Catalina Rodríguez | coordinadora del Programa Progresa Fenicia| catalinarodriguez@uniandes.edu.co | Maurix Suárez| gerente del campus de la Universidad de los Andes| msuarezr@uniandes.edu.co| Fernando Jiménez| líder del Buró de Innovación Germania, BIG, y profesor asociado del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad de los Andes| fjimenez@uniandes.edu.co | Nathalia Franco| directora del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo, Cider, de la Universidad de los Andes y una de las promotoras del programa Progresa Fenicia| nath-fra@uniandes.edu.co.
Mayo de 2023
Conoce el proyecto promovido por la Universidad de los Andes que busca convertir el barrio Las Aguas de Bogotá en el piloto del desarrollo de las ciudades del futuro en Colombia.
Al noroeste del Centro Histórico de Bogotá, en la falda del cerro de Monserrate, se está planeando transformar la que será la primera “ciudad dentro de la ciudad” inteligente, circular y sostenible de Colombia.
El territorio protagonista de este proyecto es el tradicional barrio Las Aguas que, con más de 100 años de historia, guarda a lo largo de sus calles y casas, algunas aún muy antiguas, el recuerdo del nacimiento industrial capitalino, con las primeras fábricas de chocolate, cerveza, sombreros, velas y vidrio, entre otras, que tuvo Bogotá.
Así que, más de un siglo después, el barrio Las Aguas volverá a ser el epicentro de una nueva revolución, esta vez, la de las ciudades del futuro.
Esta reciente historia comenzó en 2004, cuando la Alcaldía de Bogotá, a través del Plan de Ordenamiento Territorial, POT, decidió declarar buena parte del barrio Las Aguas como área de renovación urbana. Esto quiere decir que abrió la posibilidad para que se desarrollara un proyecto de transformación y revitalización dentro del territorio con el propósito de convertir sus espacios deteriorados en nuevas zonas para el disfrute y desarrollo de sus comunidades.
Una oportunidad que la Universidad de los Andes, el principal vecino de esta comunidad desde 1948, se tomó muy en serio como una manera de repensar, además de su crecimiento y futuro, su responsabilidad con los habitantes de este sector que la ha acogido por más de siete décadas.
De esta manera, empezó un trabajo de diálogo entre la comunidad, la universidad y la administración distrital para darle forma a lo que se convertiría, posteriormente, en la propuesta del Plan Parcial de Renovación Urbana “Triángulo de Fenicia”, promovido por Los Andes.
Para lograr que los objetivos contemplados en esta propuesta de renovación fueran alcanzados, entre estos, generar nuevo espacio público y equipamientos, fortalecer la economía del sector, optimizar su infraestructura urbana, integrar los cerros orientales a la ciudad, promover proyectos inmobiliarios, garantizar la permanencia de propietarios y moradores de la zona y proteger la conservación de los bienes de interés cultural de la zona, entre otros, la universidad decidió darle vida, en 2011, al Programa Progresa Fenicia.
La iniciativa, contenida en el Programa de Desarrollo Integral, PDI, 2011-2015 de la universidad y que hace parte de la Gerencia del campus, buscaba materializar, además del plan parcial de renovación, cumplir con el objetivo de Los Andes de generar proyectos de transformación e innovación que impacten su entorno.
El Programa Progresa Fenicia se convirtió, entonces, en el articulador de proyectos sociales, ambientales, económicos y urbanísticos que desarrolla en conjunto con el Fideicomiso Triángulo de Fenicia, los constructores, el distrito y los vecinos del sector, entre otros actores, buscando incluir y beneficiar a los diferentes involucrados en el plan parcial de renovación, para hacer realidad ese territorio imaginado.
“Este es un epicentro de creación de nuevas maneras de hacer y ejercer ciudadanía, de cooperar y de construir ciudad entre todos”, señaló Catalina Rodríguez, coordinadora del Programa Progresa Fenicia.
Tenemos luz verde
Luego de casi una década de trabajo y conocimiento construido entre la comunidad de Las Aguas y la universidad, el Distrito, mediante el Decreto 420 de 2014, adoptó el Plan Parcial de Renovación Urbana “Triángulo de Fenicia”, con el que se daba luz verde al proyecto.
Quizá, una de las principales innovaciones de este plan parcial de renovación es que enfrenta, como lo señaló Maurix Suárez, gerente del campus de la Universidad de los Andes, en su momento, “uno de los problemas más grandes de la renovación urbana a nivel mundial: la llamada gentrificación, es decir, el desplazamiento de la clase media y trabajadora de una zona, cuando al renovarse un sector urbano con modernos edificios, comercios y oficinas se desplaza a sus habitantes, se desconoce su historia y sus raíces, y se pierde la conexión con el pasado”.
Esto, porque en el “Triángulo de Fenicia” se protegerán a las casi 400 familias residentes del lugar, bajo el eslogan “Todos nos movemos, todos nos quedamos”.
De esta manera, el plan de renovación urbana garantiza que los propietarios de la zona reciban, en el nuevo proyecto inmobiliario, los mismos metros cuadrados que hoy poseen, que mantengan, por un periodo inicial de 10 años, el mismo estrato de su predio actual y que se ofrezcan facilidades para que los residentes arrendatarios puedan adquirir una vivienda en el sector.
Con esta luz verde, el equipo de trabajo del Programa Progresa Fenicia inició la etapa de implementación del proyecto, en el que su gran protagonista ha sido la comunidad.
