DANIEL MUÑOZ
“LA INNOVACIÓN DEBE SER PARTE DE NUESTRO ADN”
Mayo de 2021
Cuando era niño, se distraía jugando con imanes y carros con cables que él mismo les adaptaba. Recuerda que su padre, de quien heredó el gusto por la electrónica, lo llevaba a comprar materiales para ‘cacharrear’ en su natal Medellín. Fue así como a la hora de elegir carrera se inclinó por la ingeniería electrónica. Sin embargo, la ingeniería eléctrica se le cruzó en el camino y terminó enamorado de ella. Estudió ambos programas al mismo tiempo y asegura que la flexibilidad de la Universidad de los Andes le permitió explorar distintas áreas de estudio y enfocarse en la que más le llamaba la atención. “En los últimos semestres descubres que la ingeniería eléctrica tiene partes no tan técnicas como la relacionada con el ámbito económico, que fue la que más me interesó” afirma.
Daniel se define como una persona dedicada y estudiosa. Reconoce que ha tenido oportunidades y privilegios, pero está convencido de que estudiar mucho y tener una meta definida desde el principio da frutos. De ahí que haya obtenido sus títulos como ingeniero eléctrico y electrónico con la distinción Magna Cum Laude hace apenas diez años y ya tenga una trayectoria profesional exitosa.
Siempre ha sido minucioso con sus temas de investigación, le gusta ir hasta el fondo de la cuestión para conocer los detalles. Ahora que está en la industria confiesa que quisiera tener más tiempo para profundizar en los temas, pero “resulta ineficiente y al final lo importante es estar comprometido con lo que uno hace y ser íntegro”.
Su carrera académica ha estado influenciada por la profesora Ángela Cadena, su asesora de tesis en la maestría en Ingeniería Eléctrica, de la cual también se graduó con honores. Gracias a sus consejos y su apoyo, consiguió una pasantía de investigación en la Universidad de McGill en Canadá. Durante su estadía en Montreal decidió cruzar la frontera y explorar opciones para seguir con el doctorado enfocado en mercados energéticos. Viajó dieciocho horas en bus hasta llegar a Ítaca, en Estados Unidos, para entrevistarse con profesores expertos en este campo. Al poco tiempo, obtuvo una beca para estudiar en la Universidad de Cornell.
“El modelo no puede seguir siendo el mismo, no podemos seguir pensando en ser una compañía de infraestructura y mercado regulado. El mundo está cambiando y la innovación es el motor de crecimiento a largo plazo de la compañía”.
Daniel Muñoz Álvarez
Al terminar su doctorado, quiso cambiar de rumbo. Había dedicado varios años a escribir artículos de investigación y le entusiasmaba la idea de experimentar el mundo de la industria. Se mudó a Nueva York para trabajar en GreenTech Media y, luego se fue a Houston, y estuvo en Wood Mackenzie. Estas compañías son líderes en el sector de las energías renovables y la investigación de mercado en nuevas tecnologías para empresas de servicios públicos. “Combiné mi pasión por la investigación con el relacionamiento con la industria. Leía reportes y hablaba con proveedores y usuarios de la tecnología para entender el día a día del sector”, dice Daniel sobre su labor en esos cuatro años.
La experiencia fue enriquecedora y quiso seguir conectado con la industria. Tuvo la oportunidad de volver al país gracias a Juan Ricardo Ortega, actual gerente de Grupo Energía Bogotá, quien años atrás había mostrado interés en tenerlo en su equipo de trabajo. A principios de 2021, asumió el reto de alinear a esta multilatina con las macrotendencias del sector energético: la descarbonización, la movilidad sostenible y la digitalización, entre otras. Este ingeniero uniandino afirma que “el modelo no puede seguir siendo el mismo, no podemos seguir pensando en ser una compañía de infraestructura y mercado regulado. El mundo está cambiando y la innovación es el motor de crecimiento a largo plazo de la compañía”.
Resalta que a futuro se van a necesitar profesionales abiertos al cambio porque vivimos en un mundo en constante transformación. Este uniandino está convencido de que “la innovación debe ser parte de nuestro ADN” y que, además, la Universidad facilita esto, porque pone a disposición de sus estudiantes currículos a medida, una amplia oferta de clases en diversas áreas y profesores con diferentes perfiles. “Siento que a los profesores de Los Andes les interesa cultivar talentos e inspirar, para que uno se prepare y después vuelva a aplicar lo aprendido”.
¿Estudias o quieres estudiar ingeniería en Los Andes? Daniel Muñoz tiene un consejo para ti:
euPOLIS: innovación para una Bogotá más verde y saludable
Mayo de 2021
Con la suscripción de un memorando de entendimiento entre la Universidad de los Andes y la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano, Bogotá se vinculó al proyecto euPOLIS financiado por la Unión Europea. Es una oportunidad valiosa para aplicar una metodología experimentada en cuatro ciudades del mundo, que permite llevar a un territorio soluciones innovadoras para abordar los principales retos urbanos de la ciudad, incrementar el bienestar de la población y mejorar la salud pública.
La Alcaldía Mayor de Bogotá, a través de la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano, se vinculó al proyecto internacional euPOLIS, de la Unión Europea, para innovar en la planeación urbana a través de la implementación de la metodología Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN) que promueve la salud y el bienestar de la ciudadanía.
La metodología Soluciones Basadas en la Naturaleza -SBN- (soluciones verdes – azules) del proyecto euPOLIS, que ofrece una sinergia entre las personas y la visión de la salud centrada en beneficios ambientales y económicos, será desarrollada en su totalidad en las ciudades denominadas de demostración en Europa: Pireus (Grecia), Lodz (Polonia), Belgrado (Serbia) y Gladsaxe (Dinamarca); a partir de una estrategia de co-creación y empoderamiento de la ciudadanía.
La capital del país lo hará en calidad de ciudad seguidora, categoría entre las que se encuentran otras cuatro ciudades del mundo: Palermo (Italia), Limassol (Chipre), Fengxi New (China) y Trebinje (Bosnia y Herzegovina), lo que le permitirá participar en los talleres en conjunto con las ciudades de demostración y tener acceso e incorporar a la planeación urbana las estrategias y metodologías propuestas por euPOLIS con el fin de generar soluciones innovadoras que propendan por el aumento de la calidad de vida de los ciudadanos.
“Bogotá busca reverdecer y tener posibilidad de absorción de aguas lluvias y acuífero natural en sus proyectos de urbanismo. Como ciudad seguidora, el aprendizaje será inmenso y las lecciones que se implementen serán muy beneficiosas para las estrategias de ciudad”, afirmó el gerente de la Empresa, Juan Guillermo Jiménez Gómez.
euPOLIS en Bogotá
La Alcaldía Mayor de Bogotá, a través de la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano y la Universidad de los Andes, escogió como zona de estudio la pieza Reencuentro, un enfoque territorial con grandes retos, uno de ellos, el de reverdecer el centro y la Avenida Calle 26, articulando las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN) para innovar en un contexto consolidado.
“Aportamos la pieza Reencuentro, por ser uno de los proyectos que estructura actualmente la Empresa entorno al eje representativo de la Avenida Calle 26, que busca la articulación del norte y el sur de la ciudad y que, por el nivel de consolidación de los barrios a su interior, hacen de esta área un sector estratégico para contribuir a la apuesta de revitalización de Bogotá. Esto a través de intervenciones en el espacio público y de la reactivación urbana asociada a la definición de lineamientos normativos para ser incorporados al Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la ciudad, en proceso de revisión y ajustes”, explicó Jiménez.
euPOLIS devolverá la naturaleza a las ciudades
El proyecto euPOLIS pretende incentivar el reemplazo o la combinación de los sistemas convencionales de ingeniería creados para proteger el ambiente con sistemas naturales, con el fin de crear ecosistemas urbanos resilientes a un bajo costo y simultáneamente promover la salud pública y el bienestar de la población. El proyecto abarca retos críticos tales como: baja calidad ambiental, fragmentación, baja biodiversidad en espacios públicos y el estrés hídrico, al introducir una aproximación que visibilice los recursos y servicios no reconocidos asociados a los sistemas naturales y de ingeniería para regenerar y rehabilitar los ecosistemas urbanos.
