Representantes Triple hélice

Mayor General Iván Hidalgo Giraldo, gerente general de la Corporación de la Industria Aeronáutica Colombiana, CIAC | Juan Manuel Lesmes, director de la Cámara Fedemetal de la ANDI | Juan Pablo Casas, profesor asociado, director del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de los Andes|

Noviembre de 2022
Hablamos con representantes de la triple hélice de la cadena aeroespacial colombiana, conformada por Estado, industria y academia, quienes nos plantearon la hoja de ruta para que el país logre aparecer y posicionarse en el mapa mundial de este renglón de la economía.
 

La llegada del hombre a la Luna, en 1969, no solo marcó un hito en la historia de la humanidad, también potenció una cadena productiva que hoy se estima genera ingresos que alcanzan los 350 mil millones de dólares anuales y que para 2040 podría superar el billón de dólares.  

Estamos hablando de la cadena aeroespacial, que se dedica al diseño, fabricación, comercialización y mantenimiento de aeronaves, naves espaciales y sistemas de lanzamiento y satélites, pieza fundamental en la conquista de los cielos.  

Estados Unidos, Rusia y China, siguen siendo los países más avanzados en la materia, sin embargo, en las últimas décadas se ha visto un crecimiento exponencial de naciones, incluso en desarrollo, que empiezan a ser protagonistas de esta cadena a nivel global.  

Este es el caso de países de Latinoamérica como Brasil que cuenta con la gigante aeronáutica Embraer, una de las principales fabricantes de aviones en el mundo y la mayor exportadora de productos de alto valor agregado del país, lo que contribuye significativamente a su balanza comercial.  

México, Argentina y Chile, también han potenciado su industria y hoy son referentes a nivel global. El país manito, por ejemplo, registra exportaciones que superan los 10 mil millones de dólares anuales. Adicionalmente, y de acuerdo con la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA), el país es uno de los principales receptores de Inversión Extranjera Directa, IED, para este segmento y uno de los proveedores más importantes del sector aeroespacial estadounidense.  

Para otros países de la región el panorama es distinto y el desarrollo de su cadena ha quedado rezagado. Este es el caso de Colombia cuya inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) y donde las tecnologías espaciales son de gran relevancia, es menor al 1% de su Producto Interno Bruto, PIB, la tasa más baja entre las naciones de la OCDE y una de las menores de Latinoamérica. 

Algo similar ocurre con su balanza comercial que resulta deficitaria, pues sus exportaciones, en conjunto con los sectores automotriz y astillero, con cifras a septiembre de 2019, solo alcanzaron los 535 millones de dólares, mientras que sus importaciones superaron los 4 mil millones de dólares. 

Pero ¿cuáles son los factores que han estancado el desarrollo de esta cadena en Colombia? De acuerdo con el CONPES 3983 “Política de desarrollo espacial: condiciones habilitantes para el impulso de la competitividad nacional”, la falta de esfuerzos y una visión estratégica de largo plazo, por parte del Estado, no le ha permitido al país aprovechar las grandes potencialidades que tiene en este segmento. 

Por el contrario, según el documento, hace unas grandes inversiones en la compra de servicios satelitales para usos particulares y desarticulados. Solo en 2018 el país gastó 282 millones de dólares en servicios satelitales (comunicaciones, navegación e imágenes satelitales).  

Adicionalmente, el documento señala que la falta de información sobre la cadena no ha permitido establecer las barreras que tiene el sector privado para el desarrollo de proyectos espaciales y la carencia de una institucionalidad clara sobre el tema no ha facilitado la articulación de los diferentes actores que pueden participar dentro de la industria para trabajar en un objetivo común. 

Para Juan Manuel Lesmes, director de la Cámara Fedemetal de la ANDI (Asociación Nacional de Industriales), que lidera el Comité Aeroespacial, uno de los cuellos de botella para que la cadena no haya despegado como en otros países es que el tema del fortalecimiento de los encadenamientos productivos, pieza clave para el crecimiento del sector, se ha quedado muchas veces en el papel.  

De acuerdo con el directivo, los sectores como el astillero y el aeroespacial requieren de la producción de miles de piezas para la fabricación de sus productos, lo que requiere de una cadena de productores muy bien articulados que logren responder a esta demanda, y es lo que le falta a Colombia. Un sector productivo que además necesita de certificaciones internacionales que garanticen los mayores estándares de calidad y en las que el país también tiene bastantes rezagos. 

“Es necesario que Colombia haga un cambio en la composición de sus exportaciones por unas con mayor valor agregado, a través de productos más sofisticados, es decir que tiene que ir hacia adelante en las cadenas productivas. A medida que un producto se sofistica, la materia prima empieza a desvalorizarse”, señaló Lesmes.  

El directivo asegura que un buen ejemplo de esto es México, que hace 10 años estaba aún muy incipiente en esta industria y tomó la decisión de sofisticar su producción y hoy exporta 10 mil millones de dólares en partes aeronáuticas y está a punto de convertirse en la segunda nación exportadora de aeropartes en el mundo, lo que le implicó una alta demanda de Ingeniería.  

El directivo señala que Colombia debe aprovechar figuras como los Offset, que buscan que durante las compras militares las empresas proveedoras se comprometan a transferir tecnología y conocimiento para la industria local, lo que permite alcanzar una mayor transformación productiva.  

