más equitativo a los servicios públicos, el uso responsable de los recursos, la proyección internacional, la cohesión social, la movilidad, el transporte, el capital humano y la economía, entre otros, con el propósito principal de mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. 

En este especial de la Revista Contacto entrevistamos a cuatro de los expertos que hicieron parte del proyecto de investigación ‘Systemic perspective on low carbon cities in Colombia’, financiado por el Reino Unido por medio del programa UK-PACT, y cuyos resultados fueron sintetizados en el libro ‘Ciudades Sostenibles, un enfoque de modelaje integrado para el análisis de política en Colombia’, quienes nos dieron su visión de hacia dónde deben avanzar las urbes colombianas para consolidar lo que ellos denominan “ciudades sensibles a la sostenibilidad o a los ecosistemas” y el rol de la universidad para ayudar a materializarlas.

Se trata de Nicanor Quijano, profesor titular del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica y Clemencia Escallón, profesora distinguida del Departamento de Arquitectura de la Universidad de los Andes, la arquitecta Juana Mariño, líder del componente de ecología urbana del proyecto, y  Ricardo Smith, ingeniero civil, profesor jubilado y emérito de la Universidad Nacional de Colombia.

Es importante recordar que este proyecto de investigación, que fue liderado por las facultades de Ingeniería y Arquitectura y Diseño de la Universidad de los Andes y que contó con la participaron más de 26 investigadores, propone “una metodología y una caja de herramientas para apoyar el desarrollo urbano sostenible” y, a través de dos casos de estudio, el macroproyecto urbano Ciudad Verde, en el municipio de Soacha, y Lagos de Torca, desarrollo urbano en etapa de construcción en Bogotá, “realiza una aproximación sectorial que considera los ecosistemas urbanos, el manejo integrado del agua, el uso de la energía, la gestión de residuos, la movilidad sostenible y las edificaciones e infraestructuras”.

Si desea, puede descargar el libro sin ningún costo aquí.

Ciudades sostenibles apoyadas de la tecnología 

Para el profesor Nicanor Quijano, lo que se conoce como ciudades inteligentes son urbes que tienen una serie de problemáticas en las que la tecnología puede ayudar a encontrarles soluciones óptimas. Sin embargo, sostiene, que la parte tecnológica no puede estar sola, sino que requiere de una interconexión con otras ideas y elementos que permitan que estos avances tecnológicos faciliten la construcción de ciudades sostenibles. 

“No es que las ciudades deban ser inteligentes, es que deben ser sostenibles. Es decir, necesitamos resolver cómo vamos a garantizar la supervivencia de ese 70% de la población que va a vivir en las urbes en 2050. Tenemos que empezar a ver las ciudades como algo sistémico”, sostuvo.

De acuerdo con el profesor, el llamado es avanzar hacia una ciudad sensible a la sostenibilidad, una ciudad del futuro que sea dinámica y evolutiva, que tenga en cuenta “el buen uso del suelo, la maximización de los servicios ecosistémicos, la gestión eficiente y sostenible de recursos como la energía, el transporte, los residuos, una oferta de bienes públicos para el bienestar, que genere innovación y conectividad, con el fin avanzar en la reducción, mitigación y adaptabilidad al cambio climático”, añadió. 

Para el docente, con este propósito la tecnología puede emerger en el ambiente de la ciudad para ayudar a mapear, a tener información, datos y sobre estos poder buscar soluciones. Sin embargo, debe ir más allá, y hacer que la gente y el mismo ambiente se integren y no queden al margen. 

“Nuestra visión es bottom up, es decir, de abajo hacia arriba, desde las personas hacia los gobiernos, para que estos últimos puedan tomar decisiones con información pertinente. No nos concentramos en la sensórica, en los actuadores, sino en una visión más amplia: una ciudad sensible a la cohesión social, a la movilidad, a la energía, con unos ejes transversales, como el agua y la ecología urbana”, señala Quijano.  

Para esto, de acuerdo con el profesor, es necesario que las universidades le apuesten a desarrollar laboratorios vivos que experimente con este tipo de propuestas, en las que se puedan integran diferentes soluciones, “claro, apalancadas de la tecnología, pero que buscan como gran objetivo mejorar la calidad de vida de las personas. No es tener tecnología por tenerla, es usarla para tomar decisiones que logren un impacto”, concluyó.  

Nicanor Quijano, profesor titular del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica

El territorio como actor principal

Desde la ecología urbana, comenta la arquitecta Juana Mariño, se plantea entender las ciudades como un tipo de paisaje particular en el cual “se deben redefinir y reconstruir las relaciones con la naturaleza”. 

“Puede que la tecnología entre a jugar un papel importante, pero no se trata de buscar simplemente la solución tecnológica a los problemas de la ciudad. Lo inteligente se encuentra en cómo hacer que la naturaleza sea una aliada para resolver dificultades, alcanzar objetivos, generar mejores condiciones de vida y hacer que la ciudad sea más sostenible, resiliente y amable”.

En ese sentido, la propuesta es, de acuerdo con Mariño, “volver a la esencia de entendernos como una especie más, dejar a un lado la mirada de la naturaleza como un recurso para el beneficio humano, y hablar de biodiversidad y servicios ecosistémicos”.

De esta manera, la ciudad pasa a ser concebida como un “paisaje emergente”, sensible al ecosistema en el que está inmersa, y que entiende que se debe “incorporar la naturaleza en todas sus dimensiones para calificarla y cualificarla”. 

Se avanza así en una comprensión más cercana y práctica de la función socio-ecológica del territorio que genera beneficios en todos los niveles, porque “en la medida en la que cualquier ciudad genera mejores indicadores de ecología urbana es un mejor lugar para vivir y se valoriza social, económica y ambientalmente. El concepto es avanzado e incorpora de alguna manera todo lo asociado a sostenibilidad, resiliencia y adaptabilidad”, añadió. 