Su objetivo específico es promover la resiliencia urbana a través de intervenciones asociadas a las matrices de planeación urbana y, de esta manera, co-crear espacios urbanos habitables e inclusivos. A partir de un innovador proceso basado en la implementación sistemática de herramientas de participación con atención particular en el género, edad y condiciones de discapacidad o vulnerabilidad.
Los expertos del equipo euPOLIS van a identificar y abordar los retos críticos de cada ciudad de demostración, proveyendo soluciones holísticas y medidas que tienen impacto positivo en la calidad de vida de los ciudadanos, su bienestar físico, mental y emocional.
JORGE VILLALOBOS
"OFRECER VALOR DIGITAL ES UNA GRAN VENTAJA COMPETITIVA"
Mayo de 2021
En esta entrevista con CONTACTO, Jorge Villalobos, profesor titular del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Computación, comparte detalles sobre el ambicioso plan del Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones para poner a 100.000 programadores al servicio del país, al igual que sus percepciones sobre la transformación digital en Colombia y el mundo.
CONTACTO: En su ruta hacia la transformación digital, ¿qué significa para el país contar con 100.000 nuevos programadores?
Jorge Villalobos (J.V.): Los programadores son la mano de obra calificada y quienes están llamados a construir las soluciones que requieren las empresas y el país en su proceso de transformación digital. Hace casi una década se identificó que en Colombia había un gran déficit de programadores, pero solo hasta ahora se hizo una propuesta viable y contundente: formar 100.000 en dos años. No son ingenieros, técnicos ni tecnólogos, sino un perfil profesional muy focalizado en la construcción de soluciones.
CONTACTO: ¿Cuál es su aporte y el de Los Andes en esta misión?
J.V.: Para la Misión TIC 2022 diseñamos un plan de formación de calidad en un plazo corto para un gran volumen de aprendices. Todo el diseño curricular y académico fue fruto de la experiencia de la Universidad de los Andes, que es líder en la formación de ingenieros de sistemas en Colombia. Otras diez universidades de todo el país se han encargado de ejecutar ese plan.
CONTACTO: El norte de la misión es la transformación digital de Colombia, ¿cómo va el país en ese camino?
J.V.: Uno de los dilemas de la transformación digital es que puede darse en distintos niveles y la capa superficial es la más común. Por ejemplo, con la pandemia, muchas empresas resolvieron abrir un portal de e-commerce para vender y esa es una transformación superficial de acceso al cliente. Pero cuando empezamos a revisar en profundidad, nos estamos quedando cortos. Esto es apenas normal, pues la transformación no es necesariamente sencilla, ni inmediata. Así como hay empresas nativamente digitales que son muy eficientes, ágiles, flexibles y sin jerarquías; el grueso de las empresas en Colombia es tradicional, su modelo de gobierno corporativo es complejo, les cuesta tomar decisiones y, por ende, transformarse. Para avanzar en esto la arquitectura es una herramienta indispensable. Procesos de arquitectura empresarial, de información y de negocio son los “cimientos”, las bases digitales para construir la transformación que se necesita.
CONTACTO: ¿Cómo se explica que la transformación digital esté ganando terreno?, ¿tiene mucho que ver la pandemia?
J.V.: La transformación digital existía desde mucho antes de la pandemia pero, en efecto, ésta la hizo más viable. Algunos expertos se atreven a decir que la transformación en el mundo se aceleró al menos cinco años como consecuencia de la pandemia. Pero, a diferencia de lo que se cree, ese impulso no está solo relacionado con ese factor, sino con la evolución propia de los negocios, pues entregar valor de manera digital se ha convertido en una gran ventaja competitiva. Negocios digitales en los sectores financiero, de educación y de seguros han demostrado funcionar muy bien con este enfoque. Ahora nos podemos encontrar con empresas que trabajan con productos físicos pero funcionan de manera digital; o empresas que operan de manera digital y también así es el valor que entregan a sus clientes o usuarios. El impacto ha sido gigante porque los diferentes negocios digitales están compitiendo realmente y, en su búsqueda de una operación más eficiente, las empresas tradicionales quieren volverse digitales.
CONTACTO: Pero hay organizaciones que, sin transformarse, también funcionan bien…
J.V.: Sí. Es común que sean los directivos quienes tomen decisiones basados solo en información muchas veces incompleta, y en su experiencia y el conocimiento que tienen del negocio. Curiosamente, así funcionan. Pero si contaran con suficiente información y algoritmos, y pudieran definir mejor su comportamiento y el de sus clientes la automatización de tareas sería impresionante, y no me refiero a automatización en términos de robótica, sino para la toma de decisiones, lo cual es fundamental. En educación, esto podría ser verdaderamente disruptivo, pues con información y algoritmos sería posible hacer cursos a la medida y, según el proceso de aprendizaje de cada estudiante, el algoritmo podría tomar decisiones sobre cómo reforzar temas o cómo evaluar.
“Algunos expertos se atreven a decir que la transformación en el mundo se aceleró al menos cinco años como consecuencia de la pandemia. Pero, a diferencia de lo que se cree, ese impulso no está solo relacionado con ese factor, sino con la evolución propia de los negocios”.
Jorge Villalobos
CONTACTO: Si todo apunta a información y algoritmos, ¿cuál es el papel que juegan las tecnologías en la transformación del país?
J.V.: Las tecnologías son habilitadoras, mas no garantizan por sí solas una transformación digital, ésta sólo es posible cuando se entiende cómo crear y entregar valor y se define el uso de las tecnologías de información dentro de ese proceso. Por ejemplo, podemos imaginar toda la plataforma tecnológica al servicio de la salud, pero no se trata de integrar sensores, Internet de las Cosas, robótica, inteligencia artificial y chatbots. La suma de eso es cero. Lo interesante es entender el negocio de la salud: dónde está el valor, cómo se entrega y cómo es la operación. Cuando se entiende al paciente, al médico y a todos los actores que participan, lo mismo que los procesos que se siguen, es posible identificar cómo integrar las tecnologías adecuadas en los puntos adecuados para que esa creación y entrega de valor sean realmente efectivas.
CONTACTO: ¿Existe en el país una verdadera inclusión digital que sustente todas estas posibilidades que ofrece la transformación digital?
J.V.: Uno de los problemas de la inclusión digital reside en el acceso que las personas tienen a la tecnología, pero sobre todo a lo que se llama la alfabetización digital. En Colombia el Gobierno tiene clara la necesidad primaria: tener al país conectado de una manera eficiente. Sin embargo, eso no lo es todo, porque hay generaciones completas que nacieron en un mundo sin tecnología y ésta todavía les genera mucha desconfianza. Para el país el problema de fondo en cuanto a inclusión está en el sector empresarial, pues el 80 % o 90 % de las empresas del país son pequeñas y no todas tienen acceso a la tecnología, ni a los conocimientos que necesitan para hacer un uso adecuado de ella. En resumen, los retos grandes son formar ciudadanos digitales y apoyar a las empresas pequeñas para que se puedan transformar.
CONTACTO: ¿Cómo podría la academia contribuir a cerrar o mitigar esa brecha?
J.V.: Con formación. Esas empresas pequeñas no tienen acceso al conocimiento sofisticado requerido para hacer algunas transformaciones. Si bien es un problema de recursos, cuando hay conocimiento básico es posible que sean las mismas empresas las que diseñen soluciones a medida mucho más económicas. En la Facultad nos ha rondado en la cabeza por mucho tiempo una iniciativa muy interesante: trabajar con los gremios. Contrario a lo que se creería, en este camino, las soluciones individuales no son viables, pero las soluciones transversales para algunos clústeres podrían tener un impacto increíble.
CONTACTO: ¿Cuáles son las desventajas no tan visibles de la transformación digital?
