Edificio Mario Laserna, Facultad de Ingeniería, Universidad de los Andes.

ASÍ SE ESTÁ TRANSFORMANDO LA INGENIERÍA UNIANDINA


Con el nuevo pregrado en Ingeniería de Alimentos y los programas de Ingeniería Química e Ingeniería Mecánica, la Facultad inicia en agosto de 2021 el tránsito hacia las reformas curriculares de sus 10 programas de pregrado. Los nuevos currículos mantendrán la calidad académica de primer nivel, al tiempo que desarrollarán en los estudiantes las competencias transversales que hoy demanda el mercado laboral.

Mayo de 2021
Hace más de una década que los programas de pregrado de la Universidad de los Andes fueron reestructurados para adaptarse a las demandas profesionales de entonces. Uno de los grandes cambios en esta reforma fue que la duración total de los programas se redujo a cuatro años. Esto significó un cambio radical para toda la comunidad académica y llamó la atención del sector externo, pues la Universidad sería la primera en Colombia en ajustar su estructura curricular a través de programas más cortos e innovadores. El objetivo era permitirles a las nuevas generaciones desarrollar un pensamiento integral a través de espacios interdisciplinares, de experimentación y aprendizaje activo ‒como los laboratorios del entonces “nuevo” edificio Mario Laserna‒, e implementar pedagogías disruptivas, como el aula inversa o el aprendizaje híbrido. Así mismo, se quería incorporar las tendencias internacionales en la formación profesional con la expectativa de que los profesionales continuaran su formación a nivel de posgrado.

Sin embargo, esta no fue la primera vez que Los Andes demostró estar a la vanguardia de la educación universitaria, pues la innovación curricular ha estado impresa desde su fundación misma. Hace siete décadas los programas de Ingeniería fueron pensados para abrirle un mundo de oportunidades a los estudiantes, y la primera generación de egresados de la Facultad es un ejemplo de ello. Gracias al Programa 3-2, los estudiantes de Ingeniería Eléctrica y Civil debían cursar sus tres primeros años en Los Andes y, luego, podían elegir en dónde culminar sus estudios entre reputadas instituciones estadounidenses como la Universidad de Pittsburg o la Universidad de Illinois (Urbana-Champaign).

La vanguardia académica hace parte de la esencia uniandina de ir más allá del deber. Significa estar siempre atentos a las tendencias mundiales de educación y “medirse” con la misma vara de las mejores universidades, algo que solo se logra con la implementación de sistemas de mejoramiento continuo que les permitan a las facultades reaccionar a las demandas externas y planear sus currículos en respuesta a ellas. Gracias a los centros de apoyo que se han venido consolidando en los últimos años a nivel de la Universidad tales como Conecta-TE, el Centro de Ética Aplicada, el Centro de Español y el Centro de Enseñanza y Aprendizaje, así como los esfuerzos propios para fortalecer temas de apoyo docente en las facultades, estas cuentan con el músculo para soportar la puesta en marcha de reformas curriculares innovadoras.

En 2021 y tras varios años de diseño y planeación al interior de los siete departamentos de la Facultad, la ingeniería uniandina empezó un nuevo camino de transformación. Además del reciente programa de Ingeniería de Alimentos, los pioneros de esta reforma curricular serán los programas de pregrado de Ingeniería Mecánica e Ingeniería Química, los cuales iniciarán en agosto con un currículo basado en competencias y no en contenidos. “En esta reforma los estudiantes son los protagonistas y los profesores son la guía que acompaña su formación. La excelencia y calidad académica que ha caracterizado siempre a nuestros programas se mantienen y se fortalecen, pero ahora el conocimiento técnico se complementa con las formación en habilidades transversales y humanas que tanto valoran y demandan los empleadores en la actualidad: comunicarse bien, trabajar en equipo, solucionar problemas complejos con consideraciones éticas y de sostenibilidad, saber negociar y ser un líder empático”, cuenta Silvia Caro Spinel, vicedecana académica de la Facultad de Ingeniería.
Será una apuesta que va en la misma dirección de las mejores escuelas de Ingeniería del mundo.

Ingenieros cercanos a la realidad

 

El eje transversal que une a las reformas de los distintos programas de la Facultad será la intención de acercar a los estudiantes a la realidad colombiana a través de actividades curriculares y no curriculares. Ello implica la introducción de un número de componentes explícitos como, por ejemplo, los nuevos ‘cursos tipo proyecto’ en donde no se imparte conocimiento teórico, sino se demanda a los estudiantes trabajar en equipo para aplicar sus conocimientos a la resolución de problemas en condiciones reales y complejas. Esto les permitirá desarrollar y fortalecer habilidades transversales no-disciplinares a lo largo de su carrera, como expresar sus ideas de forma creativa, negociar con sus pares, sentir empatía con el entorno y liderar un proyecto. Adicionalmente, se incentivarán otros espacios “no curriculares” como los grupos o capítulos de participación estudiantil de distintas áreas, la solución de retos impuestos por la industria u organizaciones externas a la universidad y actividades de interacción para el emprendimiento e innovación.