 

Juana Mariño, líder Componente "Ecología Urbana", proyecto "Systemic perspective on low carbon cities in Colombia" en Universidad de Los Andes - UKPact
Juana Mariño, líder Componente “Ecología Urbana”, proyecto “Systemic perspective on low carbon cities in Colombia” en Universidad de Los Andes – UKPact

Entendimiento integral de la condición urbana

Para avanzar en el camino de construir ciudades sensibles a la sostenibilidad lo más importante, explica Clemencia Escallón, es entender el territorio y sus dinámicas, con un enfoque integrado. 

Para ello, el sistema de indicadores sectoriales y la caja de herramientas fruto de la investigación liderada por la Universidad de los Andes, permiten determinar las etapas en el camino a la sostenibilidad en la que se encuentra la ciudad y además identificar las acciones o la ruta que se debe seguir para avanzar y mejorar. 

“Se trata de entender la condición de cada territorio urbano sin generalizar ni dar soluciones estándar. Podemos ver las acciones de mejora, saber dónde está la ciudad y qué sería lo factible de hacer, de acuerdo a su territorio y sus particularidades, para alcanzar la sostenibilidad”. 

En materia de infraestructura urbana, lo más importante es generar viviendas seguras, saludables, que brinden confort, en vecindarios con una oferta de servicios y equipamientos pertinentes y oportunos, para llegar a ciudades con entornos construidos sostenibles, bien gestionados.

“Hoy los edificios y las urbanizaciones nuevas tienen buenas condiciones técnicas de construcción: tienen servicios, vías y andenes, pero la gestión de los proyectos está fraccionada. Hay que pensar en escenarios de actuación que generen oportunidades para los residentes de los nuevos proyectos urbanos en los cuales el crecimiento se dé de una manera equilibrada, con vivienda, servicios y equipamientos de forma simultánea, o en secuencias de tiempo pertinentes, propiciando mejores entornos urbanos para todos sus habitantes”, comenta la profesora Escallón. 

Clemencia Escallón, profesora distinguida del Departamento de Arquitectura de la Universidad de los Andes
Clemencia Escallón, profesora distinguida del Departamento de Arquitectura de la Universidad de los Andes

Hacia una movilidad sostenible

Es evidente que el transporte o la movilidad tradicional, relacionada con vehículos que usan combustibles fósiles, es uno de los mayores contaminantes en las ciudades de Colombia y del mundo, por eso, transformar la forma en la que las personas se desplazan en los entornos urbanos es fundamental para reducir los gases de efecto invernadero y poder apostarle a una mayor sostenibilidad.

El camino señalado, indica el experto Ricardo Smith, es cambiar los hábitos de transporte hacia una movilidad activa, a través del estímulo del uso de la bicicleta, con la ampliación de la oferta de ciclorrutas, y caminar por senderos peatonales seguros, que, además de actividades saludables, no contribuyen a la emisión de contaminantes.

Otras medidas que se deben tener en cuenta, en búsqueda de una ciudad sostenible, son priorizar el uso de transporte público colectivo no contaminante, conformado por flotas de buses eléctricos, y declarar algunos espacios urbanos como zonas de cero emisiones.

“Hay muchas medidas que pueden ayudar a hacer una ciudad sensible a la sostenibilidad o ponerla en el camino de serlo, y esto está directamente relacionado con las TIC. Todo lo referente a la gestión de la movilidad requiere la utilización de tecnologías para que las ciudades tengan sistemas de transporte integrados y multimodales, generar información al usuario, sistemas de recaudo unificado con medios de pago digital, y programación y control de flota, entre otros”, comenta el experto. 

Ricardo Smith, ingeniero civil, profesor jubilado y emérito de la Universidad Nacional de Colombia
Ricardo Smith, ingeniero civil, profesor jubilado y emérito de la Universidad Nacional de Colombia

Una universidad sensible a la sostenibilidadAdemás de la gestión de conocimiento para hacer que las ciudades recorran el camino hacia la sostenibilidad, el llamado de los docentes es que la universidad asuma el compromiso de tomar acción y hacer práctica la investigación.

Por un lado, señala el profesor Quijano, “se necesita seguir trabajando en la formación de alto nivel de profesionales que entiendan estas problemáticas y que hagan parte de instituciones públicas y la industria, con el fin de que se conviertan en interlocutores pares y una masa crítica de lo que sucede en la realidad de las ciudades colombianas”. 

“Hay mucho por explorar y se necesita que la academia genere más doctores en estos temas y haya mayor apoyo a las investigaciones. Se debe hacer un trabajo intersectorial, con más interacción entre disciplinas y considerar los problemas con mayor transversalidad”, explica el profesor. 

Además, señala la profesora Escallón, la acción de la academia debe ir más allá de decir cómo hacer las cosas y hacer un llamado a otros actores para sensibilizarlos y experimentar en procesos reales estas claves para la sostenibilidad urbana.

“Tenemos que comprometernos con un escenario más activo. Hay seis sectores: agua, movilidad, ecosistemas, residuos sólidos, energía e infraestructura, y la universidad debe dar pasos para avanzar en cada uno”.   

Para finalizar, una alternativa que propone la arquitecta Juana Mariño es que la universidad reconozca el potencial que tiene para convertirse en un gran laboratorio, se torne en una especie de campus sensible a la sostenibilidad, y que sea la primera en realizarlo en su entorno. De esta forma no solo muestra la aplicación práctica del conocimiento que genera, sino que se convierte en un ejemplo para que los tomadores de decisiones actúen en pro de avanzar en la consolidación de ciudades sostenibles. 


Triángulo de Fenicia

TRIÁNGULO DE FENICIA, MODELO DE CIUDAD PARA COLOMBIA Y EL MUNDO

Triángulo de Fenicia

Catalina Rodríguez | coordinadora del Programa Progresa Fenicia| catalinarodriguez@uniandes.edu.co | Maurix Suárez| gerente del campus de la Universidad de los Andes| msuarezr@uniandes.edu.co|  Fernando Jiménez| líder del Buró de Innovación Germania, BIG, y profesor asociado del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad de los Andes| fjimenez@uniandes.edu.co | Nathalia Franco| directora del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo, Cider, de la Universidad de los Andes y una de las promotoras del programa Progresa Fenicia| nath-fra@uniandes.edu.co. 