J.V.: Evidentemente, todas las ventajas pueden tener también efectos perversos. Puedo referirme a tres específicos: el primero, la pérdida de intimidad. Me preocupa que las personas aún no tengamos consciencia de que los datos personales no se pueden vender por cualquier cosa. El segundo, que se acentúe una pérdida de capacidades humanas, pues hoy en día ya vemos, por ejemplo, cómo hemos delegado la memoria a herramientas tecnológicas como el celular. Por último, que se dejen decisiones importantes y estratégicas a los algoritmos, pues éstos no tienen una visión clara frente a consideraciones de naturaleza ética o social.
CONTACTO: Así el panorama, ¿a qué futuros antes insospechados podría conducirnos la transformación digital en Colombia?
J.V.: En términos de tecnología y transformación digital el futuro no podría ser más incierto. Pero creo que llegaremos a habitar un mundo en el que la información y los algoritmos nos ayudarán a generar oportunidades. Emprender en el mundo digital es una oportunidad gigante en países como el nuestro, pero es muy pronto para anticipar si lo lograremos y si podremos abordar con éxito las dificultades que nos encontraremos por el camino. Por ahora, veo con optimismo que se haya entendido ese reto desde el Gobierno.
En búsqueda de una impresión 3D ética y transparente
El creciente mercado de la manufactura aditiva es cada vez más prolífico para la innovación. En concordancia, investigadores uniandinos trabajan en ImpreAndes3D, una solución que integra tecnologías de la industria 4.0 para simplificar el acceso a servicios de impresión 3D.
Mayo de 2021
Imagina un escenario en el que un cliente y un fabricante se reúnen, acuerdan la prestación de un servicio y firman un contrato equitativo para las dos partes. Posteriormente, el fabricante presta de manera eficiente el servicio, el cliente recibe a tiempo su pedido y el desembolso se hace exactamente de acuerdo a lo establecido por las partes. Ahora imagina que todo esto ocurre bajo condiciones de ética, confianza, total transparencia, seguridad, trazabilidad y sin intermediarios. Parece utópico, pero ImpreAndes3D lo hace realidad.
Con criptomoneda como medio de cambio, tecnología de blockchain que asegura eficiencia y transparencia en la transacción, y smart contracts que favorecen la negociación entre el cliente y el proveedor, investigadores de Los Andes trabajan en el desarrollo de ImpreAndes3D, una plataforma web piloto que inicialmente facilitará a estudiantes de la Facultad de Ingeniería acceder al servicio de impresión 3D pero, en el futuro, tendría el potencial de contactar a cualquier fabricante que ofrezca servicios de impresión 3D con clientes que requieran imprimir un producto con tecnología de manufactura aditiva.
La iniciativa, liderada por Sepideh Abolghasem, profesora asociada del Departamento de Ingeniería Industrial, consiste en crear una red descentralizada de nodos de impresión 3D en la que éstos se conectan con los usuarios finales sin necesidad de incluir intermediarios que “gobiernen” el proceso. En este proyecto multidisciplinario también participan Darío Correal, profesor asociado del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Computación; y Manuela Fernández Pinto, profesora asociada del Departamento de Filosofía y del Centro de Ética Aplicada.
Innovación para tiempos turbulentos
Así como la industria de la impresión 3D mundial se ha avocado a la fabricación de partes y equipamiento requeridos para enfrentar la crisis sanitaria global, y distintos protagonistas del mercado emplean tecnologías de manufactura aditiva para contener la transmisión del virus, el desarrollo de ImpreAndes3D coincide con el escenario de pandemia atendiendo a la recomendación generalizada de reducir el contacto humano y la presencialidad. “Para imprimir una pieza 3D, los estudiantes debían desplazarse al laboratorio, encontrarse y trabajar con el operador de los equipos, y pagar a través de medios físicos por el servicio. Con ImpreAndes ofrecemos un servicio que evita el desplazamiento al laboratorio y el contacto con los intermediarios”, explica Abolghasem.
Además, innova integrando smart contracts (contratos inteligentes sin papel) que permiten, entre otros, automatizar las operaciones comerciales, detectar proveedores poco éticos y productos falsificados, y explotar al máximo los beneficios que ofrece el blockchain como la capacidad de crear confianza y garantizar la seguridad para eliminar la necesidad de intermediarios.
“Otro de los beneficios que ofrece el blockchain es la transparencia. Gracias a la ‘cadena de bloques’ la información del sistema es muy transparente y, al contar con datos descentralizados y hacer transacciones con criptomoneda, no se requiere un tercero en la transacción entre el cliente y la fábrica. Además, resolvemos otros retos de la manufactura aditiva, como almacenar y proteger los datos para consolidar un sistema seguro, eficiente, confiable y sostenible”, plantea la investigadora.
En concepto del profesor Darío Correal –también investigador del proyecto– el éxito previsto para ImpreAndes3D representa un hito para la Universidad de los Andes que, si bien ha liderado y acompañado múltiples procesos de transformación digital en organizaciones de diferente naturaleza a nivel nacional, con este proyecto empieza a integrar a sus procesos internos tecnologías como blockchain que, además de novedosas, son verdaderamente disruptivas y plantean innumerables retos que la academia está en capacidad de abordar.
Por esto, como parte del proyecto,los investigadores están trabajando también en el desarrollo de CNK, una criptomoneda propia que, a futuro, no solo se emplearía únicamente en las transacciones relacionadas con ImpreAndes3D, sino también como medio digital de intercambio para otras operaciones que se lleven a cabo en Los Andes. Un ejemplo sería en la Semana del FOPRE Café, uno de los eventos de solidaridad insignia de la Universidad en la que la comunidad uniandina aporta para alimentación, materiales y transportes de estudiantes con excelencia académica y recursos económicos limitados.
Abordaje ético, imprescindible para ImpreAndes
“ImpreAndes3D no solo aplica blockchain en procesos de manufactura aditiva, sino que aborda los desafíos éticos que trae consigo la combinación de las dos tecnologías –algo innovador que, según la literatura disponible, no se ha desarrollado aún–”, advierte Sepideh Abolghasem.
El enfoque ético no es casual, pues a la par que es una tecnología de alto nivel para la fabricación de productos que ofrece eficiencia, versatilidad y todas las bondades del mundo digital, la impresión 3D enfrenta serios desafíos relacionados con la falta de protocolos que aseguren la protección de datos en el proceso de producción por la participación de terceros y, más preocupante aún, con el desarrollo de productos potencialmente peligrosos o ilegales. A esto se suma que las preocupaciones éticas del uso de criptomonedas, la confidencialidad en la gestión de datos y la ciberdelincuencia.
Es por esto que la profesora Sepideh sumó al equipo a Dario Correal, co-investigador del proyecto y coordinador del Laboratorio de Blockchain de la Universidad, quien junto a un equipo conformado por estudiantes de pregrado y posgrado, es responsable de hacer el diseño y arquitectura de soluciones basadas en blockchain para ImpreAndes3D. Correal explica que mejorar un proceso que típicamente se hacía de forma manual, al igual que reemplazar controles y auditoría que se suelen hacer de manera presencial y con humanos, involucra cuestiones éticas que exigen ser abordadas. Por esto es que el proceso de transformación digital que propone ImpreAndes3D demanda un abordaje ético minucioso.
Precisamente, para identificar y analizar estos y otros cuestionamientos éticos que pueden surgir en el diseño, desarrollo e implementación de ImpreAndes3D, el proyecto cuenta con la participación de Manuela Fernández Pinto, quien además de establecer todos los dilemas éticos que implica la puesta en marcha de ImpreAndes3D, trabaja junto a los investigadores de Ingeniería en desarrollar estrategias para mitigar y –en la medida de lo posible– erradicar estos problemas.
“Es importante tener en cuenta que la transformación digital implica cuestiones éticas muy importantes que quizá no son tan evidentes cuando se miran solo desde la perspectiva de la ingeniería. Ésta transforma nuestras vidas de múltiples maneras y altera la forma en que nos relacionamos con el mundo. Aunque en muchos casos esa transformación es positiva, en otros, de manera oculta, puede llegar a imponer determinadas formas de pensar y actuar, o a privilegiar ciertas acciones sobre otras. Muchas de esas interacciones tienen un componente ético que debe abordarse”, explica Fernández.
