Mayo de 2021
«Lo que se hereda no se hurta», dice el viejo adagio. Una frase que encaja muy bien para Natalia Niño, actual gerente general de Helados Popsy. Su abuelo era ingeniero químico; trabajaba en la descripción de invenciones para el desarrollo de patentes y marcas para diversos productos en un bufete de abogados. Un tema que ella encontraba fascinante porque era la posibilidad de generar soluciones a diferentes necesidades de las personas, así que cuando tuvo que elegir su pregrado no tuvo que pensarlo dos veces.
Aquel gusto por la investigación y el rigor científico hizo que durante sus primeros años de carrera en ingeniería química encontrara un interés especial por el diseño de procesos productivos y de equipos. Esta fue una de las razones para que en cuarto semestre decidiera hacer doble titulación en Ingeniería Industrial.
Determinación que, de acuerdo con Natalia, marcó el futuro de su vida laboral y profesional. “Esta es una magnífica oportunidad que ofrece la Universidad de los Andes para complementar tus estudios y adquirir mayores herramientas profesionales, lo que te permite ampliar el abanico de oportunidades y, sin lugar a dudas, maximizar el retorno de la inversión”, señaló.
Natalia no se equivocó. Una vez se graduó de la universidad ingresó a trabajar a Nestlé, donde ocupó una posición en la que la combinación de sus dos ingenierías fue su principal ventaja competitiva. Como Capital Investment Projects Controller tuvo la oportunidad de administrar la ejecución de los proyectos del Departamento de Ingeniería para las fábricas de Colombia, Venezuela y Ecuador.
De ahí en adelante, esta ingeniera uniandina no ha parado. Su encanto por conocer e involucrarse en los procesos de base de la operación de las compañías para las que ha trabajado, que le ha implicado ponerse –literalmente– las botas, algo que le emociona, para decantar este universo industrial; le ha permitido asumir cargos directivos en compañías como General Motors, Louis Dreyfus Commodities y Philip Morris International, donde ha liderado proyectos estratégicos multifuncionales y todas las actividades de back-office, entre otras responsabilidades.
En 2013 ingresó a Helados Popsy donde ha hecho una larga carrera profesional. Allí se ha desempeñado como directora financiera y administrativa – CFO; Directora Corporativa – COO y, desde hace dos años, CEO y Gerente General de la compañía que opera en Colombia, Perú y Panamá.
“La estructura de pensamiento de los ingenieros uniandinos es su principal diferencial en el mercado laboral. Nos preparan para afrontar cualquier problema, analizarlo y plantear cómo resolverlo”.
Natalia Niño
Para Natalia, los logros alcanzados durante su vida laboral, sin duda, tienen que ver con la estructura de pensamiento, el nivel de exigencia y el respeto por las diferentes disciplinas que adquirió durante su paso por Los Andes.
“La estructura de pensamiento de los ingenieros uniandinos es su principal diferencial en el mercado laboral. Nos preparan para afrontar cualquier problema, analizarlo y plantear cómo resolverlo. Cuando hablo de respeto por las diferentes disciplinas me refiero a que en la universidad es tan importante el conocimiento del ingeniero como el del abogado o como el del literato. Todas se respetan por igual y su contribución es valiosa”, sostiene.
Esta ingeniera ha logrado desarrollarse en un mundo laboral que por muchos años fue un territorio de hombres, sin embargo, ella, como muchas de sus colegas, ha abierto un camino de oportunidades para que otras mujeres vean en las ingenierías enormes posibilidades para crecer y aportar a la sociedad desde diferentes ámbitos.
Aunque reconoce que no ha sido una tarea fácil, teniendo en cuenta que aún, por ejemplo, existe el imaginario que plantea que las mujeres no están hechas para ciertas tareas, estos se han ido venciendo.
“Sin embargo, debemos seguir trabajando para eliminar los paradigmas que aún continúan allí. No conozco al primer ingeniero mecánico al que le hayan preguntado si está seguro de querer irse a una plataforma petrolera o a una mina. A una mujer sí se le consulta si está dispuesta. Aún en algunos entornos se le pregunta si tiene en sus planes tener hijos como factor de decisión para su elección en ciertos proyectos”, enfatizó.
Para disminuir estas brechas, Natalia agrega que se necesitan mujeres líderes en carreras STEM que, a través de sus logros y su ejemplo, abran la puerta a más de ellas. Adicionalmente, se necesitan hombres líderes que valoren las competencias femeninas y que reconozcan que son pieza fundamental para el avance acelerado en estas disciplinas.
“La mujer de este siglo se enfrenta a realidades muy diversas según la cultura, zona geográfica o situación social en la que se encuentre. Pese a todos estos retos, hemos ganado espacios, igualdad, posiciones importantes, y cada vez más la sociedad ha entendido que somos un activo muy valorado cuando de dirigir una organización o liderar un equipo se trata. En ese sentido tenemos una responsabilidad muy grande, demostrar que se puede lograr siendo diferentes, no pretendiendo ser iguales”, añadió.
“Nuestra ventaja competitiva más grande en las organizaciones es la recursividad y la capacidad de hacer pasar las cosas, de ser eficientes también en el uso de los recursos”.
Natalia Niño
Para Natalia, la mujer es un ser integral, capaz de gestionar diversos problemas, desplegando una capacidad inédita de estar en varios lugares al mismo tiempo; casa, hijos, pareja, padres, trabajo, escuela y actividades extracurriculares. “Creo que esto es lo que desarrolla nuestra ventaja competitiva más grande en las organizaciones: la recursividad y la capacidad de hacer pasar las cosas, de ser eficientes también en el uso de los recursos. Lo que sí debe ser igual es el reconocimiento al mérito. La oportunidad la gana quien mejor lo hace”, advierte.
Por esta razón, en su concepto, es muy importante incentivar en las niñas y adolescentes el gusto por las carreras STEM porque las mujeres cuentan con grandes cualidades y competencias que permitirán un avance más acelerado de las ciencias y de la investigación.
“Porque en últimas es la ecuación para incrementar el crecimiento de los países. Hay estudios que sugieren que la incorporación de mujeres a puestos STEM generaría un mayor PIB. Es generar riqueza que redunda en el beneficio de toda la sociedad. La OCDE dice que, si bien las jóvenes mujeres tienen más chance de estudiar una carrera universitaria que los hombres (40 % contra 36 %), muy pocas tienden a estudiar este tipo de profesiones, de hecho, solo alrededor del 20 % de los estudiantes de carreras STEM son mujeres”, dijo.
Hoy, como líder de Helados Popsy en Colombia, Helados Gelarti en Perú y Panamá, y Franquicias de Juan Valdez en Colombia y Perú, continuará empoderando a todo el equipo de trabajo de la compañía, del que hacen parte muchas mujeres, para seguir impactando la vida de sus diferentes grupos de interés y proporcionar la visión estratégica que requiere la organización para encontrar nuevas oportunidades de negocio con rentabilidad sostenible, en medio de la nueva normalidad, tras la pandemia.
A su modo de ver, “este es momento de apalancarse en todas las fortalezas profesionales y organizacionales para poder reaccionar con pertinencia. Las crisis abren nuevas oportunidades, leer las señales del mercado de manera rápida es estratégico. También se generan nuevas necesidades en empleados y en usuarios finales a las que hay que reaccionar con velocidad. La clave es tener resiliencia como organización y ser flexibles ante los cambios constantes que en adelante serán la norma, y en los que las mujeres serán fundamentales para construir un mundo mejor”.
¡Escucha lo que la CEO de Popsy tiene para decirte sobre incentivar a niñas y adolescentes a estudiar carreras STEM!