 

 

Mayo de 2023
Conoce el proyecto promovido por la Universidad de los Andes que busca convertir el barrio Las Aguas de Bogotá en el piloto del desarrollo de las ciudades del futuro en Colombia.

Al noroeste del Centro Histórico de Bogotá, en la falda del cerro de Monserrate, se está planeando transformar la que será la primera “ciudad dentro de la ciudad” inteligente, circular y sostenible de Colombia. 

El territorio protagonista de este proyecto es el tradicional barrio Las Aguas que, con más de 100 años de historia, guarda a lo largo de sus calles y casas, algunas aún muy antiguas, el recuerdo del nacimiento industrial capitalino, con las primeras fábricas de chocolate, cerveza, sombreros, velas y vidrio, entre otras, que tuvo Bogotá. 

Así que, más de un siglo después, el barrio Las Aguas volverá a ser el epicentro de una nueva revolución, esta vez, la de las ciudades del futuro. 

Esta reciente historia comenzó en 2004, cuando la Alcaldía de Bogotá, a través del Plan de Ordenamiento Territorial, POT, decidió declarar buena parte del barrio Las Aguas como área de renovación urbana. Esto quiere decir que abrió la posibilidad para que se desarrollara un proyecto de transformación y revitalización dentro del territorio con el propósito de convertir sus espacios deteriorados en nuevas zonas para el disfrute y desarrollo de sus comunidades.  

Una oportunidad que la Universidad de los Andes, el principal vecino de esta comunidad desde 1948, se tomó muy en serio como una manera de repensar, además de su crecimiento y futuro, su responsabilidad con los habitantes de este sector que la ha acogido por más de siete décadas. 

De esta manera, empezó un trabajo de diálogo entre la comunidad, la universidad y la administración distrital para darle forma a lo que se convertiría, posteriormente, en la propuesta del Plan Parcial de Renovación Urbana “Triángulo de Fenicia”, promovido por Los Andes.

Para lograr que los objetivos contemplados en esta propuesta de renovación fueran alcanzados, entre estos, generar nuevo espacio público y equipamientos, fortalecer la economía del sector, optimizar su infraestructura urbana, integrar los cerros orientales a la ciudad, promover proyectos inmobiliarios, garantizar la permanencia de propietarios y moradores de la zona y proteger la conservación de los bienes de interés cultural de la zona, entre otros, la universidad decidió darle vida, en 2011, al Programa Progresa Fenicia.

La iniciativa, contenida en el Programa de Desarrollo Integral, PDI, 2011-2015 de la universidad y que hace parte de la Gerencia del campus, buscaba materializar, además del plan parcial de renovación, cumplir con el objetivo de Los Andes de generar proyectos de transformación e innovación que impacten su entorno. 

El Programa Progresa Fenicia se convirtió, entonces, en el articulador de proyectos sociales, ambientales, económicos y urbanísticos que desarrolla en conjunto con el Fideicomiso Triángulo de Fenicia, los constructores, el distrito y los vecinos del sector, entre otros actores, buscando  incluir y beneficiar a los diferentes involucrados en el plan parcial de renovación, para hacer realidad ese territorio imaginado. 

“Este es un epicentro de creación de nuevas maneras de hacer y ejercer ciudadanía, de cooperar y de construir ciudad entre todos”, señaló Catalina Rodríguez, coordinadora del Programa Progresa Fenicia. 

Tenemos luz verde 

Luego de casi una década de trabajo y conocimiento construido entre la comunidad de Las Aguas y la universidad, el Distrito, mediante el Decreto 420 de 2014, adoptó el Plan Parcial de Renovación Urbana “Triángulo de Fenicia”, con el que se daba luz verde al proyecto. 

Quizá, una de las principales innovaciones de este plan parcial de renovación es que enfrenta, como lo señaló Maurix Suárez, gerente del campus de la Universidad de los Andes, en su momento, “uno de los problemas más grandes de la renovación urbana a nivel mundial: la llamada gentrificación, es decir, el desplazamiento de la clase media y trabajadora de una zona, cuando al renovarse un sector urbano con modernos edificios, comercios y oficinas se desplaza a sus habitantes, se desconoce su historia y sus raíces, y se pierde la conexión con el pasado”. 

Esto, porque en el “Triángulo de Fenicia” se protegerán a las casi 400 familias residentes del lugar, bajo el eslogan “Todos nos movemos, todos nos quedamos”. 

De esta manera, el plan de renovación urbana garantiza que los propietarios de la zona reciban, en el nuevo proyecto inmobiliario, los mismos metros cuadrados que hoy poseen, que mantengan, por un periodo inicial de 10 años, el mismo estrato de su predio actual  y que se ofrezcan facilidades para que los residentes arrendatarios puedan adquirir una vivienda en el sector.

Con esta luz verde, el equipo de trabajo del Programa Progresa Fenicia inició la etapa de implementación del proyecto, en el que su gran protagonista ha sido la comunidad. 

Existe un programa de refuerzo escolar (Refuerzo Escolar Fenicia) al que asisten los niños en edades entre  6 y 17 y el PreIcfes de Fenicia, al que asisten jóvenes que cursen el grado once, los propietarios de negocios de la zona participan del programa Emprende Fenicia, sus adultos mayores pueden acceder a alfabetización en informática e inglés, y a clases de yoga, baile y tejido. 