Otro nuevo componente del currículo consiste en los cursos tipo “taller”, en donde los estudiantes “aprenderán a hacer”. Estos espacios de aprendizaje son de corta duración y buscan que los futuros ingenieros adquieran destrezas básicas de la disciplina que son necesarias para la ejecución de proyectos, tales como técnicas de instrumentación específica, expresión gráfica, uso de máquinas para prototipado o de software especializado, entre muchos otros.

Asimismo, la flexibilidad curricular que caracteriza a la universidad se mantiene. Los estudiantes encontrarán una oferta de electivas ‒la mayoría hacia el final de la carrera‒ que les permitirá tomar decisiones sobre su propia formación para explorar otras disciplinas, complementar sus conocimientos, profundizar en áreas temáticas, incluso, adelantar materias del posgrado de su interés.

Finalmente, son los profesores de la Facultad de Ingeniería los grandes ejecutores de la reforma, pues han sido ellos los encargados de repensar el contenido del currículo y entender cómo sus cursos se alinean con los objetivos de formación de los ingenieros. Para esto, los profesores han estado en compañía de asesores expertos en innovación pedagógica y tecnológica de centros como Conecta-TE y la Unidad de Apoyo a la Docencia de la Vicedecanatura Académica de la Facultad. El apoyo a los profesores para el diseño de sus cursos hace parte de los nuevos programas de Docencia Ejemplar y del Aseguramiento del Aprendizaje de la Facultad de Ingeniería, los cuales buscan apoyar el mejoramiento continuo de los cursos y los programas. No obstante, serán los estudiantes los grandes beneficiados de estos esfuerzos, pues los nuevos programas les permitirán vivir una experiencia integral en su formación y los impulsarán a aprender a aprender más allá del salón de clase, fomentando su autonomía y responsabilidad a largo plazo.

Así se ejecutará la reforma

 

Y aunque toda la Facultad se alista para este nuevo periodo de transición, el proceso será gradual entre los Departamentos. Los estudiantes actuales o “antiguos” de Ingeniería Mecánica e Ingeniería Química cuentan en este momento con múltiples canales de apoyo para acompañarlos en la decisión de si desean acogerse o no a los nuevos programas reformados, para que comprendan las implicaciones de esta decisión y puedan planear su transición a los nuevos programas.

En este sentido, vale la pena destacar que la reforma curricular no es solamente una iniciativa para mejorar la preparación a los estudiantes con miras al mundo profesional que los aguarda, sino para incentivar también una experiencia universitaria positiva. Para lograr este objetivo, la Facultad de Ingeniería se encuentra implementando un nuevo programa de Éxito Estudiantil, en cabeza de Marcela Hernández, vicedecana de Asuntos Estudiantiles. “Este programa es una apuesta institucional por formar no solo a los mejores profesionales del país, sino también a personas íntegras, con una vocación de servicio hacia la sociedad, que se caractericen por su actitud ética, autonomía y libertad con sentido de responsabilidad social, pero también que sean felices y exitosos”.

En enero de 2022 se proyecta la salida de tres programas reformados adicionales: Ingeniería Biomédica, Ingeniería Civil e Ingeniería Ambiental. Próximamente se anunciarán las fechas de inicio de los programas reformados de Ingeniería Eléctrica, Ingeniería Electrónica, Ingeniería Industrial e Ingeniería de Sistemas y Computación. La agenda de charlas, recursos y espacios de consejería será comunicada oportunamente a los estudiantes para que resuelvan sus dudas y se construya en conjunto esta nueva era en la Facultad.

Poco a poco la ingeniería uniandina empieza a transformarse. Mutará para seguir consolidándose como la facultad de vanguardia que es, cada vez más dinámica e innovadora. En muy poco tiempo una nueva generación de ingenieros e ingenieras descubrirá un campus en donde podrá aprender sin límites y en donde podrá desarrollar su mejor versión profesional y humana. Ellos serán los herederos de una nueva facultad que los preparará para responder a los desafíos globales y generar un impacto positivo en las personas y organizaciones con soluciones relevantes y sostenibles, que impulsen un verdadero desarrollo económico y social.