Nicanor Quijano Silvia, Profesor Titular del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica, Universidad de los Andes.

LÍDER DEL PROYECTO

Nicanor Quijano Silvia | Profesor Titular del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica, Universidad de los Andes. |  Ph.D. de la Universidad Estatal de Ohio | nquijano@uniandes.edu.co

Una reciente investigación con enfoque multidisciplinario, liderada por la Universidad de los Andes, logró identificar una serie de mejores prácticas para el alcance de ciudades más sostenibles. La metodología del estudio se replicó en varias ciudades y su impacto llegó incluso a los principales tomadores de decisión en varias urbes.

Septiembre de 2021
Son muchas las ciudades que buscan enfoques fundamentados en la sostenibilidad, con el fin de generar planes de desarrollo capaces de aprovechar adecuadamente los recursos, reducir la cantidad de emisiones de carbono y mejorar la disposición de residuos, entre otros aspectos.

La búsqueda de ciudades más sostenibles es una prioridad para el mundo. El 55 % de la población mundial vive en urbes y aunque estas ocupan solo un 3 % de la superficie terrestre, son responsables del consumo de entre el 60 % y el 80 % de la energía y de la generación del 70 % de las emisiones de carbono, uno de los principales impulsores del cambio climático.

Por ello, entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible –ODS,  (impulsados por las Naciones Unidas y ratificados por más de 195 países, entre ellos Colombia) se destaca el número 11: Ciudades y comunidades sostenibles.

El aporte uniandino al desarrollo urbano sostenible

En marzo de 2019 inició el proyecto titulado ‘Systemic perspectives on low‐carbon cities in Colombia’ en el marco de una alianza importante entre la Universidad de los Andes, el Consejo Colombiano de la Construcción Sostenible (CCCS) y otras entidades, con el financiamiento de UK PACT-Colombia.

El equipo de trabajo fue liderado por Ángela Cadena y Nicanor Quijano, profesores del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de Los Andes y Mónica Espinosa, investigadora postdoctoral.

Contó además con el apoyo de un equipo interdisciplinario de profesores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de los Andes: José Alberto Guevara, Luis Ángel Guzmán, Guillermo Jiménez, Manuel Rodríguez Susa, Juan Pablo Rodríguez y Hernando Vargas.

En total, en la realización de la primera fase de este proyecto participaron 25 personas entre profesores y asistentes de las facultades de Ingeniería, Arquitectura-Diseño y el Centro para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (CODS), dos profesores de University College of London, uno de la Universidad de Coventry del Reino Unido, tres profesionales del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS) y tres consultores externos.

Adicionalmente, contó con un comité asesor integrado entre otros por Juana Mariño, Clemencia Escallón, Darío Hildago, Dimitri Zaninovich, Ricardo Smith y Julio Dávila, así como el apoyo de representantes de entidades gubernamentales y secretarías.

“El proyecto surge de la necesidad de aportar al desarrollo urbano desde una perspectiva integral para un desarrollo más sostenible. Articular este conocimiento multidisciplinario fue uno de los mayores retos. Logramos trabajar juntos con aliados de diversa naturaleza”.
Juan Pablo Rodríguez, Profesor Asociado de Ingeniería Civil y Ambiental

Una conversación multidisciplinaria

La intención principal del proyecto estuvo en construir un sistema que permitiera proyectar microciudades con un modelo de desarrollo urbano con un enfoque importante en cambio climático y mitigación del mismo.

Sin embargo, se concibió el impacto de las ciudades desde una perspectiva holística, que involucró un análisis más allá de los temas clave para la sostenibilidad urbana, como lo son el transporte y la construcción.

Por ello se involucraron temas como la gestión del agua y la ecología urbana. Al abarcar temas tan diversos y complejos, el proyecto requirió de una conversación multidisciplinaria, un desafío que rápidamente se hizo parte del propósito inicial y se incorporó de manera orgánica: el diálogo entre especialidades es fundamental en cualquier proceso científico.

“Llegar a los temas de agua y ecosistemas urbanos fue clave, pero nos tomó un tiempo. La convergencia sistémica no fue sencilla. Tuvimos retroalimentación de muchos actores del distrito, del gobierno nacional y personas del sector privado para saber cómo articular todos los diversos sectores que se analizaron en esta visión de ciudad sostenible”.
Nicanor Quijano, Profesor Titular de Ingeniería Eléctrica y Electrónica

El diseño de la metodología y la definición de indicadores se nutrió ampliamente de esa conversación interdisciplinaria. No obstante, uno de los principales propósitos del proyecto era compartir los hallazgos y esa hoja de ruta hacia ciudades más sostenibles, con tomadores de decisiones en distintas ciudades; entidades gubernamentales y secretarías.

Como lo resume Ángela Cadena, cuatro factores fueron fundamentales en este proyecto:

    • La propuesta y la integración de los profesores y los demás participantes.
    • La conformación de un equipo de trabajo multidisciplinar que nutrió ideas de la academia, los entes gubernamentales y privados.
    • la voluntad de contar con buenos casos de estudio y su selección final, pese a las dificultades en medio de los cambios de gobierno y la pandemia.
    • Las extensiones logradas.

Es en este último punto que los profesores Juana Mariño, Guillermo Jiménez, Juan Pablo Rodríguez, Ángela Cadena y Nicanor Quijano, hacen especial énfasis sobre todo para que se le pueda dar continuidad a este tipo de proyectos dentro de la Facultad de Ingeniería y de la Universidad.

El Libro Blanco

El Libro Blanco cumple justamente con la meta de entregar a los principales tomadores de decisión de las ciudades, un insumo con el que puedan medir qué tan sensible es su ciudad a los impactos del cambio climático y cómo podrían mitigar los impactos del mismo en el futuro, estableciendo algunas recomendaciones.

En este documento se analizan las políticas, regulaciones y capacidades requeridas para que los proyectos urbanos puedan avanzar hacia una mayor sostenibilidad. También se identifican las posibilidades de financiación para la implementación de las medidas de mejora seleccionadas.

Además, presenta una metodología de análisis y evaluación, y una caja de herramientas para apoyar el desarrollo urbano sostenible. A partir de una aproximación sectorial, considerando seis sectores (ecosistemas urbanos, manejo integrado del agua, suministro y uso de energía, gestión integrada de residuos, movilidad sostenible y edificaciones e infraestructura urbana), se plantea una aplicación en territorio con dos casos de estudio: Ciudad Verde en el municipio de Soacha, Cundinamarca, macroproyecto urbano en operación y Lagos de Torca en la ciudad de Bogotá, desarrollo urbano en etapa de diseño e inicio de construcción.

El proyecto y el Libro Blanco constituyen, en general, un aporte de la Universidad de los Andes (y de todos los participantes en este esfuerzo) a la búsqueda de territorios más sostenibles, teniendo en cuenta la importancia de la búsqueda de asentamientos urbanos cada vez más sensibles al cambio climático, y cada vez más resilientes y adaptativos.

 

Un proyecto escalable

Además de su aplicación en Bogotá, este proyecto se llevó a las ciudades de Manizales, Barranquilla y Villavicencio en alianza con diversas instituciones (Universidad Nacional, Universidad del Norte y Universidad de los Llanos, respectivamente) y con resultados importantes para el desarrollo de futuras políticas públicas. En Manizales se obtuvo información para una gestión más sostenible de la movilidad, mientras en Barranquilla se analizó la importancia de la Ciénaga de Mallorquín para la ecología urbana y en Villavicencio se destacó el papel del río Ocoa para el manejo del agua en la ciudad.