En el 2015, fue creada la Huerta Fenicia, en la que mujeres como María Antonia Jaimes y Luz Amparo Bedoya, entre muchas otras, algunas madres cabeza de familia, han encontrado una nueva oportunidad. En este espacio, destinado a la agricultura urbana, ellas cultivan romero, variedad de hortalizas, kale, suculentas, menta, papa y yacón, entre otros productos que usan para su consumo diario, pero que también les ha permitido aprender una nueva actividad. La huerta está abierta a toda la comunidad aledaña al Plan Parcial

Huerta Fenicia
Huerta Fenicia

Una ciudad inteligente, circular y sostenible 

Durante esta fase de implementación del proyecto y a la par del trabajo con la comunidad, el Programa Progresa Fenicia empezó a pensar cómo aprovechar el plan parcial de renovación para desarrollar, en este lugar, un piloto de ciudad inteligente, circular y sostenible que fuera pionero en Colombia.

Esto, con el fin de llevar la investigación y los diferentes avances tecnológicos que se desarrollan al interior de la academia al mundo real, para que Triángulo de Fenicia se convirtiera en un laboratorio vivo en este tema.

Una oportunidad de oro, teniendo en cuenta que, las renovaciones urbanas permiten establecer una gestión inteligente de los territorios, pieza clave de este modelo de smart city, ciudades circulares y/o sostenibles, como lo señalan los expertos.

“Una ciudad inteligente es aquella que coloca a las personas en el centro del desarrollo, incorpora Tecnologías de la Información y Comunicación en la gestión urbana y usa estos elementos como herramientas para estimular la formación de un gobierno eficiente que incluya procesos de planificación colaborativa y participación ciudadana. Al promover un desarrollo integrado y sostenible, las smart cities se tornan más innovadoras, competitivas, atractivas y resilientes, mejorando así las vidas de sus habitantes”, señala el documento “La ruta hacia las smart cities: migrando de un gestión tradicional a la ciudad inteligente”, del Banco Interamericano de Desarrollo, BID. 

Y este es, precisamente, el enfoque de desarrollo que se está pensando para el “Triángulo de Fenicia” y que ya ha empezado a obtener reconocimientos internacionales. Por ejemplo, ser escogido como piloto del Programa Acelerador de Eficiencia Energética (Building Efficiency Accelerator, BEA) para Colombia, monitoreado por el Consejo Colombiano de Construcción Sostenible, CCCS. 

Este es uno de los seis programas para escalar las acciones de eficiencia en el marco de la iniciativa denominada Sustainable Energy for All (SE4ALL) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y del Banco Mundial. 

Gracias a este apalancamiento y como parte de todo el trabajo de transferencia de conocimiento para conectar la investigación que se realiza en la universidad con la práctica, nació en 2019 el laboratorio fotovoltaico “KIOSOL” o Kiosko SoLar”, en el que se estudia, a pequeña escala, cómo aprovechar y gestionar, de manera inteligente, energías renovables para  la comunidad del barrio Las Aguas, a través de una microrred. 

En el largo plazo se busca avanzar hacia una red inteligente, a gran escala,  que aproveche fuentes renovables de energía y que adopte herramientas como IoT, Infraestructura de Medición Avanzada, Interfaces Hombre Máquina y Living Lab, entre otras, una red de sensores urbanos y tecnologías de monitoreo y almacenamiento de información de áreas como tránsito, calidad del aire, temperatura, nivel de ruido, gestión de semaforización, video vigilancia, seguridad y situaciones de emergencia, smart parking y contar con una estación de carga para vehículos eléctricos o híbridos de acceso público, entre otras soluciones. 

Pero, además de la iniciativa de eficiencia energética, en el marco del proyecto de renovación urbana se vienen planteando otras iniciativas que, por ejemplo, permitan el uso más responsable de otros recursos como el agua, faciliten la reducción de la huella de carbono, mejoren la gestión y el aprovechamiento de los residuos e impulsen la construcción sostenible y la movilidad verde. 

Adicionalmente, hoy el proyecto cuenta con el Buró de Innovación Germania, BIG, liderado por Fernando Jiménez, profesor asociado del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad de los Andes, que busca ser una plataforma colaborativa de participación, experimentación, aprendizaje y transferencia de conocimiento. 

“BIG quiere ser ese espacio de trabajo y reflexión de cómo debe ser ese nuevo modelo de ciudad donde las tecnologías son la herramienta y el pretexto para resolver problemas de la vida cotidiana que mejoren la calidad de vida de las personas, en algo que nosotros llamamos tecnologías conscientes para comunidades inteligentes”, agregó el profesor. 

Para Nathalia Franco, directora del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo, Cider, de la Universidad de los Andes y una de las promotoras del programa Progresa Fenicia y del Decreto 420 de 2014, tenemos que ver a Fenicia como un modelo integral de gestión del territorio que beneficia a todo los que hacen parte del proyecto y en el que la universidad ha puesto, sobre sus planos, todo el trabajo de investigación que sobre este tema ha realizado. 

“Hemos logrado que Fenicia se convierta en un referente sobre estos nuevos modelos de renovación que necesita, no solo Colombia sino el mundo”, añadió. 

Razón por la que el proyecto recibió el  Premio Internacional a la Excelencia en Planeación 2020 en América Latina, entregado por la Asociación Americana de Planeación (APA, por sus siglas en inglés); en la categoría Planeación Comunitaria y Regional, destacando sus esfuerzos en la formulación, consolidación y ejecución de una renovación urbana incluyente. 

 

 


Obesidad

MUJERES DE BAJOS INGRESOS, LAS MÁS PROPENSAS A SUFRIR DE OBESIDAD

OBESIDAD, EPIDEMIA QUE SE INVESTIGA DESDE LA SALUD DIGITAL

 Olga Lucía Sarmiento | Profesora titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes | osarmien@uniandes.edu.co | Felipe Montes | Profesor asociado del Departamento de Ingeniería Industrial de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de los Andes| fel-mont@uniandes.edu.co|José David Meisel | Profesor del programa de Ingeniería Industrial de la Universidad de Ibagué | jose.meisel@unibague.edu.co. 