Existe un programa de refuerzo escolar (Refuerzo Escolar Fenicia) al que asisten los niños en edades entre 6 y 17 y el PreIcfes de Fenicia, al que asisten jóvenes que cursen el grado once, los propietarios de negocios de la zona participan del programa Emprende Fenicia, sus adultos mayores pueden acceder a alfabetización en informática e inglés, y a clases de yoga, baile y tejido.
En el 2015, fue creada la Huerta Fenicia, en la que mujeres como María Antonia Jaimes y Luz Amparo Bedoya, entre muchas otras, algunas madres cabeza de familia, han encontrado una nueva oportunidad. En este espacio, destinado a la agricultura urbana, ellas cultivan romero, variedad de hortalizas, kale, suculentas, menta, papa y yacón, entre otros productos que usan para su consumo diario, pero que también les ha permitido aprender una nueva actividad. La huerta está abierta a toda la comunidad aledaña al Plan Parcial
Una ciudad inteligente, circular y sostenible
Durante esta fase de implementación del proyecto y a la par del trabajo con la comunidad, el Programa Progresa Fenicia empezó a pensar cómo aprovechar el plan parcial de renovación para desarrollar, en este lugar, un piloto de ciudad inteligente, circular y sostenible que fuera pionero en Colombia.
Esto, con el fin de llevar la investigación y los diferentes avances tecnológicos que se desarrollan al interior de la academia al mundo real, para que Triángulo de Fenicia se convirtiera en un laboratorio vivo en este tema.
Una oportunidad de oro, teniendo en cuenta que, las renovaciones urbanas permiten establecer una gestión inteligente de los territorios, pieza clave de este modelo de smart city, ciudades circulares y/o sostenibles, como lo señalan los expertos.
“Una ciudad inteligente es aquella que coloca a las personas en el centro del desarrollo, incorpora Tecnologías de la Información y Comunicación en la gestión urbana y usa estos elementos como herramientas para estimular la formación de un gobierno eficiente que incluya procesos de planificación colaborativa y participación ciudadana. Al promover un desarrollo integrado y sostenible, las smart cities se tornan más innovadoras, competitivas, atractivas y resilientes, mejorando así las vidas de sus habitantes”, señala el documento “La ruta hacia las smart cities: migrando de un gestión tradicional a la ciudad inteligente”, del Banco Interamericano de Desarrollo, BID.
Y este es, precisamente, el enfoque de desarrollo que se está pensando para el “Triángulo de Fenicia” y que ya ha empezado a obtener reconocimientos internacionales. Por ejemplo, ser escogido como piloto del Programa Acelerador de Eficiencia Energética (Building Efficiency Accelerator, BEA) para Colombia, monitoreado por el Consejo Colombiano de Construcción Sostenible, CCCS.
Este es uno de los seis programas para escalar las acciones de eficiencia en el marco de la iniciativa denominada Sustainable Energy for All (SE4ALL) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y del Banco Mundial.
Gracias a este apalancamiento y como parte de todo el trabajo de transferencia de conocimiento para conectar la investigación que se realiza en la universidad con la práctica, nació en 2019 el laboratorio fotovoltaico “KIOSOL” o Kiosko SoLar”, en el que se estudia, a pequeña escala, cómo aprovechar y gestionar, de manera inteligente, energías renovables para la comunidad del barrio Las Aguas, a través de una microrred.
En el largo plazo se busca avanzar hacia una red inteligente, a gran escala, que aproveche fuentes renovables de energía y que adopte herramientas como IoT, Infraestructura de Medición Avanzada, Interfaces Hombre Máquina y Living Lab, entre otras, una red de sensores urbanos y tecnologías de monitoreo y almacenamiento de información de áreas como tránsito, calidad del aire, temperatura, nivel de ruido, gestión de semaforización, video vigilancia, seguridad y situaciones de emergencia, smart parking y contar con una estación de carga para vehículos eléctricos o híbridos de acceso público, entre otras soluciones.
Pero, además de la iniciativa de eficiencia energética, en el marco del proyecto de renovación urbana se vienen planteando otras iniciativas que, por ejemplo, permitan el uso más responsable de otros recursos como el agua, faciliten la reducción de la huella de carbono, mejoren la gestión y el aprovechamiento de los residuos e impulsen la construcción sostenible y la movilidad verde.
Adicionalmente, hoy el proyecto cuenta con el Buró de Innovación Germania, BIG, liderado por Fernando Jiménez, profesor asociado del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad de los Andes, que busca ser una plataforma colaborativa de participación, experimentación, aprendizaje y transferencia de conocimiento.
“BIG quiere ser ese espacio de trabajo y reflexión de cómo debe ser ese nuevo modelo de ciudad donde las tecnologías son la herramienta y el pretexto para resolver problemas de la vida cotidiana que mejoren la calidad de vida de las personas, en algo que nosotros llamamos tecnologías conscientes para comunidades inteligentes”, agregó el profesor.
Para Nathalia Franco, directora del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo, Cider, de la Universidad de los Andes y una de las promotoras del programa Progresa Fenicia y del Decreto 420 de 2014, tenemos que ver a Fenicia como un modelo integral de gestión del territorio que beneficia a todo los que hacen parte del proyecto y en el que la universidad ha puesto, sobre sus planos, todo el trabajo de investigación que sobre este tema ha realizado.
“Hemos logrado que Fenicia se convierta en un referente sobre estos nuevos modelos de renovación que necesita, no solo Colombia sino el mundo”, añadió.
Razón por la que el proyecto recibió el Premio Internacional a la Excelencia en Planeación 2020 en América Latina, entregado por la Asociación Americana de Planeación (APA, por sus siglas en inglés); en la categoría Planeación Comunitaria y Regional, destacando sus esfuerzos en la formulación, consolidación y ejecución de una renovación urbana incluyente.