 “Esta es una figura que no se ha explotado como debería y Colombia debe dar ese salto. Tenemos que emular a Brasil y México y empezar a crecer alrededor de este sector”, agregó.  

Transformación de la cadena a través de las 4 hélices  

Tal como lo señala el CONPES 3983, para que esta cadena productiva despegue es necesario fortalecer la institucionalidad pública que permita la articulación eficiente de los diferentes sectores interesados e involucrados en el tema.  

Esta eficiente articulación se logra a través de lo que se conoce como la triple hélice, un modelo en el que interviene el Estado, la academia y la industria, por medio de un trabajo conjunto que les permite desarrollar y hacer realidad proyectos de innovación que respondan a las demandas de esta cadena productiva y en los que las inversiones públicas y privadas son determinantes. 

Adicionalmente, porque este es un sector que requiere grandes inversiones de largo plazo, pero que también generan muy buena rentabilidad. La NASA ha señalado que, por cada dólar invertido en el proyecto espacial, la economía de los Estados Unidos recibe entre 7 y 14 dólares como retorno a la inversión. 

 Para lograr que la articulación de los actores de la triple hélice sea una realidad, es necesario, como lo explica el gerente general de la Corporación de la Industria Aeronáutica Colombiana, CIAC, el Mayor General Iván Hidalgo Giraldo, que el Estado involucre a la empresa local dentro de sus proyectos, por ejemplo, en iniciativas como la modernización de sus aeronaves.  

 “Muchas veces buscamos a nivel internacional quién puede ofrecer estos servicios, sin considerar que Colombia ya está en la capacidad de empezar a trabajar en la fabricación de este tipo de productos. En los años 70, por ejemplo, hacíamos el ensamble de aeronaves para toda la Comunidad Andina de Naciones, CAN, aprovechando las grandes capacidades que tiene nuestra industria automotriz”, agregó el directivo.  

 Estos son verdaderos encadenamientos productivos hacia adelante. “Debemos trabajar en proyectos de gran envergadura, proyectos de país que generen valor agregado dentro de la cadena”, añadió.   

Otro punto que es importante mencionar, de acuerdo con el Mayor General es que esta cadena en particular requiere de altísimos estándares de calidad y cualificación de su talento humano, además de una exigencia permanente de avances tecnológicos, factores en los que la academia es pieza fundamental.  

“No podemos olvidar que todas las inversiones en esta cadena, que por tradición tiene una vocación de defensa para los países, ha permitido desarrollar la mayoría de las tecnologías que hoy usamos en nuestro día a día”, señaló. 

Para el directivo de la CIAC, el país está en proceso de consolidar esa triple hélice. “Ya tenemos un ecosistema con diversas capacidades que requiere mayor dinamismo. Es necesario el esfuerzo conjunto, pues si trabajamos de manera aislada se podrán concretar algunos avances, pero no se podrá potenciar un sector de talla internacional que logre instalarse de manera eficiente dentro de la cadena a nivel global”, recalcó. 

Frente a este tema y desde el lado de la academia, parte fundamental de esa triple hélice, Juan Pablo Casas, profesor asociado y director del Departamento de Ingeniería Mecánica de la universidad de Los Andes señala que lo primero en lo que se debe trabajar, cambiando un poco el modelo industrial tradicional colombiano que generalmente importan el know-how, el saber hacer, es crear una cadena basada en el conocimiento. 

 “Esto, sumado a definir en qué quiere ser bueno el país, en qué eslabón de la cadena quiere estar, qué necesidad puntual quiere resolver, y que esto se convierta en una visión de largo plazo, le permitirá especializarse quizá en algunos tipos de productos donde realmente pueda ser fuerte e impactar con mayor potencia. Allí tendríamos un objetivo lograble y no simplemente deseable, como la mayoría de las veces nos sucede”, aseguró.  

Para el profesor, a partir de esto, el papel de la academia se hará mucho más visible y estratégico porque empezará a hacer investigación para resolver una necesidad real. “Si no tenemos un objetivo claro y con una visión de largo plazo puede que le apuntemos a lo que no es. Debemos enfocarnos en un tema específico y hacerlo bien”, agregó.  

De acuerdo con Casas, en esta cadena es clave el sector manufacturero y Colombia tiene uno muy bien desarrollado y con altísimas capacidades, sin embargo, el país también requiere de un apoyo más decidido por parte del Estado para potenciar su industria nacional. 

“Si no existe ese apoyo decidido será imposible competir con los proveedores globales. Distinto es si el Estado apoya para que mis desarrollos sean usables”, añadió. 

El profesor concluye señalando que la articulación eficiente de cada actor de esa triple hélice, que ahora incluye a un cuarto protagonista: la sociedad, con lo que se convierte en una tetra hélice, es definitivamente la fuerza y el impulso que necesita el país para que su cadena aeroespacial despegue con la potencia que se requiere.  

Ese, al final, es uno de los grandes propósitos del CONPES 3983, con el que se busca fortalecer la institucionalidad que permita que en largo plazo esta cadena contribuya a la productividad del país y al desarrollo y modernización de sectores como el agro, la industria y los servicios, entre otros.