Mayo de 2023
Investigadores de la Universidad de Los Andes y la Universidad de Ibagué crearon un modelo matemático que permite relacionar la transición hacia la obesidad de los adultos en Colombia con factores socioeconómicos y de género. 

Con más de 2.8 millones de muertes cada año, la obesidad se ha convertido en una epidemia mundial. De acuerdo con los datos de 2021 de la Organización Mundial de la Salud, OMS, en los últimos 50 años, las tasas de sobrepeso y obesidad se han triplicado en la región de las Américas, y afectan actualmente al 62,5% de la población, la prevalencia regional más alta del mundo.

Según el mismo organismo, la obesidad es uno de los principales factores de riesgo de muchas Enfermedades No Transmisibles (ENT), como la diabetes, las afecciones cardiovasculares y los accidentes cerebrovasculares, así como de varios tipos de cáncer, que juntas causaron en 2022 el 70% de los decesos de personas en todo el planeta. 

Obesidad en el mundo

Modelo matemático para estudiar la transición de la obesidad 

Para analizar a qué obedece esta tendencia, exactamente en Colombia, investigadores de las universidades de Los Andes y la de Ibagué crearon un modelo de dinámica de sistemas para estudiar la transición de la obesidad teniendo en cuenta factores socioeconómicos, de género y de edad, con el que pudieron identificar los grupos de población con mayores riesgos.  

La investigación, liderada por Felipe Montes, profesor asociado del Departamento de Ingeniería Industrial y Olga Lucía Sarmiento, profesora titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes y José David Meisel, profesor del programa de Ingeniería Industrial de la Universidad de Ibagué, demostró que, a nivel país, las transiciones de sobrepeso a obesidad aumentarían considerablemente para 2030 entre los adultos de bajo nivel socioeconómico, particularmente entre las mujeres, a medida que aumente el Producto Interno Bruto, PIB, per cápita. 

“Las proyecciones del modelo también indican que las regiones de Colombia se encuentran en diferentes etapas de transición hacia la obesidad. En el caso de las mujeres, se esperaba que cinco de las seis regiones experimentaran una transición de obesidad por nivel socioeconómico con el tiempo. Para los hombres, se esperaba que solo para la Orinoquia y la Amazonia pasaran por una transición de obesidad. Sin embargo, a nivel departamental, las tendencias en la carga de la obesidad variaron”, así lo señala el artículo sobre esta investigación que fue publicado en la  revista BMJ Open. 

De acuerdo con los investigadores,  esto ocurre, por ejemplo, por la dinámica justamente de los territorios urbanos, en los que a medida que se genera mayor desarrollo, se dan más alternativas de mejorar los ingresos de las personas y las familias, las mujeres cabeza de hogar buscan oportunidades en el mercado laboral, logran tener un mayor acceso a alimentos no saludables y el entorno construido de las ciudades cambia, reduciendo los espacios para realizar actividad física. 

En palabras más sencillas, indica el profesor Meisel, con esta investigación se pudo demostrar que Colombia sigue la tendencia mundial que indica que “las mayores prevalencias de obesidad están cambiando hacia la población de nivel socioeconómico más bajo, sobre todo en las mujeres. Para los hombres, se prevé que la carga de obesidad siga siendo mayor entre las personas con un nivel socioeconómico más alto, al menos hasta 2030, pero puede extenderse”, y, además, evidenciar la situación por departamento, en donde se pueden dar comportamientos diferentes, por las particularidades de desarrollo económico de cada región.  

 

¿Cómo funcionó el modelo? 

“El modelo de dinámica de sistemas es, básicamente, una aproximación metodológica que permite tomar una realidad no lineal, representarla mediante ecuaciones diferenciales y simular en un software su evolución en el tiempo, con el fin de apoyar la toma de decisiones y la generación de políticas” explica el profesor Montes.

En este caso, gracias a los datos de la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia (ENSIN) de 2005 y 2010, realizada por el DANE, fue posible desarrollar un modelo que simula la transición de la obesidad por categorías de Índice de Masa Corporal (IMC), género y nivel socioeconómico desde 2005 hasta 2030. 

Es importante recordar que la ENSIN recoge datos sobre población, edad y género, además del indicador de desarrollo económico dado por el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita.

Una herramienta para tomar mejores decisiones  

El modelo desarrollado se convierte en una herramienta muy útil que respalda “la necesidad de una planificación de políticas que considere el nivel socioeconómico y el género, a nivel nacional y subnacional, como determinantes importantes del sobrepeso y la obesidad entre los adultos en Colombia”, sostiene la publicación sobre la investigación 

Adicionalmente, con el modelo de dinámica de sistemas propuesto, explica el equipo, se puede estudiar, a través de la simulación, si las políticas que se desarrollan en los municipios y departamentos generan un impacto en la población a mediano y largo plazo y de esta forma definir la ruta a seguir para revertir la tendencia hacia la obesidad, que a un sistema de salud como el colombiano puede resultar muy costoso.  

“Además, nuestros resultados también subrayan la importancia de los programas dirigidos a la prevención de la obesidad que podrían incluir la promoción de la actividad física (AF), la alimentación saludable y esquemas de impuestos para las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados”, agrega el documento. 

Este proyecto ha contribuido, además, a incluir preguntas en la Encuesta Nacional de Demografía y Salud – ENDS, con el fin de tener información de todos los grupos de edad que permita generar un análisis más preciso de la situación nutricional de la población colombiana. También fue el punto de partida para trabajar en un proyecto que tiene como objetivo comparar lo que está sucediendo en Colombia con lo que pasa en México, y de esta forma mostrar la transición hacia la obesidad en un contexto latinoamericano. 

Ente caso demuestra que a través de  la modelación y la simulación computacional se puede estudiar la salud pública desde un enfoque interdisciplinar. Esto ha permitido incorporar datos de múltiples fuentes para modelar y mejorar estrategias de promoción y prevención de enfermedades crónicas y sus factores de riesgo asociados en múltiples ciudades y utilizar la tecnología para abordar este tipo de problemas bajo el concepto de digital health o salud digital. 