La filósofa concluye que las implicaciones éticas de las dos tecnologías que integra son particulares. “No solo hay que tener en cuenta que la manufactura aditiva puede emplearse para la impresión de objetos ilegales, sino también, por ejemplo, que del uso de criptomonedas –unido al blockchain– se desprenden muchos cuestionamientos éticos pues, tradicionalmente, éstas han sido una herramienta útil para uso criminal dada la privacidad en las transacciones y el hecho que no son rastreables. Sin duda, lo que nos gusta del blockchain es que mantiene la confidencialidad de la información, pero, por otro lado, puede terminar favoreciendo fines cuestionables desde la perspectiva ética”.
Bajo estas premisas, y teniendo en cuenta las cifras del mercado de la impresión 3D a nivel global –que, se estima, superará los 40 billones de dólares para 2025– el proyecto es prometedor, pues integra dos tecnologías propias de la Industria 4.0 con el fin de potenciar los beneficios que trae la aplicación de blockchain a la fabricación aditiva. Beneficios entre los que sobresalen el apoyo a la recopilación, el almacenamiento y la gestión de datos; el respaldo a la información importante sobre el producto y la fabricación; la rapidez en el despliegue de los productos y procesos; la disminución del error humano y de los tiempos de transacción; la garantía de la seguridad y autenticidad de los datos; y la búsqueda de la sostenibilidad medioambiental de la red de intercambio de información.
Sociedad 5.0
Este proyecto hace parte de la iniciativa Sociedad 5.0 (S5.0), resultado del trabajo colaborativo entre la Facultad de Ingeniería con el Centro de Ética Aplicada (CEA) y el Centro de Objetivos de Desarrollo Sostenible (CODS). La S5.0 se entiende como la inclusión de los aspectos éticos y de sostenibilidad en el desarrollo de proyectos que apuestan a la resolución de problemas de la sociedad integrando las tecnologías de la transformación digital y soluciones basadas en la naturaleza. El objetivo principal es ofrecer a diferentes actores de la sociedad (industria, gobierno, académicos, estudiantes, y comunidad en general) espacios que les permitan entender y aplicar las tecnologías de la transformación digital, teniendo en cuenta la interrelación de dichas tecnologías con las dimensiones éticas y de sostenibilidad, lo que es clave para el progreso hacia la S5.0. Como parte de la iniciativa para el segundo semestre del presente año se ofrecerá el curso para el ciclo básico uniandino “Sociedad 5.0”.
Sepideh Abolghasem
Ph.D. en Ingeniería Industrial de la Universidad de Pittsburgh
Geología: un siglo de producción científica en Colombia
Con apoyo del Centro CIFI-Informática, el Servicio Geológico Colombiano puso en marcha un proceso de transformación digital que, a la fecha, le ha permitido integrar la información y los datos recopilados a lo largo de sus 105 años de existencia y ponerlos al servicio de la nación.
Mayo de 2021
Una popular broma solía reflejar la más grande paradoja del Ingeominas: “En Colombia, lo primero que se cae después de un temblor es la página del Ingeominas”. Aunque mordaz, el chiste era acertado. Por muchos años, el sitio web del hoy Servicio Geológico Colombiano (SGC) colapsaba cuando se presentaba un sismo en algún lugar del país, pues no soportaba la cantidad de visitas de usuarios que querían conocer los detalles de un sismo inmediatamente sucedía.
Contar con una infraestructura tecnológica sólida es necesario para cualquier entidad responsable de gestionar información científica de alto interés para un país, pero para el SGC esta necesidad era más que apremiante, pues garantizar el acceso público –e inmediato– a los datos puede evitar desastres y salvar miles de vidas de colombianos.
La oportunidad para poner fin a este y otros de los tantos problemas operativos y tecnológicos que aquejaban a la institución llegó en 2011 cuando, por una reforma al sector minero-energético, al SGC se le asignó la responsabilidad de administrar toda la información geocientífica del país. Con apoyo del Centro CIFI-Informática de la Universidad de los Andes, la institución puso en marcha un proceso de transformación digital que, a la fecha, le ha permitido integrar la información y los datos recopilados a lo largo de sus 105 años de existencia y ponerlos al servicio de la nación.
Para obtener este resultado, Orlando Cuevas, Ricardo Gómez, Iván Cifuentes y Disney Rubiano, en compañía de otros investigadores del Centro CIFI-Informática y de varios profesores de la Facultad de Ingeniería, junto con el equipo directivo y científico del SGC encabezado por su director, Oscar Paredes, y la directora de Gestión de la Información Geocientífica, Margarita Bravo, diseñaron e implementaron una estrategia de arquitectura empresarial ‘sismorresistente’.
Una prueba superada
“Nuestra responsabilidad es estudiar las potencialidades de los recursos del subsuelo tales como recursos minerales, hidrocarburíferos, aguas subterráneas, entre otros, y sus restricciones en términos de sismicidad, riesgo volcánico y fenómenos de remoción de masa. Por lo tanto, parte de nuestra misión es asegurarnos que toda la información producida sea pública y pueda ser empleada a tiempo por tomadores de decisiones. Pero la infraestructura tecnológica con que contábamos era precaria, vulnerable, y no estaba en capacidad de responder a los requerimientos de las entidades y centros de investigación que dependen de nuestra información –como la Unidad de Gestión de Riesgos de Desastres, entes territoriales, corporaciones autónomas regionales, centros de investigación, empresas mineras y petroleras, entre otros grupos de interés-”, explica Oscar Paredes.
Los retos para alinear la operación del SGC con su misión eran significativos y evidenciaban que la problemática iba mucho más allá de la capacidad de la página web para mantenerse en pie ante cientos de miles de visitas. Al tener una misión tan heterogénea con muchos frentes de trabajo, el principal desafío era lograr poner la totalidad de la información geocientífica y sus diferentes capas geográficas al servicio de los diferentes usuarios con la calidad esperada y a tiempo.
Después de una fase de diagnóstico intensiva, los ingenieros del SGC y del Centro CIFI identificaron cinco necesidades clave: 1. Clasificar, organizar y catalogar los datos recabados durante los más de 100 años de existencia de la institución 2. Integrar la información 3. Garantizar la seguridad de los datos y preservarlos de forma adecuada 4. Plantear un modelo de trabajo claro para hacer seguimiento y control de los proyectos 5. Acercarse a los usuarios.
Una vez identificados los retos y las necesidades específicas, el equipo encontró en la Arquitectura Empresarial una herramienta idónea que permitiría mejorar el desempeño del SGC y asegurar el cumplimiento de su misión. Esta metodología permitió alinear los procesos con los objetivos, las personas y las tecnologías de información disponibles.
Innovación: pilar del proyecto
Los servicios geológicos de Nueva Zelanda, Finlandia y España sirvieron como modelo para el proyecto de Arquitectura Empresarial del SGC. Sin embargo, para sorpresa del equipo, el enfoque que ya se proyectaba para el caso colombiano coincidía con el rumbo que venían desarrollando los servicios geológicos de estos países. Uno de los principales aprendizajes de este marco de referencia internacional fue identificar pautas para acortar tiempos y la puesta en práctica de dichas estrategias permitió lograr en tiempo récord muchas implementaciones que a los países europeos les había tomado más de dos décadas.
Pero más allá de los casos internacionales, en concepto del equipo del Centro CIFI-Informática, el principal referente del proyecto ha sido la innovación. Muestra de ello es el Motor de Integración de Información Geocientífica (MIIG), una herramienta que, por medio de metadatos, integra toda la información que el SGC ha acumulado desde su creación en 1916, facilitando a los usuarios su consulta, descarga e integración de manera gratuita.
Evidentemente, la innovación también se dio al nivel del uso de nuevas tecnologías, por ejemplo, el equipo diseñó modelos y, en los laboratorios de la Facultad de Ingeniería de Los Andes, ejecutó pruebas de concepto y desarrolló prototipos para comprobar la viabilidad de las nuevas ideas. Además, introdujo al SGC en el uso de la nube y, en la actualidad, se está valiendo de herramientas de Inteligencia Artificial para potencializar el análisis de grandes volúmenes de la información contenida en muestras de las rocas, con miras a mejorar y acelerar la interpretación de los datos del subsuelo.