Innovación para la transformación de las ciudades

INNOVACIÓN PARA TRANSFORMAR LAS CIUDADES

Camacol Bogotá y Cundinamarca

Camacol Bogotá y Cundinamarca| camacolbyc.com

Mayo de 2023

COLUMNISTA INVITADO
Camacol Bogotá y Cundinamarca 


La gestión de las ciudades se ha venido transformando de forma radical y veloz en los últimos años. El manejo de los datos y la tecnología ha dejado de ser un valor agregado y pasó a ser una necesidad para la gestión eficiente e innovadora de la planificación del crecimiento urbano y la provisión de servicios sociales.

Ejemplos de esta innovación  son la evolución de los Sistemas de Información Geográfica (GIS) hacia los gemelos digitales, los cuales permiten la recopilación y análisis de datos espaciales para la toma de decisiones en áreas como la planificación urbana; la gestión de riesgos y la movilidad; los Sistemas Inteligentes de Transporte (SIT), que incluyen desde sensores para monitorear el flujo del tráfico hasta sistemas de pago y reservas para transporte público, o el Internet de las Cosas (IoT), para el monitoreo de la calidad del aire, la gestión de residuos y el suministro de energía.

La intervención de la tecnología en la gestión de ciudades depende poderosamente de un insumo: la información. Camacol B&C, mediante su Observatorio Urbano Regional – OUR, busca producir de primera mano esta capa de información que podemos llamar infraestructura geoespacial. Por ejemplo, en un estudio realizado para el periodo 2017 – 2022, el OUR logró georreferenciar más de 5.000 licencias urbanísticas en 10 municipios de la Sabana de Bogotá. 

Cada licencia cuenta con información que estandarizamos y que contiene aspectos como los usos del suelo, áreas licenciadas, localización, tipo de licencia, entre muchas otras variables. Dentro de los grandes retos que tuvo Camacol ByC para obtener esta información se encuentran los errores humanos en el registro de información. 

De igual forma nuestro estudio detectó pasos a seguir y de cómo por ejemplo con la ayuda de  inteligencia artificial y la tecnología podemos agregar valor a esta información tratando por ejemplo estos datos en tiempo real, optimizando la forma de recolectar la información y produciendo análisis espaciales y numéricos sobre el comportamiento de este fenómeno en un territorio concreto. De esta forma se podría consolidar un instrumento que alimente a los formuladores de política pública de ordenación del suelo permanentemente frente a cuáles son las zonas que más licenciamiento reciben, sus características y el monitoreo sobre el cumplimiento de la norma.

De forma análoga, el OUR compila información sobre los Planes de Ordenamiento Territorial de 12 municipios de la Sabana. Con modelos digitales será posible consolidar la información cartográfica y espacial, más de 400 capas de información, se tenga una imagen holística del territorio, observando las particularidades de la planeación municipal y las oportunidades que demuestra la planificación regional articulada. Con seguridad se encontrarán patrones sobre las características comunes que comparten los suelos declarados como expansión, aquellos tejidos residenciales que requieren intervenciones o la identificación de las zonas de riesgo.

Estas herramientas definirán la planificación de las más de 100 mil viviendas que se espera se construyan en el mediano plazo en la región, calculando el potencial existente en los planes parciales aprobados por las autoridades locales.

¿Cómo se puede asegurar que estas innovaciones tecnológicas estén mejorando la calidad de vida de los ciudadanos? ¿Cómo se puede garantizar que estas tecnologías sean accesibles y equitativas para todos? ¿Cómo garantizar que su aplicación se realice desde criterios de sostenibilidad? 

La respuestas a estas preguntas serán exploradas en diversas charlas y paneles a cargo de expertos en tecnología, urbanismo y políticas públicas, quienes compartirán sus experiencias y perspectivas sobre este tema en el marco de la XVII Feria Internacional Expoconstrucción y Expodiseño y de SmartCity Expo Bogotá World Congress, en la que Camacol Bogotá y Cundinamarca, la Universidad de los Andes, la Empresa de Renovación Urbana (ERU), Vanti y ESRI unen esfuerzos para crear una agenda académica que analice y profundice sobre la importancia de la innovación tanto en el sector público como en el privado para la consolidación de las ciudades del futuro.

Los asistentes al evento presenciarán exposiciones sobre ciudades con bajas emisiones de carbono en Colombia, tecnología y participación comunitaria en la renovación urbana, distritos térmicos, los gemelos digitales urbanos, así como las transformaciones institucionales que vivirá Bogotá en pro de la gestión urbana inteligente, entre muchas otras temáticas.

Este espacio académico se denomina Foro de las Ciudades Inteligentes y la Infraestructura Social, y se desarrollará el viernes 2 de junio de 2023 entre las 8:00 de la mañana y la 1:00 de la tarde en el Auditorio Principal de Corferias, como parte de la programación de SmartCity Expo.

Adicionalmente, los asistentes al Foro podrán disfrutar de Expoconstrucción y Expodiseño, una de las ferias especializadas más grandes de Latinoamérica que impulsa el desarrollo y crecimiento de los sectores de la construcción, arquitectura, infraestructura y diseño en la región. 

Se le considera la plataforma de negocios más importante del sector de la construcción, y  contará con una nutrida muestra comercial de los principales proveedores y empresarios de materiales, insumos, productos, equipos, maquinaria, servicios y tecnología de los sectores y subsectores de la construcción, una completa agenda académica y contenido experiencial que, durante seis días de feria, permitirán la generación de nuevos negocios al interactuar y entrar en contacto con los visitantes. La feria se llevará a cabo del 30 de mayo al 4 de junio de 2023.  

 


María del Pilar Rodríguez

MARÍA DEL PILAR RODRÍGUEZ
LAS MUJERES LOGRAN LIDERAR DE UNA MANERA DIFERENTE

Mayo de 2023 

Dice una frase célebre que “la curiosidad es, en mentes grandes y generosas, la primera y la última pasión”, y de esto si que sabe María del Pilar Rodríguez, la ingeniera uniandina, actual gerente general de la compañía Gases de Occidente.

Y es que a esa curiosidad, que ha tenido desde muy niña, atribuye María del Pilar la decisión de estudiar Ingeniería Civil, incluso pese a no haber sido su primera elección, pues esta pasión por saber cómo funciona todo, desde las cosas más simples hasta las más complejas y de “aprender, siempre aprender”, la hicieron desistir, en tercer semestre, de la carrera de Arquitectura para internarse en este mundo del ingenio que transforma vidas.

Cuando se le pregunta cuáles fueron los aprendizajes más valiosos que le dejó su paso por la universidad, no duda en señalar que la formación multidisciplinaria, la rigurosidad, la estructuración mental y la curiosidad académica, fueron los legados más importantes de su quehacer estudiantil en Los Andes y que, sin duda, han sido determinantes en su destacada carrera profesional.

Y es que luego de graduarse como ingeniera civil en 1997 María del Pilar no ha parado, inicialmente trabajó dos años en la implementación del sistema Transmilenio de Bogotá antes de partir a Boston, Estados Unidos, para realizar su maestría en Transporte en el Massachusetts Institute of Technology.

Durante los dos veranos de su maestría hizo una pasantía en McKinsey en Amsterdam y otra en la Autoridad de Tránsito de Chicago, CTA, el segundo sistema de tránsito más grande de los Estados Unidos. Al graduarse, se quedó trabajando en el país norteamericano para Transystems, firma consultora de transporte.

En 2008, se trasladó a Puerto Rico y trabajó en el área de operaciones en Kimberly Clark, y en 2012 regresó a su natal Cali para ocupar la presidencia de Metrocali, gestor del sistema de transporte masivo MIO.

Bajo su liderazgo, el sistema logró aumentar su demanda de 250 mil pasajeros por día a 550 mil, la más alta en su historia, reducir la oferta de transporte colectivo y ampliar la infraestructura del sistema (estaciones, terminales, troncales).

Posteriormente, fue gerente general de la concesión Ferrocarril del Pacífico, en un momento en que se recuperó la vía férrea de Buenaventura a La Tebaida. “Restablecimos la operación del sistema poniendo a punto la infraestructura y logramos convencer a las industrias generadoras de carga exportadora, como los ingenios, e importadoras de insumos, de usar el ferrocarril como una opción de transporte desde y hacia el puerto de Buenaventura”, sostuvo la directiva.

En 2016 emprendió un nuevo reto, asumió la Gerencia Administrativa y Financiera de Centra Ingeniería y Construcción, la empresa de su familia dedicada al diseño y construcción de soluciones geotécnicas. Estando allí tuvo que sortear la pandemia y el estallido social que vivió el país, retos que logró superar, y aportó al crecimiento de la compañía y un aumento de la oferta de empleo formal, en un momento difícil para la economía caleña.

Después de seis años de ocupar un cargo de liderazgo en esta compañía, y gracias a su reconocida trayectoria y a su capacidad para pensar fuera de la caja, en 2022 la Junta Directiva de Gases de Occidente la nombró como nueva gerente general de la compañía.

Aunque apenas lleva unos meses en su nuevo cargo, María del Pilar quiere aprovechar esta oportunidad para demostrar la capacidad que tienen las mujeres para obtener resultados liderando de una manera diferente: “con y para las personas, con vulnerabilidad y empatía”, agregó.

“Por medio de este liderazgo espero alcanzar objetivos ambiciosos como lograr la transformación digital de la compañía, ser una pieza clave en la transición energética de nuestra región, y acercarnos a nuestros clientes de tal manera que nos reconozcan como sus socios para mejorar su calidad de vida y apoyarlos en su crecimiento, bien sean hogares, comercios o industrias”, aseveró la directiva.  

Mujeres que transforman el mundo

Aunque hoy, las mujeres y hombres profesionales parecen enfrentar los mismos retos, es innegable que aún existen brechas de género que líderes como María Pilar buscan cerrar con su ejemplo.

Por esta razón, cree en el poder de incentivar en las niñas y adolescentes el gusto por las carreras STEM, entre las que se encuentra la Ingeniería, porque estas promueven la igualdad de género y abre mayores oportunidades de empleo para las mujeres, pues este campo se beneficia de tener personas que aportan una mirada diferente para hallar soluciones innovadoras. 

“Las carreras STEM están diseñadas para solucionar problemas complejos y satisfacer necesidades críticas. Al animar a las niñas y adolescentes a seguir una de estas carreras se les está dando la oportunidad de trabajar e innovar en soluciones para problemas globales, entre estos, el cambio climático, la salud pública y la tecnología de la información, en los cuales aportan de manera significativa la mirada diferente, creativa y empática que caracteriza a las mujeres y con la que pueden transformar el mundo”, dijo.

De esta manera, María del Pilar continuará, desde el cargo en el que se encuentre, empoderando a las mujeres para que puedan alcanzar sus propósitos, cambiar sus entornos e impactar positivamente la vida de otras personas.

 

 


CIENCIA Y TECNOLOGÍA AL SERVICIO DE LA AGROINDUSTRIA SOSTENIBLE

Johann Osma, profesor asociado de los departamentos de Ingeniería Eléctrica y Electrónica y de Ingeniería Biomédica

Johann Osma | Profesor asociado de los departamentos de Ingeniería Eléctrica y Electrónica y de Ingeniería Biomédica |  Universidad de los Andes | jf.osma43@uniandes.edu.co|

Mayo de 2023
Las universidades de la Andes y de Ibagué unieron fuerzas para desarrollar un laboratorio que permite experimentar, de manera controlada y a una escala productiva, sobre el cultivo de plantas y de peces a través de la acuaponía y realizar transferencia de conocimiento al sector agro.