Primeros aprendizajes de un proceso evolutivo
Entre los múltiples frutos que ha dejado este proceso sobresalen tres transformaciones sustanciales que, además de dejar grandes aprendizajes encuanto a la gestión de grandes volúmenes de información, consolidan al Servicio Geológico Colombiano como un modelo de innovación y transformación digital para las instituciones del país.
La primera de ellas está relacionada con el aspecto financiero, pues desde la implementación de la Arquitectura Empresarial, todas las inversiones del SGC han estado enmarcadas en esta iniciativa y se garantiza que cada recurso se destine a una actividad que realmente genere valor en la estrategia.
La segunda es el compromiso con la generación de información científica de calidad. El SGC no solo volvió a sus raíces para erigirse nuevamente como esa autoridad geocientífica encargada de analizar y establecer las potencialidades y restricciones del complejo suelo nacional, sino que también garantiza el acceso abierto a la información, una labor indispensable para el desarrollo económico y social del país.
La tercera apunta a lo organizacional, pues el proceso de transformación nació en la base de la institución: su personal. Administrativos, técnicos y científicos se apropiaron de todo el proceso, integrándolo a sus labores diarias y enfocando cada una de sus acciones al cumplimiento de la misión del SGC.
Así, con orden, rigor técnico, liderazgo organizacional y dando primacía a los datos sobre la tecnología, fue posible estructurar la información geocientífica de una institución que, por más de un siglo, ha recabado datos indispensables para el ordenamiento y la planeación en el país. Gracias a los resultados positivos, el SCG con el apoyo del equipo del Centro CIFI Informática de la Facultad de Ingeniería emprende un segundo ciclo en el que, mediante la integración de tecnologías emergentes y el uso de la analítica geocientífica, buscará potenciar aún más la información que obtiene el SGC para facilitar la interpretación de los datos, generar nueva información a partir del uso de técnicas y herramientas de inteligencia artificial y, por ende, lograr un mejor entendimiento del subsuelo del vasto territorio nacional.
Un banco de pruebas para optimizar cultivos hidropónicos
Mayo de 2021
El proyecto “Banco de pruebas para la investigación de estrategias de fertirriego en cultivos hidropónicos”, desarrollado en el Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de los Andes, es un buen ejemplo de cómo la transformación digital es clave para la transición hacia sistemas de alimentación y agricultura más sostenibles y responsables.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), para sostener a la creciente población mundial –que se estima alcanzar los 9600 millones en 2050– será necesario aumentar la producción de alimentos en un 70 %, con las consecuencias que esto podrá acarrear.
De acuerdo con la ONU, la agricultura es responsable del 70 % del consumo mundial de agua y el sector de los alimentos representa alrededor del 30 % del consumo total de energía del planeta y un 22 % de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Este escenario ha convocado a gobiernos, organismos multilaterales, sector privado, academia y sociedad en general a tomar medidas que busquen producir más y mejores alimentos, pero con menos insumos; esto, por medio de un consumo y una producción sostenible y responsable.
Si bien la transición hacia sistemas de alimentación y agricultura más sostenibles ya está en la agenda mundial, y son varias las iniciativas que se vienen desarrollando alrededor del planeta, aún existe un gran campo de acción para trabajar sobre el tema y en el que la ciencia, la tecnología y la investigación tendrán un papel fundamental.
En Colombia, una de las apuestas frente a este tema se viene desarrollando en el Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de los Andes a través del proyecto “Banco de pruebas para la investigación de estrategias de fertirriego en cultivos hidropónicos”.
Esta iniciativa tiene como objetivo desarrollar un laboratorio para definir metodologías experimentales que, una vez escaladas, permitan generar recomendaciones tecnológicas en cultivos hidropónicos, que inicialmente estarán enfocadas a estrategias de fertirriego para optimizar el uso de recursos y mejorar tanto la calidad como la productividad de este tipo de plantaciones.
El proyecto, que se viene trabajando desde 2018, está en cabeza de Giacomo Barbieri, profesor asistente del Departamento de Ingeniería Mecánica, quien ha realizado investigaciones en el área de automatización industrial desde hace varios años y ahora está aplicando este conocimiento en la agricultura.
¿Por qué cultivos hidropónicos?
Según la FAO, la deforestación y los cambios en el uso de la tierra, debido principalmente al aumento en las necesidades alimentarias, son algunas de las causas del agotamiento del suelo, razón por la que la implementación de técnicas de cultivo que no requieren superficies vegetales podría convertirse en una solución frente a esta problemática.
Este es el caso de la hidroponía, en la cual las plantas se cultivan usando soluciones de nutrientes en vez de suelo agrícola.
En el proyecto del profesor Barbieri se estudia una rama de la hidroponía definida como ‘cultivo sin suelo’ en la cual se utilizan sustratos inertes que sirven como soporte para la planta y no para su alimentación; por ejemplo, perlita agrícola, piedra pómez, fibras de coco, entre otras.
La hidroponía de cultivo sin suelo permite un control total sobre factores que afectan el desarrollo de la planta, como humedad, oxigenación y nutrición. Por esto, se identificó como una oportunidad para la agricultura del futuro.
Manos a la obra
La iniciativa fue inspirada en el trabajo de Sáenz Fety, una empresa de egresados uniandinos dedicada a la investigación y comercialización de semillas de hortalizas y forrajes con especificaciones que mejoran la productividad agrícola. Gracias al apoyo científico de la empresa, se comenzó el desarrollo de un banco de pruebas de hidroponía de cultivo sin suelo y la posterior construcción de un invernadero ubicado al lado del Centro del Japón, culminado en marzo de 2020.
Posteriormente, se armó el banco de pruebas dentro del invernadero generando así el Laboratorio de Agricultura en Ambiente Controlado (CEA, por sus siglas en inglés), que consta de dos módulos: el primero es responsable de producir diferentes soluciones de nutrientes, mientras que el segundo permite controlar el fertirriego de forma independiente para distintas líneas de producción de plantas, donde el fertirriego es la aplicación en las plantas de una solución de nutrientes constituida por una mezcla de agua y fertilizantes.
“El objetivo del proyecto es desarrollar un laboratorio que a través de su escalamiento permita generar recomendaciones tecnológicas de fertirriego mediante experimentación. En particular, se plantea cultivar distintas líneas de producción de plantas con diferentes estrategias de fertirriego. Cada línea tiene el mismo sustrato, número y especie de plantas, y se le aplica una diferente estrategia de fertirriego en términos de solución de nutrientes (pH y conductividad eléctrica), volumen entregado por riego y evento de activación del riego. Finalmente, se comparan los recursos utilizados y los resultados obtenidos con cada estrategia para la definición de la recomendación tecnológica, donde los resultados están expresados en términos de productividad, tiempo de cosecha y propiedades fisiológicas y organolépticas entre otras”, señaló Barbieri.
Además del área física del invernadero, el proyecto viene construyendo una estación remota que permitirá, a través de herramientas como el internet de las cosas y la analítica de datos, capturar y analizar la información que genera el laboratorio para hacer un seguimiento permanente de las plantas, así como realizar un monitoreo y control de todo el sistema a distancia.
Un proyecto a gran escala
Actualmente, el laboratorio está diseñado únicamente para implementar experimentos de fertirriego. Sin embargo, dentro de las expectativas del proyecto a mediano y largo plazo se contempla que el invernadero pueda integrar también el control del microclima interno, lo que permitirá añadir más variables para optimizar el análisis y las estrategias propuestas frente al manejo de las plantas.
De acuerdo con el profesor, en agosto de 2021 el laboratorio estará listo para cultivar las dos primeras líneas de plantas e iniciar proceso de experimentación y evaluación. A medida que avance la investigación y el laboratorio empiece a robustecer la cantidad y calidad de los datos obtenidos, se buscará integrar profesionales de distintas disciplinas para generar metodologías experimentales que incluyan la visión de todas las áreas del conocimiento involucradas en la investigación de sistemas agrícolas eficientes y sostenibles.