En un planeta en el que es urgente garantizar la seguridad alimentaria para sostener la creciente población mundial, que se estima superará los 9.500 millones para 2050, según la ONU, la producción agrícola sostenible toma un papel protagónico para alcanzar el equilibrio entre la supervivencia humana y la ambiental.  

Esto, porque de acuerdo con el organismo multilateral, la agricultura es responsable del 70% del consumo mundial de agua y el sector de los alimentos representa alrededor del 30% del consumo total de energía del planeta y un 22% de las emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI). 

Una de las iniciativas más prometedoras frente al tema es la acuaponía, un sistema de cultivo sostenible que utiliza un 70% menos de agua que la agricultura convencional y no produce los mismos niveles de residuos y emisiones GEI. 

La acuaponía es precisamente la protagonista del proyecto de investigación en el que trabajan, de manera conjunta, las universidades de Los Andes y de Ibagué a través del laboratorio Acuaponía del Co – Laboratorio de Investigación en Bioeconomía Regional – Colibrí. 

En este lugar hay un espacio especializado, de más de 600 metros cuadrados, inaugurado en diciembre de 2022, que permite que los estudiantes, docentes y representantes de la comunidad tolimense y del país en general, experimenten de manera controlada, en una escala productiva, sobre el potencial de cultivo de diversas plantas y peces en el agua, con el fin de hacer más competitiva y rentable esta agroindustria y tecnificar un método ancestral.  

La génesis del Colibrí  

Los antecedentes del laboratorio de Acuaponía en la Universidad de Ibagué se encuentran en el campus de la Universidad de los Andes, y en iniciativas privadas de diversos países latinoamericanos. “Un precedente es el AgroLab, un laboratorio que cuenta con la participación de profesores y estudiantes de arquitectura, ingeniería y medicina, y que tiene distintos sistemas demostrativos de producción agrícola para identificar tecnologías, metodologías de cultivo, pero en una escala que no es productiva”, explica Johann Osma, profesor asociado de los departamentos de Ingeniería Eléctrica y Electrónica y de Ingeniería Biomédica de la Universidad de los Andes y líder del proyecto desde Bogotá.  

Y en este lugar es fácil entender el método que, de acuerdo con el profesor, ayuda a ahorrar 70% del agua del proceso de producción que se debe a que la acuaponía es la integración de la acuicultura (cultivo de peces) y la hidroponía (cultivar plantas sin suelo).  

Como explica el profesor Osma, este método permite que el agua del tanque de los peces circule a través de filtros hacia las camas de crecimiento de las plantas y regrese a los peces. A través de filtros mecánicos se remueven los desechos sólidos y, luego, con biofiltros de bacterias, se procesan las fecas.  

De esta manera, el amoniaco, tóxico para las plantas, se convierte en nitrato, que es abono para ellas. Al tiempo, las plantas purifican el agua al asimilar estos nutrientes para que vuelva al estanque. Así se da un proceso circular y sostenible.  

De acuerdo con el profesor, si se piensa en una producción agropecuaria con bajo consumo de agua, de energía, en cualquier condición climática y un producto de alta calidad, con sellos de garantía, que se pueda incluso exportar a cualquier mercado, se debe tener en cuenta esta tecnología.  

“La producción agropecuaria debe tener ciencia y tecnología de por medio para avanzar en el mejor uso de los recursos. Este laboratorio es un proyecto estratégico que les da a las universidades de Los Andes y de Ibagué ventajas en investigación y desarrollo sobre cómo hacer cultivos más sostenibles”, explica.  

Además, es el lugar propicio para desarrollar compuestos que favorezcan el crecimiento de las plantas, realizar estudios del agua en todas sus dimensiones, desarrollar biofiltros y sistemas mecánicos y de energía que hagan más eficiente la producción acuapónica.  

De hecho, en su fase inicial, comenta el profesor, se “innovó en el diseño, la estructura, la distribución del invernadero, los sellos para los biofiltros, se creó un simulador que permite establecer cultivos adecuados de acuerdo a la región en la que se encuentre y se desarrolló un juego para facilitar su apropiación por parte de las comunidades”. 

¿Cómo potenciar su uso?  

Y como Colombia transita un camino para producir mejores alimentos y fortalecer al sector agro como política de Gobierno, se necesita realizar una tarea de apropiación tecnológica con la industria. 

“Queremos que el productor agropecuario pueda hacer ajustes, cambios y pueda investigar lo que necesite sobre los cultivos acuapónicos. Pensando en esto, diseñamos un juego que no es competitivo, sino que ayuda a la gente a aprender individual y colectivamente de una forma muy sencilla”, comenta el docente. 

Este juego, que hace parte del proceso de innovación del laboratorio, se llama Acuaponics, y está diseñado para que, en un periodo muy corto de tiempo, 15 a 20 minutos, una persona inexperta aprenda los principios básicos de funcionamiento de la acuaponía. “Se está trabajando en versión de mesa y digital, y se ha probado con más de 500 personas para analizar la apropiación y romper las barreras frente al uso de esta tecnología”, señala.  

Tras poner en funcionamiento el laboratorio, el siguiente paso es abrirlo a proyectos de investigación con el fin de que la industria y la comunidad puedan sacarle provecho. En Los Andes, este proceso se lleva a cabo a través del Centro de Investigación y Desarrollo en Sistemas Agroalimentarios, desde el cual canalizan las interacciones y se amplía la visión para tener mayor participación de profesores, estudiantes y los sectores interesados en la acuaponía.  

“Este es un proyecto de largo aliento para que Los Andes tenga una posición importante dentro de la sociedad colombiana en la producción limpia, de calidad y sostenible. Los interesados en participar pueden acudir a nosotros para probar y aprender de modelos experimentales. No solamente ofrecemos un servicio técnico sino un programa de investigación industrial de alto desempeño para la agroindustria”, concluye el profesor Osma.