La visión del profesor Barbieri es utilizar el laboratorio, que mide 3,7 metros de altura y 18 metros cuadrados de área, como un banco de pruebas para desarrollar metodologías experimentales que en una siguiente etapa permitan su escalamiento. Este último es fundamental para generar un muestreo estadísticamente significativo que permita definir recomendaciones tecnológicas.
Por lo tanto, se requerirá convocar a empresas y organizaciones que estén interesadas en el desarrollo de este tipo de práctica agrícola para escalar el sistema y hacer experimentación con al menos 50 líneas de producción de plantas.
Esta posibilidad de escalamiento se ve muy viable a futuro considerando las ventajas que tiene la hidroponía tanto en términos de uso de recursos como de productividad.
Entre algunos datos importantes se encuentra la reducción del 30 % en la pérdida de plantas y un 30 % de ahorro en el uso de agua frente a sistemas tradicionales, además de una disminución del 80 % en el uso de pesticidas.
Por otro lado, se puede registrar un incremento notable en la productividad ya que, por ejemplo, la producción del tomate en un cultivo tradicional es de aproximadamente 8 kilogramos por metro cuadrado, mientras que un cultivo hidropónico en invernadero logra producir 50 kilogramos.
“Aunque la inversión inicial de estos modelos de cultivo es más alta, se trata de sistemas más sostenibles y rentables a largo plazo. En la agricultura tradicional, los fertilizantes contaminan las fuentes de agua, mientras que en este tipo de siembra estos se pueden recolectar y reutilizar. Este proyecto es un buen ejemplo de cómo se puede producir más y mejor con menos; además, en el que la transformación digital, gracias a la cantidad de datos que permite recolectar y analizar, puede proporcionar herramientas para tomar decisiones que contribuyen a potenciar la producción agrícola”, concluyó el profesor.
Conoce el Laboratorio de Agricultura en Ambiente Controlado
Laboratorio de agricultura en ambiente controlado, Universidad de los Andes.
En el futuro, este invernadero podrá integrar el control del microclima interno.
EI laboratorio de agricultura en ambiente controlado está diseñado para implementar experimentos de fertirriego.
En agosto de 2021 el laboratorio estará listo para cultivar las dos primeras líneas de plantas e iniciar proceso de experimentación y evaluación.
Giacomo Barbieri
Ph.D en Ingeniería de Innovación Industrial de la Universidad de Módena y Reggio Emilia
¡Todos a bordo! Hacia puertos inteligentes en Colombia
‘Connected Universal Experiences Labs’, el consorcio de investigación conformado por científicos chinos y colombianos del cual hace parte la Universidad de los Andes, trabaja en el desarrollo de soluciones portuarias inteligentes para puertos de Colombia utilizando el enfoque de ‘Digital Twins’.
Mayo de 2021
El reciente bloqueo del Canal de Suez, uno de los más importantes del mundo, obligó al globo entero a reconsiderar la magnitud del comercio marítimo, y puso de manifiesto la necesidad de idear todo tipo de soluciones para fortalecer la infraestructura que posibilita el intercambio de mercancías entre países y continentes.
En Colombia, por años, la necesidad ha sido más que notoria y se han enfilado grandes esfuerzos desde diferentes sectores para robustecer la infraestructura portuaria y optimizar los procesos relacionados. De hecho, gracias a esas y otras tantas iniciativas, el país ha logrado escalar algunos peldaños en el índice de competitividad del Foro Económico Mundial. Pero el camino es largo y, a la par, homólogos con mayor capacidad de inversión toman fácilmente la delantera.
Por esto, teniendo presentes las limitaciones de financiación –pero también las bondades de un territorio con una ubicación geográfica privilegiada y amplio acceso a dos océanos– el consorcio de investigación conformado por científicos chinos y colombianos ‘Connected Universal Experiences Labs’ –liderado por el profesor Xun Luo de la Tianjin University of Technology– y del cual hace parte la Universidad de los Andes, trabaja en el desarrollo de soluciones portuarias inteligentes para puertos de Colombia utilizando el enfoque de gemelos digitales, conocido como ‘Digital Twins’.
Los profesores de la Facultad de Ingeniería Carlos Lozano y Pablo Figueroa hacen parte del grupo de investigadores que lidera esta iniciativa con la que se buscará simular mejoras en los principales puertos del país, empezando por el de Buenaventura.
“Pretendemos que, a través de procesos de simulación, sea posible evaluar mejoras de las características inteligentes de los puertos colombianos, y después llevar a cabo dichas mejoras basados en los resultados de la simulación. De esta manera no solo se podría tener un mejor aprovechamiento del puerto, sino también aumentar el potencial comercial del país, y diseñar soluciones escalables a toda América Latina”, comenta Carlos Lozano, profesor asistente del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Computación.
El aporte de China
Que el Ever Given, aquel gigantesco buque que estuvo encallado en el Canal de Suez por casi una semana, proviniera de China poco tiene que ver con la decidida apuesta del gigante asiático de liderar el comercio en los mares de Asia, Europa y África. En su empeño por recuperar la Ruta de la Seda, China ha entendido la importancia de fortalecer toda su infraestructura de comercio marítimo.
Y es que cuando del sector portuario se trata, China es un referente indiscutible. Esta potencia no solo tiene siete de los diez principales puertos de contenedores del mundo, sino que entre ese grupo cuenta con el más importante del planeta: el de Shangai.
“Los puertos chinos no solo son líderes en rendimiento, sino que también están avanzados en la adopción de tecnología. Por ejemplo, el de Qingdao es el primer puerto de Asia totalmente automatizado. Allí se emplean tecnologías novedosas como sistemas de comunicación 5G, camiones de contenedores no tripulados y grúas automatizadas”, comenta el profesor Lozano.
El innegable desarrollo portuario de esta potencia es un ejemplo a seguir en toda la región y, de manera particular, en Colombia, puesto que –después de Estados Unidos– el país asiático es su socio comercial más importante. Infortunadamente, Colombia no está en capacidad de hacer una inversión similar a la que China ha hecho en sus puertos. Por eso, el enfoque de gemelos digitales es, sin duda, el más indicado para abordar este gran proyecto que impulsa la transformación digital del sector de comercio marítimo, pues –con inversión moderada, poco riesgo y alta probabilidad de éxito– facilita la toma e implementación de decisiones gracias a la simulación en tiempo real de objetos, entornos e, incluso, situaciones.
China no solo aporta su ejemplo a esta iniciativa. El Ministerio de Ciencia y Tecnología del gigante asiático financia la primera fase de desarrollo del proyecto; y desde puertos como el de Qingdao y Tianjin se han orientado seminarios para compartir con el equipo local de investigadores conocimientos en tecnologías portuarias inteligentes.
Entre otros, estos aportes han permitido a los investigadores trabajar con tecnologías de punta para que los entornos de simulación sean realmente gemelos digitales de los puertos. En concepto de Carlos Lozano, “esto le permitirá a la academia la apropiación de nuevas tecnologías de modelado 3D, realidad aumentada, Internet de las Cosas, comunicaciones 5G y analítica de datos, entre otras”.
La transformación, un reto en sí misma
Lograr una transformación real en el sector portuario en Colombia es un reto que –aún con múltiples aristas– es posible sortear. Y en esta ruta el primer paso ya se dio. Según los investigadores, lo significativo de llevar a cabo iniciativas como esta es que las organizaciones tienen mayor conciencia de que la transformación digital no es sinónimo únicamente de adquirir herramientas tecnológicas, sino que implica una modernización de procesos e integración de tecnologías apropiadas, como la de ‘Digital Twins’ para generar valor en la organización y optimizar los procesos.
Como cualquier otro proceso de transformación digital, este implica también otros desafíos que el equipo de investigadores también aborda. Consideraciones éticas y de sostenibilidad, al igual que la búsqueda del equilibrio entre el desarrollo económico y social son elementos que hacen parte de esta iniciativa con las que se buscará dar un impulso a la vocación portuaria de Colombia.
Sociedad 5.0
Este proyecto hace parte de la iniciativa Sociedad 5.0 (S5.0), resultado del trabajo colaborativo entre la Facultad de Ingeniería con el Centro de Ética Aplicada (CEA) y el Centro de Objetivos de Desarrollo Sostenible (CODS). La S5.0 se entiende como la inclusión de los aspectos éticos y de sostenibilidad en el desarrollo de proyectos que apuestan a la resolución de problemas de la sociedad integrando las tecnologías de la transformación digital y soluciones basadas en la naturaleza. El objetivo principal es ofrecer a diferentes actores de la sociedad (industria, gobierno, académicos, estudiantes, y comunidad en general) espacios que les permitan entender y aplicar las tecnologías de la transformación digital, teniendo en cuenta la interrelación de dichas tecnologías con las dimensiones éticas y de sostenibilidad, lo que es clave para el progreso hacia la S5.0. Como parte de la iniciativa para el segundo semestre del presente año se ofrecerá el curso para el ciclo básico uniandino “Sociedad 5.0”.
OPINIÓN
La resiliencia digital de América Latina
Mayo de 2021
La crisis del coronavirus ha sido una prueba de estrés de nuestra resiliencia digital y, al mismo tiempo, un gran catalizador para acelerar la transformación digital. Solo imagínese lo que hubiera pasado si los gobiernos no hubieran dispuesto de herramientas digitales para hacer funcionar sus administraciones a distancia, sistemas digitales de gestión pública, o trámites en línea. Es impresionante que la infraestructura de telecomunicaciones en Latinoamérica haya funcionado y soportado aumentos de tráfico de Internet de hasta el 40%.
Los países que ya venían trabajando en su transformación digital habían creado capacidades en materia de infraestructura y servicios digitales, por lo que estaban mejor preparados para enfrentar la crisis. Sin embargo, estas capacidades no eran iguales para todos los sectores, ni para todos los niveles territoriales. Quedó en evidencia que había sectores de la administración pública –como el de la justicia– que no estaban tan bien preparados, y que la mayoría de los pequeños municipios tampoco contaban con el nivel de desarrollo digital de las grandes ciudades o de algunas entidades del nivel nacional.
“Es impresionante que la infraestructura de telecomunicaciones en Latinoamérica haya funcionado, soportando aumentos de tráfico de Internet hasta el
40 %”. María Isabel Mejía
Así mismo, se evidenció la gran brecha de conectividad de nuestra región. Como muestra el último informe sobre Perspectivas Económicas de América Latina 2020, en la región, tres de cada 10 personas no tienen acceso a internet. Mientras que el 81 % de los hogares más ricos está conectado, solo el 38 % de aquellos más pobres tiene conectividad. En zonas urbanas, un 67 % de los hogares tiene conexión, pero en zonas rurales este número cae al 23 %.
Los gobiernos tienen que seguir avanzando en la implementación de sus estrategias de transformación digital empezando por acelerar y completar las tareas pendientes, entre las cuales cabe mencionar las siguientes:
- Cerrar la brecha de conectividad, pero sobre todo la brecha de apropiación.
- Acabar de digitalizar los trámites de principio a fin, pero sobre todo masificar el uso de los existentes y mejorar su calidad.
- Solucionar el problema de la interoperabilidad entre los sistemas de información del Estado.
En paralelo, deberían priorizar el trabajo en las siguientes áreas:
- Aprovechar las grandes oportunidades del uso estratégico de datos y de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial.
- Implementar estrategias de regulación inteligente, desarrollando marcos éticos, marcos de gobernanza y sandbox regulatorios.
- Preparar a los servidores públicos para los trabajos del futuro, a través de la implementación de estrategias integrales de desarrollo de habilidades que incluyan: (i) la recapacitación (reskilling) de empleados cuyas tareas podrían ser sustituidas, (ii) la actualización de habilidades (upskilling) en todos los empleados mediante contenidos personalizados, y (iii) el reclutamiento de nuevos trabajadores con las habilidades duras y blandas requeridas.
Estas estrategias requieren del fortalecimiento y del trabajo conjunto del Estado con los diferentes actores del ecosistema digital, dentro de los cuales destacaría las GovTech¹ que pueden convertirse en aliados clave para que la administración pública sea más ágil e innovadora, y con la academia, en especial las facultades de ingeniería, que son fundamentales para contribuir en la formación del talento que requiere el sector público en la cuarta revolución industrial.
Según CAF, Banco de Desarrollo de América Latina, las GovTech son las ‘startups’ y pymes que usan tecnologías digitales, datos y metodologías innovadoras para resolver problemas públicos.
JAIME GALVIZ
“PREGUNTÉMONOS: ¿CÓMO AYUDO A LOS DEMÁS?”
Octubre de 2020
Diversidad, curiosidad, oportunidad y libertad. Con estas palabras define su paso por la Universidad de los Andes, Jaime Galviz, el nuevo gerente general de Microsoft Colombia. Las matemáticas, el diseño y la creación lo acompañaron en su infancia. Durante las vacaciones trabajaba en la empresa de su papá, una fábrica de maquila, donde conoció todos los detalles de la producción, bodega, ventas y hasta talento humano, dependencia en la que laboraba su mamá.
Además de su pasión por los números y su fascinación por aprender de todo, por formación familiar tiene por principio de vida el compromiso de ayudar a los demás y de brindar a la gente la posibilidad de ser feliz. Con ese bagaje llegó a la Universidad de los Andes, donde por consejos de su hermana mayor, también uniandina, supo de todas las puertas que se le abrirían.
“No tenía muy claro qué quería hacer, me gustaba la ingeniería, el marketing y la creatividad”, recuerda. Se decidió por la ingeniería industrial, para explorar la línea de negocios. “Llegar a Los Andes fue una apertura, encontré esa variable de diversidad porque había estudiantes de todo el país, de otros países; allí la mente se abrió y aprendí a investigar, a buscar. Entendí que la universidad no solo era encontrar respuestas y soluciones; en Los Andes también están los fundamentos para encontrarse a sí mismo”.
El concepto de la inclusión también es un sello en todas sus actividades y se fortaleció durante este periodo. “La universidad para mí fue esa plataforma que me dio la libertad y esa posibilidad de escoger entre varias opciones y conocer múltiples puntos de vista. También reafirmó en mí el tema de cómo ayudar a los demás, cómo buscar el bien de la humanidad, esa formación humanística integral me ayudó a ser lo que soy hoy”.
Fue un estudiante entusiasta, en octavo semestre empezó su tesis de grado, en noveno la concluyó y para la misma época, en 1995, ya era empleado en Oracle, donde se destacó en la innovación de los modelos de negocios. Para ese entonces, tenía muy clara la importancia de la tecnología como una herramienta habilitadora de innovación que permite llevar soluciones a todo el mundo.
Tres consejos de Galviz a las nuevas generaciones: “Primero, todo lo que uno hace lo hace bajo una ética que te permite estar tranquilo, hay que tener claro los valores y vivirlos. Es muy importante descubrirse a sí mismo y estar en paz, es algo que no tiene precio. Segundo, la curiosidad es lo que te impulsa a estar adelante y la mayoría de las puertas las abres tú y, tercero, hay que preguntarse: ¿cuál es ese propósito con el que quieres impactar y ayudar a los demás?”.
Jaime Galviz
De nuevo otros cuatro conceptos definían su naciente camino profesional: tecnología, innovación, mercadeo y entrega. Recuerda que en Oracle tuvo jefes que le dieron muchas oportunidades y lo ubicaron en cargos, inclusive algunos para los que no se había entrenado. Sin problemas lo asumió, aprendió de nuevas tecnologías y se hizo experto en internet, bases de datos, georreferencias, inteligencia de negocios y analítica básica. También estuvo en ventas, sin embargo, lo suyo era armar modelos de negocios, así que cuando tuvo la oportunidad de hacerlo desarrolló el canal, entrenó a otros como él y, una vez más, la vida le abrió una nueva puerta: trabajar a Microsoft, compañía en la que lleva 22 años.
Mientras afianzó su interés por hacer de la tecnología una herramienta para reducir brechas sociales en todo el planeta, continuó con sus estudios.
En su formación se incluyen programas de negocios, gestión y marketing estratégico en el INALDE Business School en Bogotá, la Universidad de Michigan y la Universidad de Columbia en los Estados Unidos. Adicionalmente, ha asistido al programa de capacitación IPEC (Instituto para la Excelencia Profesional en Coaching) y ha formado parte del Programa de Liderazgo de Alto Rendimiento de la Escuela de Negocios de Saed, de la Universidad de Oxford.
Describe su trabajo en Microsoft como una relación de ‘alma gemela’. “Es una visión muy grande, muy inclusiva: el 80% del tiempo uno se tiene que enfocar en ese 20% de las poblaciones donde no hay inclusión y ver cómo la tecnología ayuda a democratizar la posibilidad para todos. He conocido gente a la que le cambió la vida cuando pudo formarse”.
Y ese fue el camino que emprendió en la compañía. Su labor se ha centrado en crear mecanismos de capacitación para jóvenes de todo el mundo. Lo ha hecho en América Latina y África con resultados que lo dejan muy satisfecho y en los que ha logrado la participación de gobiernos, organizaciones no gubernamentales e instituciones dedicadas a capacitación.
Cuando habla de los retos para el futuro, tiene claro que, por ahora, son dos: hacer que, bajo principios éticos, se utilice la tecnología con el único fin de lograr el bienestar de la humanidad y lograr llevar conexión a todos aquellos que no cuentan con esa posibilidad.
Y cuando se le pide un consejo para los jóvenes estudiantes y egresados, responde: “Tres cosas: Primero, todo lo que uno hace lo hace bajo una ética que te permite estar tranquilo, hay que tener claro los valores y vivirlos. Es muy importante descubrirse a sí mismo y estar en paz, es algo que no tiene precio. Segundo, la curiosidad es lo que te impulsa a estar adelante y la mayoría de las puertas las abres tú y, tercero, hay que preguntarse: ¿cuál es ese propósito con el que quieres impactar y ayudar a los demás?”.
ÁNGELA SAMPER
LÍDER Y PROTAGONISTA DE LA EQUIDAD DE GÉNERO
Octubre de 2020
“Remangarse” es algo que a Ángela Samper, office manager de la firma de consultoría McKinsey en Colombia, le gusta hacer. Quizá esta fue una de las razones para que, en tercer semestre de Ingeniería Industrial, decidiera hacer doble programa con Ingeniería Mecánica. Su encanto por cómo las ciencias pueden aplicarse al mundo real; su interés, desde muy niña, por el diseño de aeronaves y otras grandes máquinas y su pasión por conocer cómo funcionan las compañías desde el corazón de su operación para entender el negocio desde todas sus dimensiones, podría describir muy bien por qué la combinación de estas dos ingenierías ha sido fundamental en los logros alcanzados durante su carrera profesional.
Ha trabajado en temas de emprendimiento social, en proyectos productivos para población vulnerable, y en iniciativas que buscan mejorar la educación pública en el país.
En 2010 ingresó a McKinsey, una de las empresas de consultoría más importantes del mundo, como analista de negocio. A partir de ese momento emprendió una destacada carrera dentro de la compañía que, además de financiar su Maestría en Administración de Empresas en la Universidad de Chicago (Booth School of Business), la convirtió, a su regreso a Colombia, en gerente de proyecto y posteriormente en socia asociada para liderar la apertura de la oficina de la multinacional en Medellín.
Conocer muy bien, tanto los aspectos técnicos de la operación de los diferentes sectores para los que trabaja la consultora, entre estos, banca, consumo masivo, bienes y servicios, petróleo y energía, tecnología, mercadeo y ventas, así como los demás temas cruciales del negocio (financieros, de estructura organizacional y recursos humanos), le ha permitido a esta ingeniera desarrollar decenas de proyectos con resultados exitosos.
“La diversidad de género permite que existan espacios de aprendizaje mutuo, en los que además se promueve la creatividad, la innovación, el análisis de diferentes perspectivas y el respeto al otro. Ahora, nos corresponde a nosotras tener esa voz y estar disponibles para responder las preguntas que surjan dentro de este proceso de inclusión”. Ángela Samper
Aunque dentro de McKinsey su trabajo se ha concentrado en el sector financiero, acompañando a estas compañías a transformar su modelo de negocio para alcanzar mejores resultados comerciales y operacionales en diferentes países de Latinoamérica, su nombramiento, en enero de 2020, como office manager de la operación de la firma en Colombia le permitirá visualizar y liderar, junto a sus socios compañeros, las estrategias que seguirá la multinacional frente a las demás industrias para las que trabaja.
Ángela Samper se convirtió así en la primera mujer en ocupar este cargo en América Latina y la primera en la región, con excepción de la operación en Brasil, en ser elegida como socia de la compañía, en muchos años.
Un logro innegable de su excelencia, sus capacidades y fortalezas, pero también de los avances que ha dado el mundo, en general, en temas de diversidad de género e inclusión, tanto en las áreas de ingeniería como en otras disciplinas.
Samper recuerda que hace un poco más de 10 años, cuando empezó su vida laboral, ser la única mujer en áreas de ingeniería era aún bastante común, no importaba si se trataba de una ensambladora de vehículos, una empresa del sector de petróleo y gas o una consultora, entre otras.
Sin embargo, para ella, este cambio en las estructuras organizaciones es el resultado del trabajo de cientos de profesionales que se destacan en diversos sectores, que hoy son líderes de diferentes empresas y proyectos y que se han convertido en un ejemplo a seguir para una nueva generación. Ángela es un reflejo de la mujer uniandina exitosa que hace grandes aportes al desarrollo de la sociedad desde sus distintos roles, pero que también prioriza el equilibrio de su vida profesional y familiar.
“Es un tema de continuar dando visibilidad a esos modelos a seguir de mujeres exitosas, ya sea en la ingeniería o en otras profesiones. Es un trabajo que toma tiempo pero que, al final, entrega sus frutos”, agrega.
McKinsey es un muy buen ejemplo de este compromiso con la equidad de género. Disminuir las brechas frente a este tema hace parte esencial de la organización. Ángela recuerda que hace 10 años, cuando ingresó a la compañía, el porcentaje de mujeres líderes era bajo. Hoy, más de 10 de ellas ocupan roles directivos, lo que permitirá que, en el mediano plazo, la multinacional tenga muchas más socias.
Ahora, desde su rol como gerente de la compañía, Samper continuará promoviendo la participación y el liderazgo de las mujeres, dentro y fuera de la multinacional, pues no se trata de un tema, únicamente, de responsabilidad de la sociedad. Precisamente, un informe del Mckinsey Global Institute, señala que la igualdad de género en la fuerza de trabajo podría sumar hasta 28 billones de dólares a la economía mundial para 2025.
“La diversidad de género permite que existan espacios de aprendizaje mutuo, en los que además se promueve la creatividad, la innovación, el análisis de diferentes perspectivas y el respeto al otro. Ahora, nos corresponde a nosotras tener esa voz y estar disponibles para responder las preguntas que surjan dentro de este proceso de inclusión. Nuestra responsabilidad es continuar mostrando la calidad de líderes que somos y, de esta manera, ser motivo de inspiración”, agregó Samper.Pese a los retos que impuso la pandemia generada por el Covid-19, esta ingeniera ve con mucho optimismo el futuro dentro de la ‘nueva normalidad’, pues como ella lo asegura, “la crisis sirvió para aprender cómo ser mejores y cómo reinventar nuestro modelo de negocio”.
A Mckinsey la ve, en los próximos cinco años, como una firma fortalecida, mucho más innovadora, que seguirá atrayendo a los mejores talentos, con capacidades disruptivas, en un equipo de trabajo muy diverso que entrega las mejores perspectivas globales a sus clientes.
En el mundo de la ingeniería, Ángela ve un auge de mujeres ocupando cargos de liderazgo, quienes serán fundamentales en la construcción de una nueva sociedad mucho más equitativa y susceptible al cambio, que sea capaz de sacar el mejor provecho de todos sus talentos.